“La Verdad es como el oro que está enterrado en la suciedad, brillará espléndidamente tarde o temprano”
Un prominente sabio de Asia Central estaba examinando candidatos que aspiraban a convertirse en discípulos.
· “Veamos, quien quiera entrenamiento y no aprendizaje, quien desee discutir en vez de estudiar, quien sea impaciente, quien quiera tomar en vez de ofrecer... debe levantar la mano”
Nadie se movió.
· “¡Muy bien! - dijo el Maestro - ahora vendrán conmigo y conocerán a algunos de mis discípulos. Han estado conmigo durante tres años”
Los condujo a una habitación de meditación donde había una hilera de gente sentada y les dijo:
· “Aquellos que desean ser entretenidos en vez de aprender, quienes son impacientes y quieren discutir, los que toman y no ofrecen… por favor, que todos estos se levanten”
La hilera completa se puso de pie. El sabio se dirigió al primer grupo:
- “Según vuestro criterio, ahora son mejores personas de lo que serán dentro de tres años, si permanecen aquí. Vuestra vanidad actual los lleva incluso a sentirse importantes. Así que vuelvan a vuestros hogares y, antes de venir otra vez en el futuro, si así lo desean, reflexionen bien acerca de si quieren sentirse mejor de lo que son o peor de lo que el mundo los considera”
· “Veamos, quien quiera entrenamiento y no aprendizaje, quien desee discutir en vez de estudiar, quien sea impaciente, quien quiera tomar en vez de ofrecer... debe levantar la mano”
Nadie se movió.
· “¡Muy bien! - dijo el Maestro - ahora vendrán conmigo y conocerán a algunos de mis discípulos. Han estado conmigo durante tres años”
Los condujo a una habitación de meditación donde había una hilera de gente sentada y les dijo:
· “Aquellos que desean ser entretenidos en vez de aprender, quienes son impacientes y quieren discutir, los que toman y no ofrecen… por favor, que todos estos se levanten”
La hilera completa se puso de pie. El sabio se dirigió al primer grupo:
- “Según vuestro criterio, ahora son mejores personas de lo que serán dentro de tres años, si permanecen aquí. Vuestra vanidad actual los lleva incluso a sentirse importantes. Así que vuelvan a vuestros hogares y, antes de venir otra vez en el futuro, si así lo desean, reflexionen bien acerca de si quieren sentirse mejor de lo que son o peor de lo que el mundo los considera”
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