Los discípulos de un rabino, famoso por ser erudito y fino, le preguntaron por qué acostumbraba a esclarecer la verdad contando una historia.
Él respondió: Todo esto puedo explicarlo contando una parábola sobre la propia Parábola. "Un dia, la Verdad andaba visitando a los hombres sin ropa y sin adornos, tan desnuda como su nombre. Y todos que la veían, le daban la espalda de miedo o de vergüenza y nadie le daba la bienvenida. Así la Verdad recorría, los confines de la Tierra, despreciada y apartada. Una tarde, muy desconsolada y triste, la Verdad encontró la Parábola, que paseaba alegremente, con una ropa muy bella y colorida.
o Verdad, ¿por qué estás tan abatida? - le preguntó la Parábola.
o Porque soy tan vieja y fea que los hombres me evitan - replicó la Verdad.
o Qué disparate - dijo la Parábola, riendo - no es por eso que los hombres te evitan. Toma, ponte una de mis ropas y fíjate lo que pasa.
Entonces, la Verdad se puso una de las lindas prendas de la Parábola y de repente, en todos los lugares por donde pasaba. ¡Era bienvenida!
El rabino sonrió y concluyó: Pues la verdad es que a los hombres no les gusta encarar a la Verdad desnuda... Ellos, prefieren disfrazarla.
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