Todo empezó aquel año de 1972.
Una peregrinación con algunos sacerdotes amigos a la capelinha de Fátima. Eran años oscuros, las secularizaciones sacerdotales llegaban a niveles inimaginables, y el postconcilio se presentaba destructor para la misma Iglesia. Pablo VI lloraba al ver el estado de la Iglesia y sus últimos años se convirtieron en un martirio de sufrimientos. El padre Stefano Gobbi acudió a Fátima y ante la oportunidad de celebrar la Santa Misa en el capelinha ofrece el santo Sacrificio por unos amigos suyos, sacerdotes, recientemente secularizados y otros a las puertas de la secularización. Allí, en ese escenario mariano, sentirá una fuerza interior que le pide consagrar su sacerdocio al Corazón Inmaculado de María, y consagrar a sus compañeros sacerdotes a ese mismo Corazón. Entonces, sin pretenderlo, se dará inicio a una relación íntima con la Virgen y Nuestro Señor a través de locuciones interiores, cuyo fruto principal será el Movimiento Sacerdotal Mariano.
Años ha miles de sacerdotes, obispos y algún cardenal conformaban ese lazo espiritual del MSM a través de los cenáculos de oración. Consagración a María, Rosario y amor al Papa y a la Iglesia, eran los pilares de este movimiento espiritual. Y el eje en el que se vertebraba, los cenáculos de oración, reuniones de oración en común del Rosario, Santa Misa y meditaciones de fuerte contenido escatológico. Y es que el padre Gobbi abrió la mirada de sus hijos espirituales más allá de la crisis de la Iglesia: era una crisis global, una nueva lucha escatológica entre el bien y el mal. Y en esa lucha, el principal objetivo de Satanás era la élite de la Iglesia: los sacerdotes. El santo cura de Ars ya lo había intuido tiempo atrás. “Dejad un año un pueblo sin sacerdote y acabaréis con la fe del pueblo”. El objetivo del enemigo era claro: atacar sin piedad al clero, o derribarlos o acomodarlos. Pero la batalla era global: acabar con la luz sobrenatural de las almas, perderlas para la eternidad, perdiendo antes las sociedades, las naciones, la cultura.
Las denuncias del padre Gobbi no traían causa en su percepción de la realidad sino en las locuciones de las que era objeto casi ininterrumpidamente. Ya en 1973 publicó la primera edición de tales mensajes en lo que se llamó el libro azul. Hoy se le conoce con el título de “A los sacerdotes, hijos predilectos de la Santísima Virgen”. Y su lectura arroja una dimensión espiritual necesaria para comprender cuanto pasa.
Pero nada mejor para comprender la cosmovisión del padre Gobbi que sus mismas palabras, en este caso palabras que dirigió a los sacerdotes en el retiro anual de 1989, en Collevalenza. Y si bien la cita es larga, su lectura arroja una luz clarividente sobre los tiempos, más allá de lo que permite ver el día a día. La cita recoge dos meditaciones predicadas el 29 de junio de 1989. En ellas explicará los capítulos 12 y siguientes del apocalipsis, en los que entendía como figura de los tiempos actuales. La meditación de la mañana la dedicó al comunismo, la de la tarde a la masoneria. Si bien, a la luz de los tiempos presentes, podría parecer desactualizada en lo referente al comunismo, el contenido de estas meditaciones, su visión global, la mantuvo hasta el fin de sus días, porque no se trataba tanto de una situación política concreta, sino de una estrategía que cada día se va concretando con matemática exactitud. Los tiempos le fueron dando la razón.
"¿Quién es el Dragón Rojo? La Virgen nos lo había dicho ya en un precedente mensaje. El Dragón Rojo es el ateísmo marxista o el comunismo ateo. Ved en ellos al Dragón Rojo. Tiene diez cuernos y siete cabezas; sobre cada cabeza una corona.
De las coronas os hablaré por la tarde, cuando os dé la explicación. También la bestia semejante a la pantera lleva diez cuernos y siete cabezas. Pero ahora, prestad atención. El Dragón lleva la corona sobre las cabezas. En cambio la bestia negra lleva la corona sobre los diez cuernos. ¿Qué quiere decir esto? La corona es signo de realeza, signo de dominio, signo de poder. Quiere decir que el Dragón Rojo ejerce su potencia a través del comunismo ateo de los Estados comunistas donde él domina; en los Estados comunistas, donde él impera; en los Estados comunistas donde él tiene poder. He ahí por qué la cabeza indica el jefe de cada Estado, y la corona, el poder que él ejercita. ¡Combate!, y en esta lucha logra conquistar gran parte de la tierra. ¡Ay de vosotros, habitantes de la tierra!, porque Satanás se ha desencadenado con extrema fiereza.
¿Cómo conquista la Tierra? Allí donde puede, a través de la fuerza política y militar, llevando a todos los pueblos al ateísmo, elevado a sistema político-social; al ateísmo enseñado desde la primera elemental a la Universidad. A saber, impone la negación de Dios, difundiendo el error del ateísmo teórico-científico. Allí donde no logra dominar con el poder político o militar como sucede, podemos decir, tanto para entendernos, en el Oriente, en nuestro Occidente usa entonces una táctica más sutil, difunde su ideología para llevar al mayor número posible al ateísmo práctico. Y entonces, comprenderéis, suscita mucho bienestar, la “dolce vita”, para que el hombre caiga víctima del materialismo. Lleva el progreso técnico al vértice y que el hombre en todos los sectores consiga una perfección técnica jamás lograda. Entre paréntesis, os recuerdo la plática de ayer de D. Iván, en la que nos decía que en treinta años se ha progresado más que en ocho siglos en el plano de la ciencia y de la técnica. Y entonces como hoy se difunde en el ambiente el aire contaminado que lleva a la corrupción, y el Papa en la próxima jornada de la Paz, hablará sobre esta contaminación, causada por el desorden moral, por la corrupción, hermanos sacerdotes, esta atmósfera que se difunde, que trata de buscar el motivo de vivir en el placer, en el sexo, en el materialismo, en el hedonismo conduce al hombre a ser prácticamente indiferente de frente a Dios. Dios no le interesa ya.
Este ateísmo práctico es más peligroso que el ateísmo teórico porque donde éste se impone por la fuerza suscita la reacción, mientras que aquél por el contrario, como todos somos guapos, bien vestidos, bien comidos y un tanto pasotas, todos nos dormimos sobre los laureles. El ateísmo práctico lleva a esto: a la negación de Dios sin ni siquiera darse cuenta, con la ilusión de ser libres. Como consecuencia de este ateísmo teórico y práctico, hoy, este nuestro siglo, ha construido una nueva civilización. Algunos la llaman ya post-cristiana, no lo sé. Una civilización atea, una civilización sin Dios. El Papa afirmaba: “Hoy la humanidad ha construido una civilización sin Dios, de tal forma como jamás se conoció desde el comienzo de su historia”.
"Ya en un precedente mensaje la Virgen nos decía: “si el Dragón Rojo es el ateísmo marxista, la bestia negra es la masonería”. ¿Por qué negra? Mientras que el Dragón Rojo se manifiesta a las claras con su poder, la bestia tiene el color de la noche, porque se esconde, se oculta, obra en la sombra. ¿Por qué tiene las pezuñas de oso y sólo la boca de león? El león indica potencia pero no en las pezuñas, sólo en la boca. Porque mientras el Dragón actúa abiertamente con su potencia, la masonería actúa con la astucia. Y ¿por qué la boca de león? Porque su poder está, sobre todo, en los medios de comunicación social. Ved ahí la boca, los medios de comunicación social. Ahora he de haceros notar una particularidad: el Dragón tiene diez cuernos y siete cabezas coronadas. La corona está sobre cada cabeza. La bestia, en cambio, al revés: tiene siete cabezas, pero la corona está sobre cada uno de los diez cuernos.
¿Qué quiere decir esto? Yo me lo explico así: la corona (o diadema) es signo de poder. El comunismo ejerce su poder sobre los Estados comunistas; allí domina. La masonería ejerce su poder a través de las Logias masónicas. Las cabezas de la bestia negra indican las Logias masónicas, pero que no tienen poder porque obran en el escondimiento. El poder sobre el que actúan son los cuernos, es decir, los medios de comunicación social, dominados por la masonería. La masonería obra y maquina a través de los medios de comunicación social... Prosigamos ahora en esta interpretación. Las siete cabezas son las logias masónicas. El número 7 es simbólico, y comprenderéis enseguida el por qué. Mientras tanto procuremos finalmente dar la explicación de los diez cuernos. ¿Qué significan los cuernos? ¡Vaya!, siempre se están burlando de los cuernos. Suelen ser siempre dos. (Risas.) Pero esta vez son 10. El cuerno en el mundo bíblico fue siempre un medio de amplificación de la propia voz. El cuerno en el mundo bíblico fue siempre un medio de comunicación. ¿Cómo se daba el grito del combate? A través del cuerno. El cuerno, podríamos decir, en el mundo bíblico sustituía a lo que ahora en nuestros tiempos es el micrófono. Si abrís el Antiguo Testamento, para entenderlo mejor, entonces no se usaba el micrófono, se empuñaba el cuerno, se hablaba a través de él, y la propia voz se amplificaba. El cuerno en el mundo antiguo, bíblico, ha representado un medio de comunicación. ¿Estáis de acuerdo?
Dios comunicó a través de 10 cuernos su santa Ley a su pueblo, los lo mandamientos. Con estos 10 cuernos, con los diez mandamientos, el Señor comunica de inmediato la Ley a su pueblo. Ved entonces a la bestia negra, a la masonería, que a través de sus diez cuernos, de manera solapada, astuta, maldita, emponzoñada, comunica sus diez anti-mandamientos, que son diametralmente opuestos a la santa Ley de Dios, y que constituyen hoy la ley moral de la humanidad. Son todo lo contrario a los diez mandamientos. Es una ley coronada porque mientras en el Orden Masónico se esconde y se obra en la sombra, el gran poder de la masonería está en los medios de comunicación social: radio, televisión, de la que habló ayer nuestro querido D. Iván, prensa, que en su mayor parte están en sus manos. Allí, ella domina; allí, ella tiene poder, para difundir los diez antimandamientos.
Repasemos un poco los diez cuernos que el Señor comunicó a Moisés, para cotejarlos luego con los diez cuernos de la masonería, que propone su ley. Dios propone una ley porque el Señor dice a su pueblo: Te comunico la ley, esta es mi Voluntad. Si caminas en esta ley, vas al encuentro Conmigo. La masonería dice: Te comunico con los diez cuernos una anti-ley. Si caminas por esta senda, si observas esta ley, te pongo en el puesto de Dios, y jamás te encontrarás con Dios. Dice el Señor: 1º Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otro Dios fuera de Mí. 2º No nombrarás el nombre de Dios en vano (...) Todos estos mandamientos se explican estupendamente en los mensajes, que después de la cena os leeré. Y ahora, ved la táctica de la masonería. No tendrás otro Dios fuera de Mí.
Comprended el juego de esta lucha. Mientras el Dragón Rojo tiene como misión la negación de Dios, la masonería tiene como misión admitir a Dios, pero para blasfemarlo. La mayor blasfemia consiste en sustituir el culto debido a Dios, poniendo en su lugar a una criatura. Porque este es el primer mandamiento: Yo soy el Señor tu Dios, y no tendrás otro dios fuera de Mí. Y, entonces, ved: al hombre, al sexo, al di-ne-ro, ved ahí las nuevas divinidades, y, sobre todo, la meta más codiciada: dar culto a aquel que por definición no lo merece: ¡a Satanás! Ahí tenéis el por qué, y favorecido por la masonería, en estos tiempos se propaga el culto satánico, se propagan las misas negras por doquier, aun en nuestros países de profunda tradición católica, las misas negras.
- No tendrás otro dios fuera de Mí. Lo blasfema construyendo falsas divinidades, falsos dioses, ídolos delante de los cuales la humanidad se inclina en adoración.
- No nombrarás el nombre de Dios en vano. Pero, ¡almas de Dios!, su misión es la de blasfemarlo de manera tan solapada, astuta, que parezca que la blasfemia se justifica, es hasta legítima. Bajo su influjo se ha llegado a tales aberraciones, que tan solo hace diez años nos hubiéramos llevado las manos a la cabeza, y el pobre D. Gobbi se habría arrancado los pelos si no fuera calvo (...) Y nosotros ni nos percatamos de la táctica satánica con que la masonería blasfema al santísimo nombre de Cristo (...) ¡Ved qué tiempos vivimos! ¡Ved cómo la masonería ha logrado su propósito! Recordad el tercer mandamiento: Santificar las fiestas. ¿En qué se ha convertido el día del Señor? Lo han convertido en el día de los “comités”, como dicen los ingleses; el día de diversión, el día de las competiciones deportivas. ¡Sin darse cuenta! Un domingo: ¡Milán-Roma! ¡Gran competición ciclista, futbolística! ¡La extraordinaria extra-Roma! Todos son medios para desacralizar el domingo como el día del culto a Dios, y entregarlo al culto del hombre. ¡He ahí el tercer cuerno!
- No nombrarás el nombre de Dios en vano. Pero, ¡almas de Dios!, su misión es la de blasfemarlo de manera tan solapada, astuta, que parezca que la blasfemia se justifica, es hasta legítima. Bajo su influjo se ha llegado a tales aberraciones, que tan solo hace diez años nos hubiéramos llevado las manos a la cabeza, y el pobre D. Gobbi se habría arrancado los pelos si no fuera calvo (...) Y nosotros ni nos percatamos de la táctica satánica con que la masonería blasfema al santísimo nombre de Cristo (...) ¡Ved qué tiempos vivimos! ¡Ved cómo la masonería ha logrado su propósito! Recordad el tercer mandamiento: Santificar las fiestas. ¿En qué se ha convertido el día del Señor? Lo han convertido en el día de los “comités”, como dicen los ingleses; el día de diversión, el día de las competiciones deportivas. ¡Sin darse cuenta! Un domingo: ¡Milán-Roma! ¡Gran competición ciclista, futbolística! ¡La extraordinaria extra-Roma! Todos son medios para desacralizar el domingo como el día del culto a Dios, y entregarlo al culto del hombre. ¡He ahí el tercer cuerno!
¡Cuarto cuerno!: honra al padre y a la madre, viviendo en una familia cristiana, que da significado a la unión de marido y mujer en orden, queridísimos hermanos, a la transmisión de la vida. Y ahora se legitima la convivencia hasta de los homosexuales. Aun el Parlamento italiano está a punto de aprobar que cuando dos viven juntos, es como si formaran familia. Y con todos los impedimentos para impedir la vida: ¡el aborto!, hermanos, ¡los anticonceptivos! ¡La gran plaga contra este mandamiento! Por lo que hoy se ha perdido el sentido... observad vuestras familias cristianas, aun entre padres buenos, padres con guapos hijos, que viven en familia. ¿Se casan? No, viven juntos. Cuando se cansan, cada uno va por su lado, y se buscan otro u otra. Se ha perdido el sentido, no digo ya cristiano, sino hasta el natural de lo que es la familia.
¡No matarás! Entran aquí también directamente los abortos, los medios para impedir la vida, la tentativa de justificar la eutanasia, la falta de respeto a los valores de la vida de tantos modos, hermanos. - No hablemos del cuerno propiamente llamado, perdonadme, ¡cornudo!: “no cometerás actos impuros; porque en esta materia todo está justificado. El pecado impuro no existe ya, como el pecado “solitario”. Se justifican las relaciones prematrimoniales. Los padres pueden hacer lo que les dé la gana. Ahora, ya sin ambages, se producen movimientos pro liberación de la homosexualidad. Y hay diócesis cuyos obispos los bendicen. En Estados Unidos estuve en una catedral en la que se realizaba una gran concelebración para todos los homosexuales, con 40 sacerdotes inscritos en la asociación “gay”. ¡Ay!, queridos sacerdotes, meditad seriamente... ¿habéis comprendido? Este es el problema. ¡Ved ahí los cuernos! - No darás falso testimonio; no mentirás: la doblez, el engaño, el fraude...
- No desearás la mujer de tu prójimo. Ved, tal como van las cosas, en un hombre tan corrompido, lo que... Por tanto, los diez cuernos son los medios de amplificación para difundir los anti-mandamientos de modo que no los ateos, sino los creyentes; no los cristianos, sino los católicos cuando se encuentran de frente a la ley de Dios, condicionados por los medios de propaganda: la televisión, que verdaderamente es un terrible medio de seducción; la prensa, la mentalidad pública, que proponen estos valores, se empapan de ellos, y se alejan de la ley de Dios y se apartan del Señor. Mas luego, debo proseguir, existen aquellas malditas sectas, cabezas, aquellas malditas logias masónicas (...)
La masonería tiene la misión de proponer una ley opuesta a los diez mandamientos para impedir el encuentro con Dios; y luego, para oponerse a la gracia que Cristo nos ha obtenido, notadlo bien, ved que entra con todas como romana del diablo, para arrebatar la gracia a las almas, justificando el pecado. ¡Quita la gracia!, presentando el mal moral, que es el pecado, como un bien. En consecuencia, ¡almas de Dios! se vive en pecado. Es un bien. Y ya no se confiesa. También entre nosotros sacerdotes; me he encontrado con algunos con “relaciones”... Pero... No, no es ya pecado.
-¿Te confiesas?
-No.
-Busca un sacerdote santo.
-No, estoy tranquilo.
-No.
-Busca un sacerdote santo.
-No, estoy tranquilo.
El año pasado hablando con un hermano sacerdote, no del movimiento, párroco de un millar de almas en una diócesis de Friuli, me dice: “Hace diecisiete años que no me confieso”. ¡Párroco!, y no siente la necesidad de confesarse. Viviendo así, ¿cuáles son las consecuencias?
Veamos un poco qué consecuencias produce la vida en gracia y qué consecuencias la vida en pecado. Todos sabéis que la gracia es la comunicación de la misma naturaleza divina: la Trinidad habita en nosotros. Obramos sobrenaturalmente. Si morimos estamos ya en el Paraíso. La gracia se adhiere a nuestra alma de forma cualitativa como una cualidad. Se adhiere en el mismo momento que se nos comunica, y se acompaña de gérmenes operativos de acción sobrenatural, para obrar en conformidad con la gracia recibida. Un asno obra como asno porque es un asno. Un hombre obra como hombre porque es un hombre. Un hombre en gracia obra sobrenaturalmente, con acciones divinas porque tiene la vida divina en él. Para obrar de manera divina con la gracia se introducen dentro del alma en gracia gérmenes de vida sobrenaturales, que son las virtudes. Las principales de estas virtudes son siete; he ahí las siete cabezas. Son siete: tres virtudes, llamadas teologales, y cuatro, llamadas cardinales. Las teologales: Fe, esperanza, caridad. Las cardinales: Prudencia, justicia, fortaleza, templanza.
Cuando en un jardín sembráis semillas, para que puedan florecer se necesita el calor del sol. Durante el invierno duermen, en la primavera florecen. Estas virtudes para florecer necesitan ser iluminadas por el sol divino, por el sol del Espíritu Santo. Ved entonces que descienden como siete rayos, los siete dones del Espíritu Santo para que broten y florezcan las virtudes: La fe, iluminada por el don de la sabiduría. La esperanza, iluminada por el don de la ciencia. La caridad, iluminada por el don de la piedad. La prudencia, iluminada por el don del entendimiento. La justicia, iluminada por el don del consejo. La fortaleza, iluminada por el don de la fortaleza. La templanza, iluminada por el don del temor de Dios. Bajo la acción de estos dones del Espíritu Santo, estas virtudes brotan en el alma en gracia y la mueven a practicarlas y practicándolas se camina por la senda trazada por Dios, por el camino de la santidad, por el camino de la salvación, por el camino del Paraíso.
El Dragón, como hemos dicho, en primer lugar domina para arrastrar al ateísmo, y luego entra en el mundo de los creyentes para llevar a las almas a la perdición. La bestia negra obra componiendo los diez antimandamientos de Dios para que el hombre caminando por esta senda viva en pecado mortal y se condene. ¿Qué es el pecado mortal? La libre, consciente, grave trasgresión de un mandamiento de la ley de Dios. Cuando un alma camina en este estado, se encuentra en pecado mortal. Pero la bestia negra se las apaña para hacer esta trasgresión razonable, justificada, presentando el pecado como un tabú, la trasgresión como un valor por lo que el hombre lo comete, y pierde la conciencia de pecado como un mal. En una ocasión Juan Pablo II, citando a Pío XII, decía: “el mayor pecado de este nuestro siglo XX es el haber perdido la conciencia del pecado como un mal. Si os ponéis en gracia de Dios tenéis dentro de vosotros un depósito de gérmenes, de operaciones espirituales, que son las virtudes que florecen bajo la acción del Espíritu Santo: es el celeste jardín. Sí vivís, en cambio, en pecado mortal, sembráis malas acciones, por lo que no brotan flores sino hierbajos, que se oponen a las virtudes. Y son también siete, como las siete cabezas, como las siete logias, que se oponen a los siete dones y a las siete virtudes, y son: los siete vicios capitales (capital viene de caput-a cabeza, porque son cabeza de otros muchos vicios).
He aquí los siete vicios capitales: A la fe, iluminada por el don de la sabiduría, se opone el vicio de la soberbia. A la esperanza, iluminada por el don de la ciencia, se opone el vicio de la lujuria. A la caridad, iluminada por el don de la piedad, se opone el vicio de la avaricia. A la prudencia, iluminada por el don del entendimiento, se opone el vicio de la ira. A la justicia, iluminada por el don del consejo, se opone el vicio de la envidia. A la fortaleza, iluminada por el don de la fortaleza, se opone el vicio de la pereza. A la templanza, iluminada por el don del temor de Dios, se opone el vicio de la gula. A la bestia negra le fue dada la boca para proferir palabras de orgullo y de blasfemia. Y abrió la boca para blasfemar contra Dios, contra su nombre y contra su morada y contra todos los que habitan en el Cielo. La personificación de estos siete vicios constituye un ídolo, propuesto hoy por la bestia negra para ser adorado en el puesto de Dios. Hemos dicho: la soberbia. Su ídolo es la inteligencia humana, elevada a ídolo. Se le adora, se la acepta como criterio único de verdad, se arrodilla ante ella (...) El vicio capital de la avaricia. Su ídolo ¿cuál es? el dinero, hermanos, el di-ne-ro. Cuántos, aún los cristianos católicos, y francamente también, perdonadme, entre nosotros sacerdotes, inciensan una vez al Dios uno y trino, y otra vez al Dios uno y «quatrino»... al dinero, el apego al dinero, al dinero. (aquí dirá el compilador: El padre Gobbi dio esta meditación o plática en italiano, aquí el juego de palabras resultó imposible de traducir para los responsables del MSM en España sin hacerle perder la gracia, dado que “quatrino” en italiano significa dinero en general) .
La ira produce ¿qué ídolo? La división, la rabia, la guerra, el odio. Sí, la guerra. La guerra como medio de poder, de avasallamiento. La pereza: el miedo, la dejadez, el error. El error que por pereza nutre la opinión pública. La envidia: el egoísmo, el amor a sí mismo. Estos son los ídolos, las divinidades. (Esta noche lo escucharéis en el mensaje.) Cada cabeza, cada logia lleva esculpida una horrible blasfemia: el nombre de un ídolo, de un falso ídolo que se contrapone al único y verdadero Dios (...)
Obrad, pues, mis hermanos masones, obrad. Obrad con toda vuestra astucia y estad seguros de conquistar el mundo; escondeos, escondeos, ¡su luz es más potente que vosotros! El Dragón es menos fuerte que su belleza. La belleza de la Virgen, al final os hará salir de vuestras madrigueras al descubierto, y deshará todas las tramas de la masonería”.
Cesar Uribarri
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