domingo, 19 de septiembre de 2010

DIOS... ¿QUIERE QUE CAMBIE?


Estoy seguro que cuando escuchamos a algún sacerdote decir que debemos cambiar”, no se refiere exactamente a lo que esta frase significa.

Dios no puede querer que seamos diferentes a como Él nos creo, eso significaría que se equivocó, y Dios no se equivoca. Así que pensemos un poquito, pidámosle a Dios discernimiento, para que con la ayuda de Dios Espíritu Santo, saber realmente qué es lo que Dios quiere de nosotros y veamos qué resulta.

Analiza esto: Imagínate un burro tal como fue creado... a pelo calato. Ahora imagínate el mismo burro cargado de sacos y pregúntate: ¿Sigue siendo un burro? Por supuesto que sigue siendo el mismo burro, pero la diferencia radica en que ahora es un burro cargado”... ¿no es así?.

Tú eres hijo de Dios, y a pesar que estás cargadode pecados y otras cosas que te apartan de Él, sigues siendo su hijo, pero un "hijo cargado. ¿Qué tienes que hacer?.... simplemente descargarte”. ¿Y cómo?... bueno, Dios te ama y es por eso que instituyó el Sacramento de la Confesión (reconciliación) para que vuelvas a ser como Él te creó, a su Imagen y Semejanza, y no cargado de... Los Sacramentos nos acercan a Dios para recuperar su amistad.

Dios no puede pedirte que seas diferente al que creo con tanto amor. El cambiar significa ser otro. Ser otro es imposible y traumante, pero si puedes volver a ser lo que eras antes de ser drogo, alcohólico, putañero, jugador, etc. Pídele a Dios que te ayude a sacar todo lo que te está estorbando y alejándote de Él.

Recuerdo las enseñanzas de mi guía espiritual, el p. Roberto Padros, cuando nos enseñó como entregar nuestras enfermedades, vivios, apegos, y todo cuanto necesitamos entregar a Dios para quedar limpios, sin nada que nos aparte de Él.

Primeramente no tienes que entregarle o tratar de deshacerte de cosas tuyas: forma de ser, etc. Así te creó el Señor por alguna razón. Si eres renegón o muy tranquilo, serio o muy alegre, parlanchín o callado, etc., no te preocupes porque así eres tú, y Dios te quiere como eres. Más bien entrégale al Señor: envidias, odios, celos, chismes, mentiras, apegos al juego, gastar demasiado, querer tener todo, vicios, etc. Esas cosas no son tuyas; esas cosas son con las que cargaste tu burro; son las cosas de las que tienes que deshacerte.

Ahora la pregunta es: ¿Cómo me deshago de todo lo que me sobra y me aparta de Dios? ¿Cómo hago para descargar mi burro?

Toma nota, que aquí viene el cómo.
Primeramente, déjame explicarte algo: La naturaleza es tan sabia que nunca deja vacíos. Veamos algunos ejemplos.

-Supongamos que hay un hundimiento y derrumbe de tierra. El hueco dejado por el hundimiento es cubierto por la misma tierra del derrumbe que sigue a continuación, así no queda ningún vacío.

-Si te sacan una muela, y no colocas una postiza en su lugar, las muelas colindantes empezarán a unirse, tratando de cubrir el vacío dejado.

Creo que ya captaste la idea para poder proseguir. Si nosotros entregamos a Dios, por ejemplo, nuestro vicio del cigarro, ¿qué va a pasar? En nuestro interior quedará un vacío que nos producirá angustia, y esta angustia hará que tratemos de llenar ese vacío que quedo, por ejemplo, con chicles, caramelos, maní, etc., lo que traerá como consecuencia que, a la larga termines gordísimo, mal del hígado o vuelvas nuevamente al cigarro.

¿Qué podemos hacer?
-Primero: Convéncete a ti mismo que quieres dejarlo por que te está matando.
-Segundo: Pídele a Dios que reciba con mucho amor el vicio que quieres dejar.
-Tercero: Ese vacío que va a quedar, pídele al Señor que lo llene con su Santa Presencia. A la vez prométele a Dios no volver a intentarlo, y para mayor seguridad, pídele que te ayude a cumplir tu promesa.
-Cuarto: Si antes de pedirle nada al Padre, llegas a Él a través de Jesús por María... éxito asegurado.
-Quinto: Convierte en un amante Eucarístico de Cristo. La fuerza de la Comunióny el Ayuno, es el complemento perfecto de nuestra voluntad. Es nuestra fuerza unida al Amor de Cristo la que nos ayudará a perseverar.

Solos no podemos sin vacíos... no hay angustia.

Así, poco a poco puedes ir deshaciéndote de todos tus vicios, manías, apegos, etc. No es muy difícil, yo lo he intentado y me ha dado resultados increíbles, porque mi burro estaba tan cargado que ya no parecía burro sino camión... y de los más grandes.

Por supuesto que nuestro dejar cosas malas puede ser muy largo, pero debemos comenzar ¡YA! Muchos han dejado el cigarro, la droga, el juego, el sexo fácil (pagado), además de males menores con este sistema. Dios no falla, los que fallamos somos nosotros.

DIOS... ¿QUIERE QUE CAMBIES?: ¡NO!

Seamos fuertes en Cristo para vencer con su ejemplo todas las tentaciones que el demonio nos pone para separarnos de Él.

¡SEÑOR... AYÚDAME A SER SANTO ANTES MORIR... PARA NO MORIR!
José Miguel Pajares Clausen

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