Los niños entre 4 y 35 meses de edad que ven televisión tienen patrones de sueño irregulares, lo cual significa que su horario para ir a la cama y hacer la siesta varía de un día a otro. Así lo evidenció un estudio de la Universidad de Washington, Estados Unidos, publicado este mes en la revista Pediatrics.
Los científicos tomaron a 2.068 niños cuya edad estaba entre los 4 y los 35 meses. El equipo aplicó un cuestionario a los padres para comprobar las horas que pasaban sus hijos frente al televisor, el horario de comidas y el patrón de sueño, entre otras variables. Se encontró así que el 27% de los niños tenía un patrón de sueño nocturno irregular. El 34% también presentó un sueño diurno alterado (horario de siestas).
En cuanto al tiempo que pasaban los pequeños frente a la televisión, los menores de 12 meses pasaron 0,9 horas diarias; aquellos entre 12 y 23 meses, 1,6 horas; después de los dos años de edad, los niños pasaban 2, 3 horas frente al televisor cada día.
Al relacionar sus patrones de sueño con las horas frente al televisión, el estudio halló que el número de horas diarias frente a ese aparato estaba asociado tanto con un patrón irregular de sueño diurno y nocturno. De esa forma, los niños iban a la cama o tomaban la siesta sin un horario regular (un día a las 8 p. m., otro a las 10 p. m. o a las 7 p. m., según algunos ejemplos).
“Una adecuada y buena calidad del sueño, promovida por una correcta frecuencia de los patrones, es importante para el bienestar de los niños y para el de los padres”, afirman los autores del estudio. El trabajo no analizó variables como la cantidad y calidad de horas de sueño, pero sí es una alerta importante para investigar más el efecto de las horas de televisión en el sueño de los infantes. Los investigadores también hallaron otros factores asociados con patrones de sueño irregular, como diferentes horarios de las comidas, características de la madre y una carencia de apoyo emocional.
El año pasado, la Academia Estadounidense de Pediatría ya había aconsejado que los niños de cero a tres años no deberían ver la televisión.
Trabajos anteriores advierten que ver imágenes televisivas - que se suceden rápidamente - pueden sobrestimular el cerebro de los pequeños y causar diferentes problemas de atención durante su etapa escolar.
Ese estudio, publicado también en Pediatrics, abarcó 1.278 niños de un año y 1.345 infantes de tres años de edad. Un 10% de esos niños presentó dificultad a la hora de concentrarse al llegar a los siete años (cuando se aprende a leer y escribir). Ese riesgo aumentaba cuanto más tiempo pasaban los niños frente al televisor, lo cual reafirma el consejo de la Academia Estadounidense de Pediatría.
Diversos estudios advierten que ver televisión en exceso incrementa el riesgo de sufrir sobrepeso u obesidad. Una investigación publicada por Pediatrics constató ese peligro en niños de cero a cinco años. El estudio estadounidense entrevistó a 2.700 padres sobre los hábitos televisivos de sus pequeños en edad preescolar. Además, midió y pesó a los niños. El estudio halló que la prevalencia de niños con sobrepeso estaba significativamente relacionada con la cantidad de horas diarias que el niño pasaba viendo la televisión. Por cada hora diaria ante el televisor, el riesgo de tener sobrepeso aumentaba un 1,06% entre los menores.
Tomado de: Periódico La Nación, Costa Rica.
Esta en nuestras manos el cuidado de nuestros niños, y es muy importante que pongamos atención al tiempo que pasan frente al televisor, computadora y juegos de videos, recordemos que no son niñeras, y que el tiempo que pasemos con ellos durante el día, es el más valioso.
Filipenses l:4-8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Andrea Carrillo
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