EL AÑO NUEVO SERÁ FELIZ SI SE VIVE EN COMPAÑÍA DE CRISTO, ASEGURA EL PAPA
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aseguró este miércoles a los cuatro mil peregrinos presentes en la primera audiencia general del año que 2009 será para ellos feliz si lo viven en compañía de Jesús.
Este fue el consejo que el pontífice dejó al comenzar su intervención: "Reavivemos en nosotros el empeño de abrir a Cristo la mente y el corazón, para ser y vivir como verdaderos amigos suyos" "Su compañía hará que este año, aun con sus inevitables dificultades, sea un camino lleno de alegría y de paz. De hecho, sólo si permanecemos unidos a Jesús, el año nuevo será bueno y feliz", aseguró.
Al final de la audiencia, dirigió un saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, inspirado en la solemnidad de la Epifanía del Señor, celebrada el día anterior, en la que, como dijo, "hemos recordado el camino de los Magos hacia Cristo, guiados por la luz de la estrella" "Que su ejemplo alimente en vosotros, queridos jóvenes, el deseo de encontrar a Jesús y de transmitir a todos la alegría que surge de la acogida del Evangelio", dijo el pontífice.
Luego, dirigiéndose a los "queridos enfermos", les invitó "a ofrecer al Niño de Belén sus dolores y sufrimientos".
Por último, al saludar a los recién casados, algunos presentes en el Aula Pablo VI con su traje de bodas, les animó para que el deseo de encontrar a Cristo sea para ellos "un estímulo constante para hacer de vuestras familias un 'lugar' que acoja los signos misteriosos de Dios y del don de la vida".
Este fue el consejo que el pontífice dejó al comenzar su intervención: "Reavivemos en nosotros el empeño de abrir a Cristo la mente y el corazón, para ser y vivir como verdaderos amigos suyos" "Su compañía hará que este año, aun con sus inevitables dificultades, sea un camino lleno de alegría y de paz. De hecho, sólo si permanecemos unidos a Jesús, el año nuevo será bueno y feliz", aseguró.
Al final de la audiencia, dirigió un saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, inspirado en la solemnidad de la Epifanía del Señor, celebrada el día anterior, en la que, como dijo, "hemos recordado el camino de los Magos hacia Cristo, guiados por la luz de la estrella" "Que su ejemplo alimente en vosotros, queridos jóvenes, el deseo de encontrar a Jesús y de transmitir a todos la alegría que surge de la acogida del Evangelio", dijo el pontífice.
Luego, dirigiéndose a los "queridos enfermos", les invitó "a ofrecer al Niño de Belén sus dolores y sufrimientos".
Por último, al saludar a los recién casados, algunos presentes en el Aula Pablo VI con su traje de bodas, les animó para que el deseo de encontrar a Cristo sea para ellos "un estímulo constante para hacer de vuestras familias un 'lugar' que acoja los signos misteriosos de Dios y del don de la vida".
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