El Papa Juan Pablo II en una de sus catequesis de los miércoles dijo que el infierno no es un sitio sino un estado.
Algún periodista, con mala idea, escribió que el Papa había dicho que el infierno no existe, porque no está en ningún sitio.
Y el Papa no dijo “no existe” sino “no es un lugar”, es un “estado”, es un modo es estar, un modo de existir. Lo que no es material no ocupa sitio.
Los espíritus no ocupan sitio, porque no son materiales.
Por ejemplo, una calculadora, como es material, la puedo tener encima de la mesa o en mi bolsillo, pero no así la tabla de multiplicar, porque no es material. La tabla de multiplicar no la puedo meter en una cajita ni en un cajón; sin embargo es una realidad.
El que algo no ocupe sitio no es que no sea una realidad. No todo lo que es real es material.
Pero hablamos de modo popular para entendernos.
Decimos que nuestra madre está en el cielo para indicar que está con Dios. El mismo Jesucristo nos enseñó a rezar “Padre nuestro que estás en el cielo”.
Y la Biblia dice que Adán y Eva, después de pecar fueron expulsados del paraíso, para indicarnos que perdieron su estado de gracia, pero no fueron expulsados de ningún lugar.
Y es que hablamos de modo popular para entendernos.
Jorge Loring, S.I
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