martes, 19 de mayo de 2009

NUNCA SOLO


David, era el hijo de un pastor, consiervo mío, que había llegado al hogar para gozo y alegría de sus padres, pero, a poco de nacer, empezó a manifestar síntomas de enfermedad que llevaron a sus padres a recurrir al médico.
Tiene una debilidad en el músculo del corazón dijo el médico y se ha roto la pared interior, de modo que la sangre no se purifica, pues se mezcla la sucia con la limpia. No sobrevivirá. Es muy débil.

Todos lloraban esta desgracia, la madre, los abuelos, los amigos.

La Iglesia oraba, pero, el diagnóstico era tan adverso que la fe de muchos estaba debilitada.

De pronto, su padre, se sentó al lado de la cunita de David, e hizo algo, que a todos le pareció casi de poca cordura.

Tomó su guitarra, y se puso a rasguear algunos acordes. Creo que más de alguien pensó: está perdiendo el juicio a causa del dolor.

Pero de pronto, y a pesar que su voz no era de lo mejor, sus labios empezaron a cantar: SOLO NO ESTOY - JESÚS ESTA A MI LADO - AMIGO FIEL - QUE NO ME DEJARÁS.

Prosiguió, mientras lágrimas salían de sus ojos cerrados él seguía cantando este himno, mezcla de oración y testimonio.

Terminó la tercera estrofa, y, empezó otra vez con la primera, y de pronto, otros empezaron a acompañarle en voz queda para no importunar al niño.

David hoy día, es Arquitecto Egresado de una prestigiosa Universidad, se ha casado y es padre de una hermosa niña y da testimonio diciendo que él vive, porque su padre nunca dudó que Dios estaba a su lado

Reflexión: Querido amigo, Jesús está a tu lado, pero, Él obrará en tu necesidad en la medida que, tú creas que su presencia te acompaña ayer hoy y siempre.
Osiel Ibáñez

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