-“Mamá, ¿de qué es la sopa?”
-“De come y calla, hija”
¿A usted también le han hecho comer alguna sopa sin decirle toda la verdad sobre los ingredientes?
-“De come y calla, hija”
¿A usted también le han hecho comer alguna sopa sin decirle toda la verdad sobre los ingredientes?
La sopa famosa.
Es muy frecuente en todas las familias, que algún día de la semana se coma la famosa "sopa de sobras", esa sopa deliciosa que nunca sabremos exactamente cómo se cocina porque tiene un poco de todo lo que se sirvió durante la semana. Es la sopa de "come y calla" y es mejor no preguntar de qué es, porque podríamos poner en evidencia a la responsable del menú.
No preguntar por la píldora.
Pero la ley del "come y calla" no se da sólo en la sopa de sobras, también se da en muchas situaciones que vivimos a diario y saboreamos con tanto gusto, que no se nos ocurre preguntar lo que contienen. En repetidas ocasiones la información que recibimos lleva la ley del come y calla, del "compra y no preguntes"... Por ejemplo, se promueve la moderna píldora del día después, ponderando sus facilidades de uso, pero filtrando toda información acerca de los efectos colaterales y las consecuencias a futuro. No nos dicen lo que sucede más allá del "día después", pues basta presentarla como el platillo que da solución a nuestros problemas de embarazo... come y calla, úsala y no preguntes.
A propósito del SIDA.
Ante la amenaza de la epidemia del SIDA se utiliza también el mismo principio: come y calla. Se promueve el uso del condón por activa y por pasiva ofreciéndolo como algo indispensable para protegerse contra este virus mortal... pero no dan más información. Sin embargo, es conocido y científicamente probado que el virus del SIDA es mucho más pequeño que los poros del material del condón, por lo que éste no siempre detiene la transmisión del virus. Pero eso no nos lo anuncian en el menú, pues sería muy poco comercial decir los ingredientes de la sopa y anunciar así: "utilice el condón para prevenir el SIDA, aunque no le garantizamos los resultados...", o como en las advertencias de los cigarrillos, "este condón no te previene de la enfermedad de tu compañero, y tampoco te garantiza que no quedarás embarazada". Sabemos que no se verá un anuncio así, y sin embargo, de eso está hecha la sopa que comemos y callamos.
Sin embargo se insiste en métodos ineficaces.
Del 25 al 27 de junio, la Asamblea General de las Naciones Unidas sostuvo un período extraordinario de sesiones sobre el VIH / SIDA en Nueva York. El fin de esta sesión era intensificar la acción internacional para combatir la epidemia que ya ha cobrado más de 21.8 millones de vidas. En estas sesiones se buscó defender de esta enfermedad sobre todo a los más vulnerables: a los homosexuales, a los que se drogan con jeringas y, prioritariamente, a los niños. Llama la atención que, a pesar de la probada ineficacia del condón, es el remedio que se propone para prevenir el SIDA a escala internacional. Si la prioridad son realmente los niños, parece un poco absurdo que se les enseñe a usar el condón cuando ni siquiera están en edad de tener relaciones. Pero esta sopa, todo lo incluye, así que bajo el sabroso ingrediente de la "salud reproductiva" se enseñará a los niños todo lo que necesiten para que conozcan la sexualidad, la ejerciten y entonces sí, puedan usar el condón. Según las cifras del UNICEF, 600.000 bebés son infectados de SIDA cada año por sus madres. ¿También para ellos la solución propuesta será el condón?
Cuesta reconocer la verdad.
Comer una sopa de sobras en la propia casa sin preguntar de qué está hecha no tiene grandes riesgos, pero comernos una solución tan ingenua como la que se propone para evitar el SIDA sin preguntar qué hay detrás, podría no ser tan saludable. Pero entiendo que cuesta ser honesto y dar abiertamente la receta a todos diciendo que, en realidad, la ABSTINENCIA es el único medio comprobado 100% eficaz para evitar la transmisión del SIDA.
Autor: Vicky Campos
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