La madre de San Francisco de Sales cuando iba a Annecy se mezclaba entre los niños de la doctrina para escuchar las explicaciones del santo.
Él le dijo un día que lo distraía el verla mezclada con los niños, puesto que ella le había enseñado la doctrina a el. “¡Oh! - exclamó ella - yo no te he enseñado más que la cáscara, pero tú me explicas los misterios que la cáscara encierra”
Él le dijo un día que lo distraía el verla mezclada con los niños, puesto que ella le había enseñado la doctrina a el. “¡Oh! - exclamó ella - yo no te he enseñado más que la cáscara, pero tú me explicas los misterios que la cáscara encierra”
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