domingo, 4 de octubre de 2009

EL CAPITÁN


El mar estaba muy picado hacia varios días.

La visibilidad era muy precaria. El capitán del enorme acorazado recomendó a su tripulación permanecer alerta.
-Por favor informe inmediatamente cualquier novedad - ordenó con seguridad el capitán a su segundo.

Tan pronto oscureció, uno de los marinos anuncio:
-Atención, una luz esta brillando hacia el norte
-“¿Se esta moviendo o esta quieta?” - preguntó el capitán.
-“¡Se esta moviendo!” - respondió el segundo.
El capitán llamó al encargado de las señales y le dijo:
-Avísele a esa embarcación que si sigue en esa dirección esta en grave riesgo de estrellarse contra nosotros. Aconséjele que vire 20 grados hacia el este

Como no hubo respuesta y la luz seguía acercándose el capitán decidió encargarse personalmente de la situación.
-“¡Atención, atención! Habla el capitán de este gran acorazado. Le advertimos una vez más, cambie de curso o nos estrellaremos contra ustedes. Háganlo ahora - insistió el capitán con firmeza.
Entonces una voz tranquila y segura le respondió:
-Aquí habla el marinero Pérez. Acorazado, cambie usted su rumbo 20 grados hacia el este
Al oír esto el capitán, ya salido de casillas y casi gritando, dijo:
-Por ultima vez marinero. Este es un barco de guerra, vire inmediatamente 20 grados hacia el este
Y la respuesta que recibió fue:
-Yo soy el encargado del faro y es usted es el que debe cambiar de curso, si no lo hace tendrá un accidente fatal

A veces queremos que los demás cambien y hasta los amenazamos con estrellarnos. Es más fácil que tú cambies. Tú diriges tu barco. Ve a donde tu quieras y como todo buen capitán, se flexible en la forma de construir los caminos. Escucha lo que los demás tengan que decir. Te puedes evitar una colisión.

Mateo 11:29 "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas".
WFP4

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