viernes, 24 de junio de 2011

UN EREMITA ME RESPONDE (II)



(Ver (I) en este mismo blog: 22 de junio 2011)

Tras la respuesta ya publicada de mi amigo eremita sobre su estilo de vida que él ampliamente contestó, pasé a formularle otra pregunta, algo más comprometida y personal, que él con idéntica sencillez me respondió. Me picó la curiosidad de la actual relación de mi amigo ermitaño con el párroco de su pueblo.

He aquí literalmente su respuesta literalmente transcrita: El párroco sabe algo sobre mi estilo de vida, pero nunca en mi vida he tenido una conversación, de tú a tú, con ningún sacerdote, sobre mi vida personal y mi trayectoria espiritual ..Se me han puesto así las circunstancias. Como dice un autor de un libro sobre la dirección espiritual: “A no ser que el Señor quiera que tengamos director espiritual, no nos lo va a proporcionar. Ya podemos buscar, pedir y hasta exigir que no lo vamos a encontrar... En estos casos el Señor suplirá y con toda seguridad que les proveerá de la adecuada orientación, sirviéndose de otros medios, como pueden ser los sacramentos, predicaciones, lectura espiritual, encuentros providenciales con alguna persona, inspiraciones interiores etc”. Esto me ha pasado a mí exactamente.

Y como dice el capuchino Raniero Cantalamessa: “Hoy en día es evidente el problema de la dirección espiritual, porque de hecho, ni existen directores espirituales. En esta situación tenemos que descubrir que la Palabra de Dios asegura a toda alma que lo quiere una fundamental e infalible dirección espiritual”.

De esto tengo una experiencia total desde el mes de noviembre de 1984.
Volviendo a la cuestión del párroco, yo le ayudo como ayudo al obispo y a S.S. el Papa, con mis oraciones, sacrificios y mi inmolación interior, cooperando con Cristo en la redención del mundo“. Hasta aquí la respuesta del eremita amigo a mi segunda pregunta. Quedan por publicar otras contestaciones que quizá algún lector espera con interés y curiosidad, pues siempre son de agradecer los testimonios de aquellos hermanos cristianos que han optado por otros estilos de vida que muchas creían habían desaparecido de la Iglesia de Cristo.

Miguel Rivilla San Martin

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