Esto pasó hace poquito… la semana pasada.
Regresábamos de nuestra reunión semanal en un taxi y conversábamos, no sé por qué, de nuestra época de colegio.
Yo decía:
-“Me saqué medalla de oro en el primero y segundo grado - A mi madre la saqué del baño para darle la buena noticia – total, si no fuera por ella no lo hubiese logrado… la medalla era para ella – luego dije que nunca más lo volvería a intentar, porque me daban mucha pena los que salían en el último puesto… yo lo podía asimilar pero… quizás ellos no, por eso me decidí sacar el último puesto, para, pobrecitos mis padres, era algo terrible”
También dije:
-“Los que no fueron buenos en el colegio, es muy posible que sean buenos en el Señor”
Más de uno se unió a mi pensamiento y el taxista escuchaba. Antes de bajar, él me dijo:
-"¿Podría repetir lo que dijo sobre el último de la clase?”
Le dije:
-“¿Cómo fuiste en tu colegio?”
-“¡Ja ja ja!”
Sin comentarios… la respuesta está dicha. Creo que gané un alma para el Señor… y él ni siquiera lo sabía.
Bendiciones por casa.
José Miguel Pajares Clausen
Mes Morado – Señor de los Milagros
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