Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se vera en luz.
Job 33:28
Job 33:28
«Gracias a la magistral pericia del piloto, 129 personas sobrevivieron», informó un diario acerca de la increíblemente hábil maniobra del capitán de vuelo, el sueco S. Rasmussen. Ambos reactores del avión habían dejado de funcionar, y la maquina tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia. Un pasajero comentó:
-“No solo tuvimos suerte, ¡sino que presenciamos un milagro!”
¿Quién hizo ese milagro? Verdaderamente, ¿fue solo el piloto? (cuyo sobresaliente merito no queremos desprestigiar con esta pregunta). ¿No estaba presente algún «Otro» que guía el destino de todos los seres humanos y a quien se debería atribuir este milagro, es decir, Dios? Pero no se dijo nada de él. ¿Nadie habrá pensado en Dios y en la eternidad?
En cambio, así se expresó otro pasajero durante los momentos más críticos:
-“¡Vamos al infierno!”
¿Habria ido él verdaderamente al infierno? Se podría suponer, porque cuando una persona no conoce el camino al cielo, va a “donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga” (Marcos 9:44).
Esto es conmovedor, pero es la verdad, pues así lo dijo Jesús, el Hijo de Dios. Pero esto no es lo que Dios quiere para los seres humanos. Vino del cielo en la persona de su Hijo Jesucristo y nos abrió el camino hacia Él. Todo aquel que esta dispuesto a reconocer su propia incapacidad para salvarse, por ser pecador, hallará en el Señor Jesús al Salvador que le preparó una eterna felicidad, y quien dijo: “Nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
WFP3
Unamos nuestro corazón con el de Jesús y María.
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