martes, 30 de agosto de 2011

ÁNGELES EN FORMA HUMANA



El famoso pintor y escultor renacentista Benvenuto Cellini cuenta en su biografía cómo un ángel le salvó la vida en una de sus estancias en la cárcel.

El problemático y pendenciero Cellini había sido encarcelado en varias ocasiones, una de ellas, condenado a muerte por asesinato, habiéndose librado de su sentencia gracias a la intervención directa del Papa Paulo III.

Cellini - también joyero – fue en otra ocasión encarcelado bajo la acusación de haber robado ciertas joyas pertenecientes al Papa clemente. Intentó escapar de su celda – en el castillo de Sant’ Angelo – pero fue capturado en su fuga, siendo esta vez confinado a una de las peores mazmorras de los sótanos del castillo. Desesperado, decidió poner fin a su vida ahorcándose de una viga. Cuando estaba ya a punto de cumplir su decisión, una tremenda e invisible fuerza lo derribó contra el suelo. Seguidamente tuvo la visión de un joven angelical, que le reprimió su comportamiento, señalándole la importancia de la vida y de su preservación. Poco después fue liberado por la intercesión de un cardenal, llegando a convertirse en uno de los más destacados artistas del Renacimiento.

Esta enorme fuerza física desarrollada por el ángel que salvó a Cellini nos recuerda el caso de Jovita Zapien, en el que unas niñas fueron capaces de alzar una máquina que pesaba varias toneladas.

En su libro Where angels Wolk, Joan Wester Anderson cuenta el caso de una joven madre de familia cuya camioneta, en la que también viajaban sus hijos, se quedó sin gasolina deteniéndose justo sobre unas vías. Al momento un joven se asomó por la ventanilla, advirtiéndole que el tren llegaría en medio minuto y que por ello iba a mover un poco su camioneta para sacarla del peligro. Seguidamente empujó con una sola mano y muy tranquilamente el pesado vehículo, que se deslizó unos cuantos metros deteniéndose de nuevo. El tren llegó en aquel preciso instante con sus estruendo habitual. Seguidamente la joven buscó con la vista a su benefactor pero ya no lo pudo hallar. Afortunadamente la gasolinera estaba tan sólo a unos pasos y rápidamente llegaron empleados de la misma y algunos voluntarios,, quienes entre todos – fueron necesarias ocho personas – empujron el coche hasta la estación de servicio. ¿Quién fue el oportuno joven que los salvó de ser arrollados por el tren moviendo con una sola mano el pesado coche que luego ocho personas apenas pudieron desplazar?
Tanto el caso de Cellini como el de esta camioneta demuestran de un modo inequívoco que las apariciones físicas de los seres angelicales no son “visiones” o manifestaciones etéreas, sino que son capaces de actuar sobre el entorno físico, desarrollando, cuando es necesario una fuerza imponente e incomprensible.

Estos seres misteriosos pueden ser hombres o mujeres, muy jóvenes, limitándose a actuar con la máxima eficiencia – generalmente dan la impresión de no disponer de mucho tiempo, como si el esfuerzo que deben hacer o la energía que deben reunir para manifestarse en nuestro plano fuera enorme – para seguidamente desaparecer.

APARICIONES ETEREAS DE ÁNGELES

Son las más abundantes y aunque generalmente suelen ocurrir en momentos de gran emergencia, ya sea física o anímica, no siempre es así, pues algunas veces tienen lugar de manera totalmente espontánea, como sucedió en el caso siguiente, que nos es relatado por la Sra. Patricia de la Vega, de Mazatlán, (México).

Eran casi las dos de la mañana. En el dormitorio estábamos mi hermana y yo. Nos habíamos quedado hablando hasta tarde y acordamos irnos ya a dormir. Apagamos la luz y entonces lo vi, a los pies de la cama. Estaba parado, con las manos unidas frente al pecho y los ojos cerrados, en actitud concentrada, como rezando. Iba vestido con una túnica blanca, que dejaba ver otra prenda interior de un color rojo o rosado, semejante a la que usan los monaguillos. Su apariencia era la de un niño de unos doce años, con el cabello dorado y ligeramente rizado. Su cuerpo parecía despedir una suave luz, que iluminaba la habitación y permitía verlo en la oscuridad. Intenté llamar a mi hermana pero fue imposible, pues perdí totalmente el habla – la primera vez que me ha ocurrido en mi vida – no obstante, algo en su interior debió avisarla de que hechos extraordinarios estaban teniendo lugar allí, pues se cubrió la cabeza totalmente con las sábanas, presa del pánico. Sin embargo en ningún momento sentí yo el más ligero temor, ni miedo, ni ninguna otra sensación desagradable. Me incliné hacia delante para verlo mejor y tras un instante – no puedo precisar el tiempo, pero alcancé a fijar perfectamente mi vista y mi atención en él – desapareció. Después de acostarme sentí una poderosa energía que penetraba en mi cuerpo a través de las plantas de los pies y me inundaba totalmente, hasta la punta de los dedos. Una inenarrable sensación de bienestar y felicidad – como nunca he vuelto a experimentar – me embargó seguidamente, después me dormí.

Debo aclarar que no antes de la aparición ni tampoco durante el día había estado hablando ni leyendo sobre temas esotéricos ni espirituales, lo cual descarta la hipótesis de la sugestión, al igual que también lo hace el hecho de haber estado presente otra personas, que si bien ni vio nada – por impedírselo el miedo -, su cuerpo sí percibió de una manera muy clara y dramática la presencia de aquel poderoso ser.

Los ángeles pueden cambiar tu vida (extracto) – David G.Walker

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