viernes, 16 de octubre de 2009

¿QUÉ SIGNIFICA SER PIADOSO?


Se tiene un concepto bastante negativo o reduccionista de la piedad en Occidente. En general de todo lo religioso.

No sólo entre los incrédulos, a los que en principio debería importarles un comino. También entre los propios cristianos.

§ Piedad, piadoso, pío. ¡Dios, qué dentera!
§ Tengo que irme, muchas gracias por todo. Y escapó por donde hubo venido. Por si acaso.
§ ¿Rezar? Quita, quita. Eso lo dejo para mi mujer, o para mi abuela (que reza por todos), o para el Papa de Roma.
§ ¿No me ves? ¿Cómo voy a rezar si tengo que dar de comer a mis hijos y cuando llego a casa todo son problemas?
§ Quizá el fin de semana, o cuando tenga un poco más de tiempo. Es decir, nunca.
§ ¿Rezar es algo propio de gente desocupada o beata (en despectivo) o sin otro agarradero?

O asunto de fanáticos irreductibles que no acabamos de entender que la vida es para disfrutarla, sin tanto pecado y murga, sin tanto mandamiento y dogma. Sería muy simple el que pensara así, sin embargo tales elucubraciones se prodigan cada vez más, incentivadas por una cultura de medio pelo, enfangada en el dinero subvencionado y en la farándula, y propiciada por unos medios de comunicación de masas alérgicos a todo lo que suponga talento y buen juicio, y ya no digamos una pizca de trascendencia.

Pero rezar es sólo un aspecto de la piedad. Que para nada está desgajado de la vida ordinaria. La piedad es un don del Espíritu Santo, una chispa de Dios que prende en el alma. Ser piadoso no es cuestión de tiempo, es cuestión de amor. Es como si el enamorado sólo pensara en su amada cuando quedan o están juntos, y el resto del día se olvidara por completo de ella, y dejara de formar parte de su vida. Y el amor lo llena todo.

Por eso la persona piadosa hace bien su trabajo (o lucha por lograrlo), es leal a sus amigos, etc. Ser piadoso ocupa las 24 horas del día y no es una metodología de virtuosos elitistas. Es compartir lo que se tiene, es ser mujer u hombre enteros. Cuerpo y alma, inteligencia y voluntad, razón y corazón, versos y prosa. Y todos esos sueños que nos alcanzan sin remedio en medio de la realidad y de tantos problemas.
Guillermo Urbizu

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