Un sacerdote dando la Comunión con el dispensador.
Circula por internet un video donde se presenta un moderno dispensador para repartir la Eucaristía. El «producto» se llama «Purity Host Dispenser».
Al parecer se trata de una iglesia católica y de un sacerdote católico, por tanto surge la pregunta de si es esto correcto. No soy liturgista y por tanto no puedo aportar otras razones que no sean argumentos de autoridad por parte de quien me supera por mucho en conocimiento en ese campo. Apelo naturalmente al Papa Benedicto XVI.
En el libro-entrevista «Luz del mundo» es interrogado al respecto de la siguiente manera:
«Como Papa comenzó usted a dar la comunión a los fieles en la boca, poniéndose ellos de rodillas. ¿Considera que es la actitud más adecuada?».
La respuesta completa es la que sigue:
«No estoy por principio en contra de la comunión en la mano: yo mismo la he dado y la he recibido de ese modo. Pero al hacer ahora que se reciba la comunión de rodillas y al darla en la boca he querido colocar una señal de respeto y llamar la atención hacia la presencia real. No en último término porque, especialmente en actos masivos, como los tenemos en la basílica y en la plaza de San Pedro, el peligro de banalización es grande. He oído hablar acerca de gente que guarda la comunión en la cartera y se la lleva consigo como un souvenir cualquiera. En este contexto, en que se piensa que recibir la comunión forma parte simplemente del acto - todos se dirigen hacia delante, por tanto, también voy yo -, he querido establecer un signo claro. Debe verse con claridad que allí hay algo especial. Aquí está presente Él, ante quien se cae de rodillas. ¡Prestad atención! No es meramente un rito social cualquiera del que todos podemos participar o no».
«Como Papa comenzó usted a dar la comunión a los fieles en la boca, poniéndose ellos de rodillas. ¿Considera que es la actitud más adecuada?».
La respuesta completa es la que sigue:
«No estoy por principio en contra de la comunión en la mano: yo mismo la he dado y la he recibido de ese modo. Pero al hacer ahora que se reciba la comunión de rodillas y al darla en la boca he querido colocar una señal de respeto y llamar la atención hacia la presencia real. No en último término porque, especialmente en actos masivos, como los tenemos en la basílica y en la plaza de San Pedro, el peligro de banalización es grande. He oído hablar acerca de gente que guarda la comunión en la cartera y se la lleva consigo como un souvenir cualquiera. En este contexto, en que se piensa que recibir la comunión forma parte simplemente del acto - todos se dirigen hacia delante, por tanto, también voy yo -, he querido establecer un signo claro. Debe verse con claridad que allí hay algo especial. Aquí está presente Él, ante quien se cae de rodillas. ¡Prestad atención! No es meramente un rito social cualquiera del que todos podemos participar o no».
Actualmente no hay una disciplina normativa para toda la Iglesia sobre el modo de recibir la Eucaristía (específicamente sobre si en la mano o en la boca). Lo que sí parece innecesario y exagerado es este tipo de dispensadores que se asemejan más a distribuidores de cualquier producto que a medios para dar dignamente el Cuerpo de Cristo (muy usados, por lo demás, en ámbito protestante donde la Eucaristía no es igual al Cuerpo de Jesucristo.
Jorge Enrique Mujica L. C.
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