Asia Bibi
Latif Masih, de 22 años y perteneciente a la Iglesia protestante (presbiteriana) abrió una tienda de telefonía móvil en su pueblo, Godhpur, en la región paquistaní del Punjab.
Un vecino musulmán llamado Ijaz Ahmed, hijo del ayatolá de la aldea, quería quedarse con el negocio. Tras varias agresiones físicas sin motivo alguno, a finales de mayo la Policía le fue a detener. Le llevaron ante el juez del distrito. ¿La acusación? Había sido visto quemando hojas del Corán.
Latif permaneció cinco meses en prisión provisional hasta que el denunciante, el propio Ijaz Ahmed, dudó en una declaración judicial. Aun así, al cristiano se le impuso una fianza. Volvió a su pueblo a primeros de noviembre. Como relata su madre, Masih Rubina Bibi, dos hombres armados con pistolas se acercaron hasta la casa y le conminaron a que los acompañara. Latif, resignado, los siguió. No se alejaron mucho, sólo unos pasos, antes de dispararle cinco tiros. Los asesinos huyeron en una moto. «Había varios policías en la calle, pero no intentaron detenerlos», se quejaba su madre, testigo de la brutalidad.
El jefe de la Comisaría local, Rafique Ahmed, se encoge de hombros: «Ningún buen musulmán tolera a un blasfemo».
La tragedia de Latif puede repetirse en el caso de Asia Bibi. Como advertía Fides Tahira Abdullah, musulmana y activista de derechos humanos, aunque el presidente Zardari haya concedido el indulto, «Asia saldrá de la cárcel, pero su vida estará en grave peligro. Los líderes islámicos dirán que una culpable de blasfemia ha sido liberada y querrán hacer justicia por su cuenta. Cualquiera puede matarla porque a quienes defienden el nombre del Profeta se les otorga el paraíso».
El indulto del presidente de Pakistán a Asia Bibi (que aún sigue en prisión) ha sido respondido con manifestaciones de islamistas en contra de esta decisión, pidiendo que se aplique la “ley antiblasfemia”.
El culpable de blasfemia es condenado a morir en la horca, el castigo que contempla la legislación del país por insultar a Muhammad. Las voces de la comunidad internacional clamando que fuera indultada Asia Bibi se intensificaron en los últimos días, tanto de entidades protestantes como católicas (con intervención incluida del Papa).
El perdón de la pena de muerte fue anunciado a la cadena CNN por el gobernador de Punjab, Salma Taseer. "No va a ser víctima de esta ley" contra la blasfemia, aseguró. Bibi, de 45 años, fue acusada de insultar al profeta y de cuestionar el Corán durante una acalorada discusión con unas compañeras de trabajo musulmanas, después de que estas se negaran a beber agua de un cubo que Asia Bibi había tocado, al considerarlo profanado y contaminado por manos cristianas.
No queda está claro que Asia Bibi - aunque de momento haya salvado su vida - vaya a ser puesta a corto plazo en libertad, tras 15 meses encarcelada. Su abogado ha presentado un recurso contra la sentencia ante el Tribunal Supremo que está pendiente de resolución. Está también por ver cuál será la reacción al presunto perdón presidencial de los islamistas. Ante el temor a que se produjeran disturbios, Bibi fue trasladada a un lugar seguro, por miedo a que su vida pueda correr peligro si los islamistas “aplican la ley” por su cuenta durante su encarcelamiento.
Una marcha convocada por grupos religiosos islámicos partió esta pasado sábado 27 de noviembre de Islamabad para exigir que el Gobierno no derogue la ley antiblasfemia ni conceda el indulto a Asia Bibi, entre otras demandas.
Un portavoz del Movimiento Sunnita aseguró que los manifestantes partieron de Islamabad y llegaron a la vecina ciudad de Rawalpindi pese al gran despliegue de fuerzas de seguridad. El portavoz del Movimiento Sufí cifró en 8.000 las personas que forman la marcha, pero una fuente de la Policía de Islamabad rebajó el número de manifestantes a unos centenares.
Únicamente personas que confunden el bien con el mal, lo justo con lo injusto, lo recto con lo torcido, pueden catalogar a esta ideología islamista como Civilización.
Zapatero, los relativistas éticos, los nostálgicos del Gulag y los amorales pueden creer que es posible la alianza con estos incivilizados y torticera y falsamente proclaman que es una Civilización.
¿Qué castigo recibirían todos estos multikultis, relativistas éticos, los herederos de Stalin, los Zapateros, los Zerolos, y los extrema izquierdistas, en Pakistán?
A todos estos les convendría vivir un largo tiempo bajo la Shari´a para aprender más sobre la “civilización” que tanto admiran y por la que sienten tanta fascinación.
Estos Zapateros y extrema izquierdistas son indiferentes ante la Ley de antiblasfemia y ante sus víctimas, y no piden juzgar a los líderes islamistas como criminales contra la Humanidad.
Ningún juez de la Audiencia Nacional pide someter a juicio a los dirigentes pakistaníes.
Sólo tienen fuerza para vilipendiar a aquellos que consideran débiles, como a líderes israelíes y al Papa. Esto si que les reporta aplausos del rebaño de los mononeuronales del Pensamiento Políticamente Correcto.
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