REACTORES NUCLEARES... ¿INCENTIVAR EL APOCALIPSIS?

La primera pregunta es: ¿Cómo es posible que un país telúrico, con más de mas de 300 temblores al año, tengan siete plantas nucleares sin las condiciones de seguridad necesarias?... Y DESPUES LE HECHAN LA CULPA A DIOS.

El País Japonés, su cultura, su estatus científico, su inteligencia, considerada a nivel mundial como una de las más desarrolladas.... ¿Cómo es posible que tengan plantas nucleares sin las precauciones especiales por el bien de su pueblo y de la humanidad? ¿Son... o se hacen?

Esto me hace recordar a las casas que construyeron los tres chanchitos para resguardarse del lobo. Sólo la de ladrillo y cemento no pudo ser tumbada con los soplidos del lobo. AL MENOS UN CHANCHITO PENSÓ...

Sopla y se desmoronará, ese el problema actual en Japón. Pero no sólo en Japón hay estas deficiencias. En Europa: Alemania, Francia, etc. Están en la misma situación, con más de 40 años de construidas. Y, no solamente en Europa, en Sur América: Brasil, Argentina, y hasta en el Perú tenemos el mismo problema.

¿Por qué no buscamos alternativas?
Sí hay alternativas: Energía solar, el viento, pueden producir la energía necesaria para poder tener lo que siempre hemos tenido. Pero los lobis internacionales, los que luchan porque el petróleo o la energía nuclear (accesible solo para pocos) hacen lo imposible para que esto no prospere.

Nos vamos a la mierda por culpa de unos cuantos que, a pesar de ser multimillonarios, son tan estúpidos que no quieren gozar de lo que ya obtuvieron, que así pasen 10 o 15 años podrían disfrutar de sus dólares.

Hay alternativas. Hay que ponerse, carajo, los huevos bien puestos, y mandar al carajo a todos estos ambiciosos que están propiciando el Apocalipsis.

Perdón por las malas palabras... es que me jode que aceptemos tanta estupidez de parte de tanta gente que se dice inteligente, y no son sino brutos ambiciosos que no se dan cuenta que están mandando a este mundo a la mierda.

NO ESTARÁ DIOS PROBANDONOS PARA BUSCAR NUEVAS ALTERNATIVAS EN LA NATURALEZA ¡OJALÁ!

José Miguel Pajares Clausen.