Franciscano de la Inmaculada.
A lo don Bosco… utilizando los talentos y habilidades personales para crear un espacio de encuentro entre el mensaje del Evangelio y la juventud.
“Todo por la Inmaculada… nada por nosotros”. Así lo dice uno de los lemas de los Franciscanos de la Inmaculada, una nueva corriente de renovación de la vida consagrada dentro de la espiritualidad iniciada por el pobre de Asís.
Al parecer se lo toman muy en serio, al pie de la letra. “Nada debe ser excluido de nuestro programa para que el mundo sea Mariano, incluyendo la ciencia y la tecnología, el arte y la literatura, el estado del arte y los deportes” se lee en el directorio de la congregación. Así al menos lo ha hecho fray Gabriel, uno de sus tantos jóvenes miembros que ha tomado el monopatín para llevar el mensaje del evangelio a los jóvenes.
El hermano Gabriel no ha dudado en acercarse a los jóvenes utilizando sus talentos deportivos. Monopatín en mano, o mejor dicho, patineta bajo los pies, busca a los adolescentes en sus propios lugares de reunión y ocio. Las rampas de “skateboarding” australianas han sido testigos de las espectaculares piruetas del habilidoso y original fraile-acróbata sobre ruedas.
¿Qué lo motiva? La respuesta la dan los mismos franciscanos de hábito blanco, como originalmente vestía Francisco y sus seguidores: “En estos ámbitos de trabajo, tan extensos como la tierra, vamos a acelerar el crecimiento de la Iglesia y el advenimiento del reinado del Sagrada Corazón de Jesús en los corazones de todos los hombres”.
“Primero conocer y amar a la Inmaculada nosotros mismos y luego desde allí, hacerla conocer y amar por los otros, usando todos los medios lícitos” dicen los frailes… incluso montar un monopatín.
Gilberto Pérez/ReL
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