viernes, 7 de agosto de 2009

EL MAL EJEMPLO DEL HIJO MAYOR


En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima, autorizándonos a que la citáramos:

«Tengo cuatro hijos... El mayor, que tiene quince años, está consumiendo drogas... Él ha tenido varias suspensiones en las escuelas por peleas, y ahora le encontraron drogas y lo acaban de suspender. Estoy desesperada porque no sé qué hacer... No quisiera que mis otros niños también tomen el ejemplo del mayor»

Este es el consejo que le dimos:

Estimada amiga:
Al escribirle, no podemos dejar de sentir la desesperación que usted ha manifestado. Y aunque le tenemos un consejo, no hay nada en absoluto que podamos decirle que alivie su carga. Es más, si decide seguir nuestro consejo, es posible que sus problemas se vuelvan más difíciles por algún tiempo. Pero si se mantiene firme, aun cuando piense que no puede soportar un minuto más, le aseguramos que obtendrá buenos resultados.

Lo primero que debe hacer es tener una seria conversación con su hijo. Explíquele que su conducta es perjudicial, no sólo para él sino también para sus hermanos menores. Dígale que, debido a que usted lo ama al extremo de estar dispuesta a hacer todo lo que sea necesario para mejorar su comportamiento, de ahora en adelante toda infracción que él cometa tendrá como consecuencia un castigo, y que usted está determinada a cerciorarse de que él sufra las consecuencias de cada infracción.

Haga una lista a medida que sostiene esa conversación con su hijo. Anote cada conducta inaceptable seguida del castigo que él sufrirá si persiste en esa conducta. Los castigos deben ser menos severos para infracciones menores, y más severos para infracciones mayores. Algunos castigos obvios que se nos ocurren implican el privar a su hijo de ciertos privilegios durante un tiempo establecido de antemano, tales como salir de la casa para estar con amigos, hablar por teléfono, usar una computadora y evitar que usted inspeccione sus pertenencias...

Usted debe hallar la forma de asegurarse de que su hijo jamás carezca de supervisión de parte de adultos responsables. Antes de consumir las drogas, él tiene que adquirir dinero de alguna parte y encontrarse con algún expendedor para comprarlas. Si usted logra impedir que él adquiera el dinero para la compra o que se encuentre con el vendedor, impedirá que él adquiera las drogas y, por consiguiente, le pondrá fin al problema...

Por último, busque algún apoyo para usted misma. Usted necesita a alguien con quien hablar y a alguien a quien consultarle. Muchas iglesias tienen programas para la rehabilitación de drogadictos y para sus familiares. Si asiste a una de esas iglesias, también tendrá más oportunidades para comunicarse con Dios, quien la ama muchísimo y quiere darle fuerzas para el difícil camino que tiene por delante. Cuando usted acuda a Dios y le cuente sus problemas mediante la oración, Él pondrá ideas en su mente que la ayudarán a saber cómo afrontar los dilemas de cada día, y le dará la sabiduría que necesita para guiar a su hijo a través de esta peligrosa etapa de su vida.
¡No se dé por vencida!
Linda y Carlos Rey

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