Ella decidió su operación.
Me dijo un día antes que se iba a operar. Tenía un problema de gordura – pesaba más de 100 kilos - El estomago se le había descolgado hacia un lado por todo el tiempo que ella no se levantaba de la cama... – ella acostumbraba hacer sus manualidades, algo que ella dominaba en la cama - eso tenía que volver a su sitio. Además del peso excesivo, se programó para que le quitaran la grasa de más. No le detectaron el problema de la piel que no cicratisaba.. la herida no cerraba.
Estuvo en cuidaos intensivos varios meses. Un día la pasaron a cuarto y le quitaron el oxigeno. Ella me dio a entender que la estaban dejando morir... yo reclamé y la volvieron a subir a cuidados intensivos... pero, ahí, estoy seguro que la desenchufaron para que muera... eso es lo que se acostumbra en estos casos... por el tiempo.
Ella dejó un escrito, que encontré después que partió, sobre cómo quería que fuera su cielo, y lo describió con detalles. ¡Oh, madre mía!, yo también quiero ese cielo para mí.
Mi madre terrenal, fue muy buena. Al menos a mí me enseñó a perdonar. Creo que no sería lo que soy si no hubiese asimilado el perdón que ella me inculcó. Ella perdonó a todo el mundo que le hizo daño. Y no estoy hablando de daños menores. Perdonó a mi padre, a sus hijos naturales, a la que adoptó, a amistades, etc. ¡Qué gran mujer! Una mujer como pocas. Me tomaría días escribir cómo era ella.
Todas las noches le pido que cuide mi sueño, al igual que se lo pido a la Santísima Trinidad y a mi Madre celestial.
Sólo pido a Dios que cuando yo parta ella me esté esperando... sólo eso le pido.
Creo que una lágrima de alegría basta para cerrar este escrito que lo hago de todo corazón... Sé que estás en el cielo y que Dios te escucha. ¡Cuídame mamita linda, y un beso a mi Claudio Fernando... que debe estar contigo!
Creo que una lágrima de alegría basta para cerrar este escrito que lo hago de todo corazón... Sé que estás en el cielo y que Dios te escucha. ¡Cuídame mamita linda, y un beso a mi Claudio Fernando... que debe estar contigo!
José Miguel Pajares Clausen
Hermano José, a los 15 años perdí a la persona que más adoraba, mi padre, mi gran compañero.El era la luz de mis ojos, mi orgullo.El vacio y el dolor habitaron durante mucho tiempo en mi corazón. Luego con el paso de los años el dolor se fue atenuando.Pero hoy con 34 años sigo sintiendo su ausencia Yo tambien le pido a Dios, que mi papá me este esperando cuando parta de esta tierra. Que Dios lo bendiga.
ResponderEliminarQue lindo homenaje a tu mamita Violeta, a mi tambien me cayeron algunas lagrimas al leer este articulo, QDTB.
ResponderEliminarAPTC-chilica