La Paz (Martes, 11-08-2009, Gaudium Press) Una vez más, el fin de semana pasado, el presidente boliviano Evo Morales atacó a la Iglesia Católica al señalarla de "aliada de la oligarquía para dominar al pueblo" y que "en los últimos tiempos se juntaron nobleza, clero y oligarquía" para dominar y desconocer "el poder y la fuerza del pueblo".
De esa manera, el mandatario boliviano reaccionó a las declaraciones del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Mons. Jesús Juárez, quien el miércoles comentó que al imitar a "la democracia a la venezolana... vamos por el mal camino y nos vamos a encontrar en frente de un muro que, tal vez, traiga más confrontación que avances". Mons. Juárez se refirió en esa ocasión a la importancia de la reflexión interna y propia de la Nación. "Bolivia tiene que buscar sus propios caminos de soberanía, unidad y democracia", dijo el obispo.
Más allá de la cantidad de oportunidades, desde que asumió el gobierno el 2006, en las que Morales atacó, criticó, cuestionó a la Iglesia Católica, queda claro que desde su punto de vista, la Iglesia representa una institución que incomoda a su persona y a su gobierno, porque sugiere que fue aliada de la corona española en el proceso de colonización y "sometimiento" de los pueblos originarios de América.
Para Morales, la Iglesia Católica está recorriendo terrenos prohibidos cuando opina y se pronuncia sobre la situación política en el país, la polarización y los problemas de fondo no resueltos: pobreza, corrupción o violencia, entre otros. "Rezar o hacer política", le dijo Morales a la Iglesia Católica en reiteradas ocasiones.
Las agresivas declaraciones de Morales al accionar de la Iglesia Católica son innumerables y pasan por la diversidad de temas de fondo y de coyuntura que preocupan a los bolivianos. No solo políticos, sino también temas educativos y de impuestos, que derivaron la primera semana de agosto, incluso en la sugerencia de que la Iglesia "debería desaparecer", "la Iglesia apoya a dictaduras militares".
"Cuando no pueden dominarnos con la oración, vienen con el fusil", dijo Morales recientemente al referirse a la crítica situación política que vive Honduras país en el que, según Morales, hubo "un arzobispo, apoyando una dictadura". "Defender a los terratenientes, apoyar a las dictaduras o estar en el golpe de Estado no es orar ni trabajar por la justicia y la igualdad".
Para Morales, la Iglesia está actuando en contra de "las transformaciones políticas" que impulsa su gobierno y "reflexiona" en que "otro mundo es posible,... otra fe, otra religión, otra Iglesia también es posible hermanas y hermanos".
Bolivia es un país cuya población es, en su mayoría, católica y parte de los más de mil millones de hombres y mujeres católicos del mundo.
De esa manera, el mandatario boliviano reaccionó a las declaraciones del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Mons. Jesús Juárez, quien el miércoles comentó que al imitar a "la democracia a la venezolana... vamos por el mal camino y nos vamos a encontrar en frente de un muro que, tal vez, traiga más confrontación que avances". Mons. Juárez se refirió en esa ocasión a la importancia de la reflexión interna y propia de la Nación. "Bolivia tiene que buscar sus propios caminos de soberanía, unidad y democracia", dijo el obispo.
Más allá de la cantidad de oportunidades, desde que asumió el gobierno el 2006, en las que Morales atacó, criticó, cuestionó a la Iglesia Católica, queda claro que desde su punto de vista, la Iglesia representa una institución que incomoda a su persona y a su gobierno, porque sugiere que fue aliada de la corona española en el proceso de colonización y "sometimiento" de los pueblos originarios de América.
Para Morales, la Iglesia Católica está recorriendo terrenos prohibidos cuando opina y se pronuncia sobre la situación política en el país, la polarización y los problemas de fondo no resueltos: pobreza, corrupción o violencia, entre otros. "Rezar o hacer política", le dijo Morales a la Iglesia Católica en reiteradas ocasiones.
Las agresivas declaraciones de Morales al accionar de la Iglesia Católica son innumerables y pasan por la diversidad de temas de fondo y de coyuntura que preocupan a los bolivianos. No solo políticos, sino también temas educativos y de impuestos, que derivaron la primera semana de agosto, incluso en la sugerencia de que la Iglesia "debería desaparecer", "la Iglesia apoya a dictaduras militares".
"Cuando no pueden dominarnos con la oración, vienen con el fusil", dijo Morales recientemente al referirse a la crítica situación política que vive Honduras país en el que, según Morales, hubo "un arzobispo, apoyando una dictadura". "Defender a los terratenientes, apoyar a las dictaduras o estar en el golpe de Estado no es orar ni trabajar por la justicia y la igualdad".
Para Morales, la Iglesia está actuando en contra de "las transformaciones políticas" que impulsa su gobierno y "reflexiona" en que "otro mundo es posible,... otra fe, otra religión, otra Iglesia también es posible hermanas y hermanos".
Bolivia es un país cuya población es, en su mayoría, católica y parte de los más de mil millones de hombres y mujeres católicos del mundo.
Por: Elizabeth Paravicini G.
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