lunes, 7 de julio de 2008

EL ERMITAÑO


Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia.
Se quejaba muchas veces que tenía demasiado quehacer.

La gente preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo.
Les contestó:
§ “Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león
§ “No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales? – le preguntaron.

Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron.
§ “Porque estos animales los tienen todos los hombres, ustedes también:
- Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre una presa buena
… SON MIS OJOS.
- Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir… SON MIS DOS MANOS.
- Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta… SON MIS DOS PIES.
- Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre está lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño… ES MI LENGUA.
- El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día… ES MI CUERPO.
- Finalmente necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso… ES MI CORAZÓN

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