Dr. Dick Wynn, vice-presidente de una importante organización sin fines de lucro, se encontró hace dos años, delante de una encrucijada en su vida y en su trabajo.
Después de un largo y productivo periodo de liderazgo, su carrera entró en una nueva fase. Él se sintió atraído para enseñar los principios bíblicos sobre administración financiera a millones de personas, fuera de los Estados Unidos.
Ese nuevo comienzo se tornó rápidamente fructífero y gratificante, cuando súbita e inesperadamente el Dr. Wynn se encontró en una cama de hospital, comenzando una lenta y dolorosa recuperación, después de sufrir la pérdida de un miembro. Debido a complicaciones con la diabetes, los médicos no tuvieron otra salida, que amputar una de sus piernas, debajo de su rodilla.
En la traumática noche de su operación, el Dr. Wynn pensó que sus días de viajar y dar asistencia a otros había terminado. Él se sintió sin esperanza y listo para declararse vencido. Pero en las primeras horas de la mañana, mientras clamaba por respuestas de parte de Dios, a quien él había servido fielmente por tantos años, tuvo la respuesta: “¿Dick, usted va a vivir lo que está escribiendo?”
El Dr. Wynn se había olvidado del libro que estaba escribiendo, bajo el título: “Las Tres “R”s del Liderazgo: Relaciones, Resultados y Recuperación”, (“The Three R´s of Leadership, Relationship, Results and Resiliency”). Al recordar de su propia enseñanza sobre cómo los grandes líderes deben tener la capacidad de una rápida recuperación, él entendió que desistir no era una de sus opciones, a pesar de la adversidad de la situación.
En el 2005 tuve la honra de participar de un retiro en que él, firme seguidor de Jesucristo, fue uno de los oradores. Fue estimulante observar al Dr. Wynn yendo a pie de un edificio al otro, sin ninguna ayuda, a no ser el de la prótesis que substituyó la pierna que perdió. Muchos de los que comparecieron por primera vez al retiro, no tenían la menor idea del esfuerzo y determinación necesarios que lo llevó a estar ahí.
El apóstol Santiago comprendió y enseñó sobre la importancia de la capacidad de recuperación: “Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Santiago 1:12). Antes, en el mismo capítulo, Santiago hace una impresionante afirmación: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones; Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa” (Santiago 1:2-4).
A lo largo de los siglos, el mundo de los negocios ha sido moldeado por hombres y mujeres de visión y propósito, que enfrentaron y vencieron, adversidades y obstáculos, a través de la determinación y flexibilidad personal. Algunos tuvieron orígenes difíciles, otros superaron severos desafíos económicos, físicos o educacionales.
El secreto del liderazgo exitoso en el mundo profesional y de los negocios no está en completar un proyecto, cuando todos los elementos del “Plan A” se desarrollan conforme a las expectativas, sino en el poder de recuperación exigido, cuando el “Plan A” falla o deja de cumplir su objetivo y. El “Plan B”, u otra alternativa, debe ser explorada, probada e implementada.
¿Enfrenta Usted, en este momento, alguna prueba devastadora, un obstáculo aparentemente insuperable que lo tienta a desistir, resignándose al fracaso? Acuérdese de la sabiduría y del ejemplo del Dr. Wynn, al superar una dificultad física seria. Un gran líder tiene la capacidad de una rápida recuperación.
Enviado por: Rick Boxx
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