En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima autorizándonos a que la citáramos:
“Tengo una hija de diez años que sufre parálisis cerebral. Hace cerca de cuatro años me diagnosticaron coxartrosis severa, necesitando de una operación para colocarme una prótesis, lo cual para mí tiene un costo muy alto. Día a día siento que mi salud se va deteriorando cada vez más, por lo que muchas veces he pensado en quitarme la vida, llevándome conmigo a mi hija, a la que quiero mucho. Pues sé, que si yo, que soy su madre, llegara a faltar, ella sufriría mucho más de lo que sufre actualmente. Mi vida está llena de altibajos. El dinero nunca me alcanza, pero a pesar de todo he tratado siempre de poner todo en manos de Dios. No sé si mi fe es muy endeble, porque me quiebro muy fácilmente. Tal vez por eso pienso que la muerte sería la solución”
Este es el consejo que le dimos:
Estimada amiga:
Su caso nos conmueve. Ojalá que fuéramos vecinos suyos a fin de que pudiéramos tratar de ofrecerle apoyo emocional para afrontar sus pruebas. ¡Con razón que tiene sus altibajos! ¡Las dificultades que usted encara son monumentales! Y lo peor de todo es que nos ha dado la impresión de que usted está sola. La soledad y el tener que sobrellevar sin ayuda de nadie el peso de semejantes pruebas es el problema más serio que usted tiene.
En primer lugar, usted debe con urgencia contarle a su médico que ha tenido varias veces la tentación de suicidarse. Es probable que los medicamentos que ha estado tomando tengan el efecto secundario de deprimirla, lo cual hace que se sienta desesperada. Hace falta que su médico sepa de inmediato acerca de esto, a fin de que pueda regular las sustancias químicas en su cuerpo. Nunca los pensamientos de suicidio provienen de una mente equilibrada...
Usted dice que ha tratado siempre de poner todos sus problemas en manos de Dios. En definitiva, creemos que Él quiere ayudarla. Sin embargo, usted debe buscar una iglesia donde pueda desarrollar una íntima relación con Dios y con su Hijo Jesucristo. El pedirle ayuda a Dios representa solamente la mitad del proceso de comunicación. La otra mitad es cuando Él responde y le ayuda a saber cómo proceder. Y el único modo de escuchar la voz de Dios es mediante una íntima relación personal con Él. Usted aprenderá cómo hacerlo si asiste a una iglesia en la que haya muchas personas que ya tienen tal relación con Dios. Esas personas pueden ayudarle a aprender cómo lograrlo, y el amor de Dios en el corazón de ellas las llevará a su vez a brindarle a usted el apoyo emocional que tanto necesita.
Esfuércese por hacer planes hoy mismo para poner en práctica estas recomendaciones. Y recuerde que Dios de veras la ama mucho y está esperando a que haya una comunicación de dos vías con usted para poder ayudarle a resolver cada problema que se le presente.
Le deseamos que sienta el amoroso abrazo de Dios.
Carlos Rey y su esposa Linda
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