jueves, 14 de abril de 2011

LA TEOLOGÍA MORAL


Toda reflexión moral o ética se inicia por la pregunta: ¿qué debo hacer para ser más humano?, pues de lo que se trata es responderse al interrogante: ¿Qué clase de persona quiero ser?

Cuando hablamos de valores morales o éticos nos referimos a aquellas actitudes o realidades concretas que nos impulsan a estimar y hacer el bien. Pero es indudable que ello supone delimitar cuáles son esos valores y ésta es la tarea, con su estudio y trabajo, de los moralistas. Me parece por ello conveniente explicar qué es la Teología Moral.

La Moral es la aplicación práctica de la concepción de la vida y del mundo que tiene cada ser humano. En efecto los hombres de todos los tiempos y lugares se han visto agitados por gozos y tristezas, esperanzas y angustias, que les han hecho sentirse seres problemáticos y misteriosos, llenos de grandeza y de miseria.

El hombre es un ser que se interroga ante los problemas que le circundan y ante los que no puede permanecer indiferente o neutral, pues le afectan en lo más profundo de su ser. Por ello actúa, busca cuál es su destino y su pleno desarrollo humano, evoluciona y quiere progresar.

Cada uno de nosotros se siente interpelado por los eternos enigmas del vivir y del morir, imponiéndose a todo individuo la noción de moralidad, así como la oposición entre Bien y Mal, siendo la Moral no otra cosa sino la teoría de la acción humana en cuanto tiene el Bien como fin.

Todos nos preguntamos sobre el sentido de nuestra existencia y para nosotros los cristianos el mensaje de Jesús es la respuesta que nos da luz y fuerza, pues "interrogarse sobre el Bien significa en último término dirigirse a Dios, que es la plenitud de la bondad" (Encíclica de Juan Pablo II Veritatis Splendor nº 9).

La introducción de la fe en esa búsqueda es lo que nos hace hablar de Teología Moral. Por ello la Teología Moral Cristiana estudia bajo la luz de la fe cuál es el sentido de la vida y cuál debe ser la respuesta del hombre libre que vive en la comunidad humana a lo que Dios le pide en cada momento de su existencia a fin de lograr el espíritu de vida en Cristo (Rom 8,2). En otras palabras la Teología Moral estudia qué hemos de hacer para vivir según el espíritu de Cristo.

La diferencia con la Ética es que ésta se mueve en un plano meramente racional, mientras que en la Teología es la razón iluminada por la fe. Se presupone por tanto la fe, es decir la aceptación por parte nuestra de la Palabra revelada; aceptación que hace que el centro, norma y fin de la Teología Moral Católica sea la Persona de Cristo, y en ello se diferencia de la Ética.

Al ser Teología es ciencia en la que hablamos con Dios por medio de la oración, del estudio y de la gracia, pero también sobre Dios y la inserción que Él hace de nuestra vida en su obra de salvación. Pero es también Moral, es decir ciencia sobre el hombre y sus actos libres, necesitando para ello el apoyo y la ayuda de las ciencias humanas, no bastándonos el saber distinguir el bien del mal, sino siendo también importante el saber por qué tengo que ser un ser moral.

Nuestro creer y nuestro actuar son por tanto los temas centrales en Teología Moral. Su propósito no es en consecuencia elaborar normas y reglas, aunque secundariamente también haya que hacerlo, sino ante todo buscar el sentido de la existencia y del obrar cristianos, indicando orientaciones, iluminando sentidos y significados y proporcionando al creyente criterios y estructuras de determinación y decisión responsables e inspiradas en el Evangelio.

Toda reflexión moral o ética se inicia por la pregunta: ¿qué debo hacer para ser más humano?, pues de lo que se trata es responderse al interrogante: ¿Qué clase de persona quiero ser? La respuesta del cristiano ante estas preguntas es buscar su identidad en un mundo pluralista, realizando su opción por Cristo dentro de la comunidad eclesial, opción que le lleva a un encuentro cada vez más profundo con Él, no bastando para ello la tarea negativa de evitar pecados, sino que más positivamente hay que colocar en primer lugar la obligación de hacer el bien, ya que éste es el contenido de la vocación o llamada del hombre por parte de Dios.

La Teología Moral trata por tanto de la dimensión práctica de la fe y de su impacto sobre la vida y el actuar. Su objeto es en consecuencia el comportamiento humano responsable y libre, no permaneciendo indiferente ante él, sino indicándonos con sus normas el camino que hay que realizar, a fin de conseguir no sólo respetar, sino también construir la dignidad propia y la de los demás, intentando para ello hacer un mundo mejor y más justo. Es decir, la Teología Moral no sólo describe comportamientos, sino que apunta hacia un ideal que quiere alcanzar y que es también su fuerza de inspiración, ideal encarnado en Jesucristo. Y ese ideal no es otro sino el que Jesús nos dice en el Evangelio: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura (Mt 6,33).

Termino con una afirmación: estudiar Teología Moral, enseñarla y sobre todo tratar de vivir como ella nos enseña, es decir tratar de vivir según el espíritu de Cristo, creo que vale la pena.

Pedro Trevijano

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