lunes, 21 de septiembre de 2009

OSCAR DE LA RENTA


Su nombre es sinónimo de elegancia y lujo. Su mención provoca imágenes de un mundo lleno de glamour y belleza.

Ha visto a las mujeres más bellas del planeta, a reinas, princesas y primeras damas. Ese nombre será siempre uno de los primeros en la corta lista de los diseñadores más importantes del mundo. Y a pesar de todo ellos Oscar de la Renta derrocha sencillez. Es una persona sensible, amable, y sobre todo, generosa.

Oscar de la Renta nació en Santo Domingo. Cuando Oscar de la Renta era niño, era muy sensible le interesaban mucho las flores y los jardines en su casa. En la parte de atrás su querida madre Doña María Antonia dividió un terreno en lotes pequeños que asignó a cada niño para que hiciera allí lo que quisiera. Oscar plantaba elote y espinacas y se las vendía a su madre.

En el jardín de su casa había un árbol Ylang Ylang que perfumaba todo el jardín y en noches de fuertes brisas, al vecindario entero. Ese mágico olor hacia volar la imaginación del pequeño y estaba convencido de que si pudiera embotellar el rocío que le caía en la madrugada lo podría vender como perfume. Años después, en 1977, fue la fragancia de este árbol y el rocío que inspiró su primer perfume, Oscar.

Cuando joven quería seguir estudios en España, y contaba con el apoyo de su madre siempre. La partida de él para España dice Oscar de la Renta:
-Fue un enorme sacrificio porque mi madre padecía de esclerosis múltiple y sabía bien que si yo me iba a España nunca más me volvería a ver, porque moriría antes de mi regreso

La Madre de Oscar de la Renta estaba segura que el futuro de su hijo dependía de sus estudios y relaciones en el extranjero. Con esa valentía que procede de un gran amor maternal convenció a su marido.

En 1950, el joven de la Renta se fue a España. Su madre murió, y tal como ella lo había presentido, nunca más volvió a ver a su hijo.

A pesar de ser famoso, es un apasionado por los jardines desde niño. Alguien que cultiva la tierra y que convive tan íntimamente con las plantas aprende a ser humilde, optimista, trabajador, paciente y agradecido. Todas estas cualidades se aúnan en la persona de Oscar de la Renta.
Por: Ana Cristina Reymundo

El papel de una madre y de un padre es descubrir el potencial oculto en la vida de ese niño que rompe vidrios y de la niña llorona. Porque dentro de cada corazón de niño hay grandes semillas sin germinar. Cuantos niños han visto esas semillas destruidas por sus propios padres, pero quiera Dios que nosotros cumplamos a cabalidad esa misión de hacerlas germinar aunque eso represente nuestro propio sacrificio. Los niños a la final son la extensión de nuestra vida pero la independencia de nuestros sueños frustrados.

Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo. Gen 33:5

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