domingo, 27 de febrero de 2011

DESARROLLO DOMINIO PROPIO


Recuerda que tu mente es el campo de batalla así que mantente firme no permitas que tus pensamientos se desvíen.

Dice en Proverbios 25 28 que Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse”.

Es impresionante la importancia que este tema tiene en la vida de las personas y que no siempre se le pone la atención que merece. Pero también estoy segura que hay muchos hijos de Dios con esta inquietud y que día a día están librando su propia batalla venciendo tentaciones con la ayuda del Espíritu Santo.

La Palabra de Dios compara a una persona sin dominio propio a una ciudad que está a merced del enemigo y de fortalezas externas que llegan a tener el control de su vida.

Definición de Dominio propio: "virtud de uno que controla sus deseos y pasiones, especialmente sus apetitos sensuales".

Del griego sofronismós; disciplina, control de uno mismo: dominio propio.

Es un don de Dios según vemos en 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. No obstante los dones y el poder que Dios concede a sus hijos no se fortalecen por sí solos sino como dice Pablo deben ser avivados por la gracia de Dios mediante la fe, oración, obediencia y diligencia.

Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. (2 Pedro 1:5-7)

De allí que la clave para tener control espiritual sobre tus emociones negativas, tus pensamientos y tus actos es la renovación de la mente y que tus pensamientos estén de acuerdo con los de Dios.

En tu mente es donde se levantan argumentos negativos críticos e indisciplinados que te llevan a acciones negativas en contra de la voluntad divina.

Normalmente nuestras acciones son dirigidas por nuestra forma de pensar, así que el primer paso para actuar correctamente es tener pensamientos correctos. En otras palabras, amurallar tu ciudad (tu mente) con muros fuertes (pensamiento de Cristo) que no puedan ser derribados por los argumentos del diablo y los deseos de la carne.

Recuerda lo que dice 2 Corintios 10:4-5: Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.

¿Cómo puedes renovar tu mente? ¿Cómo puede el fruto del espíritu prevalecer sobre las obras de la carne?

Conociendo tu identidad en Cristo, tu posición y tu relación con Él. Tú puedes tener control sobre tus pensamientos y por lo tanto sobre tus acciones, por medio del conocimiento y la certeza de que todo ha sido hecho nuevo en ti a través de Él. Que Cristo sea tu fortaleza y el Espíritu Santo tu guía. Que juntamente con Él todo es posible. Si tú lo decides, si rechazas todo pensamiento que se levante en contra de la voluntad de Dios, si tu mirada está puesta en lo celestial y no en lo terrenal.

Efesios 4:22-24 Que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe, según los deseos engañosos, ser renovados en la actitud de vuestra mente; y poneros el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad”.

En conclusión, busca primeramente el reino de Dios, permitiendo que su Palabra impregne tus pensamientos, reconoce tu posición en Él, adórale y glorifícalo, reconócelo en todos tus caminos y Él te guiará en tu diario vivir.

Un paso cada vez: Tu comportamiento va a ir siendo transformado y vas a poder ver el fruto del Espíritu Santo a medida que tu pensamiento va siendo renovado. Vive cada día, gana las batallas del día no trates de ganar hoy la batalla de mañana y así podrás ganar la guerra.

Recuerda que tu mente es el campo de batalla así que mantente firme no permitiendo que tus pensamientos se desvíen y ten siempre presente quien eres en Cristo Jesús.

Practicad el dominio propio y manteneos alerta. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resistidlo, manteniéndoos firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos”. (1 Pedro 5:8-9)
Por: Sonia Luna

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