jueves, 10 de diciembre de 2009

DIOS ESPÍRITU SANTO


La presencia del Espíritu Santo.

Aunque Jesús pasó tres años enseñando a los discípulos, Él sabía que el conocimiento y la capacidad humana no serian suficientes para las tareas que les esperaban. Ellos necesitarían un acompañante divino para que los guiara. Y lo mismo nosotros.

Dios envió al Espíritu Santo para capacitarnos para el trabajo que Él ha dispuesto para nosotros (Efesios 2:10). Jesús dijo a los discípulos que debían evangelizar al mundo, una tarea al parecer imposible (Mateo 28:19, 20). Aunque habían estado bajo la dirección de Jesús por varios años, seguían siendo hombres con sólo capacidades humanas. Hacer el trabajo espiritual sería imposible sin el poder divino. La presencia del Espíritu Santo en ellos y Su obra a través de ellos, mostraba el poder de la resurrección en lo que ellos decían y hacían en el nombre de Cristo.

Para que nosotros vivamos vidas que honren a Dios, el Padre celestial envío al Espíritu de Cristo para que sea nuestro Consejero. Pedro, un hombre iracundo que negó a Cristo, fue transformado en un gran líder de la iglesia que proclamó con valentía las Buenas Nuevas de Cristo. La diferencia la hizo la presencia interior de Dios, juntamente con la disposición de Pedro de dejar que el Espíritu lo guiara. Dios Espíritu es igual en importancia a Dios el Padre y a Dios el Hijo. El mismo Jesús dijo que nos enviaría un Ayudador (Juan 16:7). Nosotros, que hemos confiado en el Señor Jesús como nuestro Salvador personal, debemos dejar también que el Espíritu Santo viva la vida de Cristo a través de nosotros (Gálatas 2:20).
WPP4-4

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