miércoles, 18 de marzo de 2009

BÚSQUEDA DE DIOS


Alguien dijo encontrar a Dios en la naturaleza. Y yo corrí hacia el mar, crucé campos y senderos, miré en espigas y en flores. Todos hablaban de Dios, de su poder, de su cuidado y esmero. Pero no vi a Dios, no estaba allí. Sólo había noticias de Él, rumores y recuerdos.

Pregunta a los sabios de Dios, otros dijeron. Busqué al místico, al teólogo y al lama; Acudí a templos y monasterios. Escuché santas ideas, comentarios, oraciones, sentimientos... Ellos vivían con Dios, pero yo... ¡no logré verlo!

Dios bajó hace ya tiempo; busca en los barrios, en la lucha del hombre por el hombre, sugirieron. Busca en la selva, en la cárcel, en chabolas...” Y solo hallé recuerdos. Recuerdos de algo que Él dijo, de interpretaciones, de ideas y de sueños.Pero Dios no estaba allí. Se había ido hacía tiempo.

Entonces, desencantado, creí que no estaba en ningún sitio, o que estaba demasiado lejos. Y busqué en mi corazón otros asuntos. ¡Que siguiera Dios allá en su cielo! Y al mirar allí, en mi corazón, sentado entre injusticias y entre miedos, entre dudas, rencores y esperanzas, entre buenos y malos sentimientos, ¡estaba Dios!, ¡sentado y esperando! ¡No estaba en la tierra ni en el cielo!

Me fui a contárselo a la gente, a gritar mi gran descubrimiento. Y me encontré que Dios estaba en las montañas, en las flores y en los monasterios, en los barrios, en la cárcel, en la iglesia, en la Biblia, en el cine y en los cuentos.

¡Resultó que Dios estaba en todos sitios cuando lo había encontrado dentro!
Enviado por: R. Martinez

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