sábado, 20 de febrero de 2010

SANTÍSIMA TRINIDAD


Lo que puede ocasionar la falta de prédica.

Jorge, uno de los mejores técnicos electrónicos – al menos para mi – en mi país. Él es contratado por Sony, Panasonic, y por toda marca que termine en nic”, para solucionar los problemas de fábrica de los artículos que llegan a mi país.

El tiene 53 años y lo conozco hace 20… por lo menos. Por mi intermedio ha solucionado, gratituamente – o en el peor de los casos cobrando solamente el costo de los repuestos - a varios monasterios.

Pero, yo soy tan buen técnico, como él es tan buen católico... creo que él me gana.

Ayer fui a recoger mi televisor – que ya necesitaba su limpieza, mantenimiento, etc., así como nosotros también lo necesitamos espiritualmente – y conversábamos sobre religión. De hecho, les cuento, que cada vez que voy a su taller, él siempre me saca lo que puede en conocimientos sobre religión, y yo le saco a él sobre electrónica, algo que a mí me encanta.

Esta vez me dejo pensando. Me dijo que la Santísima Trinidad eran cuatro: El Padre, el Hijo, el Espíritu y el Santo. El ignorante no peca. Yo no sabía si reír o ponerme serio. En mis casi 22 años en el camino del Señor, nunca había escuchado tal absurdo.

Pero no estaba del todo mal su pronunciamiento, porque realmente así es Dios, lo que estaba mal enfocado era que en una Trinidad no pueden haber cuatro. Me puse a pensar, ¿cómo le digo que estaba mal, si en el fondo estaba bien?. Me preguntaba a mí mismo ¿lo dejo en su ignorancia o le explico? Opte por explicarle.

Cuando terminé de explicarle que no eran cuatro sino tres, me miró como diciéndome ¿en qué estoy mal?

Me encantó haberle aclarado, en parte, ese famoso misterio, que ni San Agustín se lo pudo aclarar a sí mismo.

Como siempre, como no tuvo que cambiar ningún repuesto, no me cobró nada… pero me dejó pensando.

La prédica nos hace conocer a Dios… predica, hermano, predica.
José Miguel Pajares Clausen

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