ACCIÓN ORDINARIA
La acción ordinaria del demonio no es otra cosa que la tentación. Veremos ahora cómo se proyecta esta tentación en sus diversas fases que nos va incitando a ejercer el mal, hacer el mal o dejar de hacer el bien.
El pecado es un acto humano. El hombre, como sabemos, perdió la integridad que era uno de los dones con el que Dios lo adornó en su creación. Esto provoca que la acción humana, que debe estar encaminada hacia el bien, puede ser atraída no hacia el mal común como mal en sí mismo sino hacia un bien desordenado. El ejemplo más claro es el amor en el adulterio y no en el matrimonio. En este caso, el deseo normal se convierte en concupiscencia desviada, o sea una atracción engañosa de un bien parcial; es una trampa que destruye. Podríamos también poner el ejemplo de la droga, pues el drogado desea la euforia de un bien parcial, pero eso lo lleva a su ruina no sólo en el detrimento de su salud sino de su vida normal, de su familia, de su trabajo.
Es aquí pues donde encontramos la esencia de la tentación, ciertamente no siempre el demonio es la causa, pero sí el demonio sabe excitar los deseos egoístas para que el hombre se desvíe del fin para el cual Dios lo creó. Así, el demonio puede trabajar con causas indirectas para aumentar nuestras depresiones o nuestro pesimismo, para desalentarnos, para dejarnos inhibidos o para abatirnos, para entorpecernos. El demonio es muy inteligente y entonces tentará al colérico por el lado de la violencia y al depresivo por el lado de la depresión. De aquí pues el saber cuáles son los puntos débiles que tenemos para poder enfrentar bien esta batalla diaria y no dejarnos embaucar con las trampas del gran engañador.
Las tentaciones se identifican inmediatamente, no sólo por sus antecedentes sino también por su finalidad que son precisamente las del demonio, pues siendo enemigo de Dios, actúa contra Dios, pero siempre lo hace a través de las sugestiones o ideas contrarias a la verdad. Así tenemos una gama muy amplia de tentaciones causadas directamente por el demonio.
Tentaciones causadas directamente por el demonio.
Por ejemplo, contra la fe: Inspira la duda, la blasfemia, la atracción por las falsas ciencias, la magia, las supersticiones, las malas curiosidades. A los teólogos a que sean fanáticos de las ciencias humanas hasta olvidar el objeto formal de su búsqueda que es Dios.
Contra la esperanza: Inspira la desesperación, hasta llegar a veces al suicidio, nos tienta de presuntuosos para tentar al mismo Cielo o para esperar cosas vanas e inaccesibles. Por ejemplo Hitler se ensalzó gloriosamente y luego se hundió después de su presunción de un momento, pasando de sus conquistas y aclamaciones de multitudes a la desesperación suicida.
Contra la caridad: Nos puede suscitar el egoísmo, la dureza del corazón, pero siempre será por defecto, no por exceso, pues no hay exceso en el amor a Dios, pero sí puede desviar el amor auténtico convirtiéndolo en amor invertido, posesivo, adúltero, desordenado, antinatural, etc.
El demonio es el antagónico de la acción del Espíritu Santo y combate sus siete dones:
Contra la sabiduría: Nos inspira acciones desequilibrantes o degradantes, provocando la energía destructora de los ideólogos y de los guerreros, de los bribones y estafadores.
Contra la inteligencia: Nos tienta para la confusión; nos embrutece, atrapándonos en las seducciones engañosas de la comida, de la droga, del sexo desviado.
Contra el consejo: Nos tienta para tomar decisiones desacertadas, motivándonos a acciones que desequilibren la vida.
Contra la fuerza de Dios: Nos tienta al abandono, a la debilidad culpable, a la violencia, al suicidio, que siempre lo sabe adornar y revestir con el orgullo de la fuerza. En la cultura japonesa se ha elevado el suicidio al rango de las Bellas Artes: el Harakiri.
Contra la ciencia: Que es el discernimiento del bien y del mal para rechazar el pecado, nos inspira las ilusiones de las falsas ciencias que no llevan a amar.
Contra la piedad: Nos persuade de que la oración es inútil, aburrida, monótona, o que la religión es ridícula. En una palabra nos hace odiosa la Palabra de Dios, extraña o intolerante incluso.
La acción ordinaria del demonio no es otra cosa que la tentación. Veremos ahora cómo se proyecta esta tentación en sus diversas fases que nos va incitando a ejercer el mal, hacer el mal o dejar de hacer el bien.
El pecado es un acto humano. El hombre, como sabemos, perdió la integridad que era uno de los dones con el que Dios lo adornó en su creación. Esto provoca que la acción humana, que debe estar encaminada hacia el bien, puede ser atraída no hacia el mal común como mal en sí mismo sino hacia un bien desordenado. El ejemplo más claro es el amor en el adulterio y no en el matrimonio. En este caso, el deseo normal se convierte en concupiscencia desviada, o sea una atracción engañosa de un bien parcial; es una trampa que destruye. Podríamos también poner el ejemplo de la droga, pues el drogado desea la euforia de un bien parcial, pero eso lo lleva a su ruina no sólo en el detrimento de su salud sino de su vida normal, de su familia, de su trabajo.
Es aquí pues donde encontramos la esencia de la tentación, ciertamente no siempre el demonio es la causa, pero sí el demonio sabe excitar los deseos egoístas para que el hombre se desvíe del fin para el cual Dios lo creó. Así, el demonio puede trabajar con causas indirectas para aumentar nuestras depresiones o nuestro pesimismo, para desalentarnos, para dejarnos inhibidos o para abatirnos, para entorpecernos. El demonio es muy inteligente y entonces tentará al colérico por el lado de la violencia y al depresivo por el lado de la depresión. De aquí pues el saber cuáles son los puntos débiles que tenemos para poder enfrentar bien esta batalla diaria y no dejarnos embaucar con las trampas del gran engañador.
Las tentaciones se identifican inmediatamente, no sólo por sus antecedentes sino también por su finalidad que son precisamente las del demonio, pues siendo enemigo de Dios, actúa contra Dios, pero siempre lo hace a través de las sugestiones o ideas contrarias a la verdad. Así tenemos una gama muy amplia de tentaciones causadas directamente por el demonio.
Tentaciones causadas directamente por el demonio.
Por ejemplo, contra la fe: Inspira la duda, la blasfemia, la atracción por las falsas ciencias, la magia, las supersticiones, las malas curiosidades. A los teólogos a que sean fanáticos de las ciencias humanas hasta olvidar el objeto formal de su búsqueda que es Dios.
Contra la esperanza: Inspira la desesperación, hasta llegar a veces al suicidio, nos tienta de presuntuosos para tentar al mismo Cielo o para esperar cosas vanas e inaccesibles. Por ejemplo Hitler se ensalzó gloriosamente y luego se hundió después de su presunción de un momento, pasando de sus conquistas y aclamaciones de multitudes a la desesperación suicida.
Contra la caridad: Nos puede suscitar el egoísmo, la dureza del corazón, pero siempre será por defecto, no por exceso, pues no hay exceso en el amor a Dios, pero sí puede desviar el amor auténtico convirtiéndolo en amor invertido, posesivo, adúltero, desordenado, antinatural, etc.
El demonio es el antagónico de la acción del Espíritu Santo y combate sus siete dones:
Contra la sabiduría: Nos inspira acciones desequilibrantes o degradantes, provocando la energía destructora de los ideólogos y de los guerreros, de los bribones y estafadores.
Contra la inteligencia: Nos tienta para la confusión; nos embrutece, atrapándonos en las seducciones engañosas de la comida, de la droga, del sexo desviado.
Contra el consejo: Nos tienta para tomar decisiones desacertadas, motivándonos a acciones que desequilibren la vida.
Contra la fuerza de Dios: Nos tienta al abandono, a la debilidad culpable, a la violencia, al suicidio, que siempre lo sabe adornar y revestir con el orgullo de la fuerza. En la cultura japonesa se ha elevado el suicidio al rango de las Bellas Artes: el Harakiri.
Contra la ciencia: Que es el discernimiento del bien y del mal para rechazar el pecado, nos inspira las ilusiones de las falsas ciencias que no llevan a amar.
Contra la piedad: Nos persuade de que la oración es inútil, aburrida, monótona, o que la religión es ridícula. En una palabra nos hace odiosa la Palabra de Dios, extraña o intolerante incluso.
Contra el Temor de Dios: Nos inspira un miedo servil.
También el demonio sabe atacar muy bien los dones o carismas que reciben las personas, que siempre son gratuitos. Pero hay cristianos fervorosos que se creen autores y poseedores de esos carismas. Así, afirman que tienen el don de discernimiento, o el don de leer las conciencias o que tienen el don de curación o el don de liberación o el don de lenguas como si ellos fueran los propietarios. Y el demonio los tienta precisamente con esa intención, que se crean autores de los mismos, lo que lleva a que se tergiversen pues ya no son para uso de los demás y de la comunidad, sino para uso personal y egoísta.
También el demonio nos tienta contra las diversas virtudes, principalmente las llamadas virtudes morales o cardinales. Así, contra la prudencia nos inspira la imprudencia; contra la justicia la injusticia; contra la fortaleza la violencia o el abandono; contra la templanza nos inspira toda clase de desenfrenos, ya sea alimentario o sexual, o la droga también que es una forma de desenfreno.
El demonio también tienta para motivar cualquier clase de vicios, principalmente los pecados capitales: soberbia, avaricia, envidia, gula, lujuria, pereza e ira. Satanás también desencadena la fuerza asesina de los tiranos y la apatía de los servidores de Dios. Satán mueve a la ansiedad. Promueve los deseos de tener, de poder y de saber en forma egoísta. Desvía los valores de su finalidad, y siendo medios los hace fines en sí mismos, los deshumaniza. Hunde sutilmente en la mediocridad a los hombres, hace tibios a los siervos de Dios. Convierte la santidad suprema de los pobres en lucha de clases. Se complace particularmente en degradar al hombre en el mal o en lo grotesco, etc. De esta manera nos damos cuenta que el demonio no ceja en su lucha continua de hacer caer al hombre constantemente y así alejarlo de Dios, tanto en esta vida para que viva en pecado y esté muerto a la gracia, pero fundamentalmente para que pierda la vida eterna.
Respecto de la asociación EXTRAORDINARIA del demonio.
A la acción ordinaria del demonio se le añade el ataque extraordinario, que básicamente se puede expresar de dos formas:
1.- Los malos tratos corporales o materiales.
2.- Las tentaciones violentas obsesivas.
Respecto a las victimas del demonio que son perseguidas de manera física, existen casos de personas, normalmente llenas de una vida de Dios y de santidad, personas que están abrumadas por enfermedades en las que es difícil distinguir entre lo natural y lo prenatural, pueden estar deprimidos o agotados en su mente, aquejados de malos tratos físicos, incluso golpes y heridas graves que reciben de parte del demonio. Esto ocurre en la vida de los santos, por ejemplo el Santo Cura de Ars o el Santo Padre Pío.
Pero también existen las tentaciones violentas obsesivas, donde el sujeto es absorbido en toda la atención de una tentación violenta, ya sea en el orden de la sensualidad o en el orden de sus signos religiosos que lo ligan a Dios.
Por ejemplo, en el caso de los que son pecadores consuetudinarios, facilitan a satanás que se apoderen de ellos simplemente por el pecado mismo. Algunos han credo lazos tan estrechos imprudentemente por realizar experiencias de espiritismo o de ocultismo, o a través de la música rock; o han firmado algún pacto con su propia sangre o se han marcado algún tatuaje en su cuerpo, comprometiéndose al culto de satanás como adeptos o sacerdotes al servicio de él.
Ahora bien, por lo que se refiere a los santos, el demonio puede y de hecho utiliza un ataque en contra de ellos con objeto de impedir sus ascenso en la vida espiritual. Aquí encontramos diversos niveles de ataque que suelen coincidir con lo que se conoce comúnmente como la “noche oscura del alma”. Hay una gama también amplia, que excede de nuestro estudio, pero que va allegándose de pensamientos violentísimos de blasfemia o a través del espíritu de fornicación que flagelan sus sentidos mediante abominables tentaciones que torturan su espíritu a través de representaciones deshonestas, lo que a veces resulta más duro de sufrir que la misma muerte.
En fin que estamos hablando de unas tentaciones al nivel de la misma santidad del sujeto y que son comparables a lo que sufrió Jesucristo en la cruz, su soledad, y que le llevó a exclamar misteriosamente: “Dios, mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”. (Mc 15, 34). Es decir, estamos hablando de un abandono de parte de Dios, permisible a las almas santas, en el que tiene un enfrentamiento interior y exterior en contra de satanás; pruebas que desde luego siempre pueden ser superables porque la Gracia de Dios nunca falta. Digamos que viven una especie de infierno psicológico en diversas manifestaciones.
Pero también existen las tentaciones violentas obsesivas, donde el sujeto es absorbido en toda la atención de una tentación violenta, ya sea en el orden de la sensualidad o en el orden de sus signos religiosos que lo ligan a Dios.
Por ejemplo, en el caso de los que son pecadores consuetudinarios, facilitan a satanás que se apoderen de ellos simplemente por el pecado mismo. Algunos han credo lazos tan estrechos imprudentemente por realizar experiencias de espiritismo o de ocultismo, o a través de la música rock; o han firmado algún pacto con su propia sangre o se han marcado algún tatuaje en su cuerpo, comprometiéndose al culto de satanás como adeptos o sacerdotes al servicio de él.
Ahora bien, por lo que se refiere a los santos, el demonio puede y de hecho utiliza un ataque en contra de ellos con objeto de impedir sus ascenso en la vida espiritual. Aquí encontramos diversos niveles de ataque que suelen coincidir con lo que se conoce comúnmente como la “noche oscura del alma”. Hay una gama también amplia, que excede de nuestro estudio, pero que va allegándose de pensamientos violentísimos de blasfemia o a través del espíritu de fornicación que flagelan sus sentidos mediante abominables tentaciones que torturan su espíritu a través de representaciones deshonestas, lo que a veces resulta más duro de sufrir que la misma muerte.
En fin que estamos hablando de unas tentaciones al nivel de la misma santidad del sujeto y que son comparables a lo que sufrió Jesucristo en la cruz, su soledad, y que le llevó a exclamar misteriosamente: “Dios, mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?”. (Mc 15, 34). Es decir, estamos hablando de un abandono de parte de Dios, permisible a las almas santas, en el que tiene un enfrentamiento interior y exterior en contra de satanás; pruebas que desde luego siempre pueden ser superables porque la Gracia de Dios nunca falta. Digamos que viven una especie de infierno psicológico en diversas manifestaciones.
Por: Luis Eduardo López Padilla – de su libro – Profundidades de Satanás.
La verdad es que en este mundo todo es tentación, empezando por los medios de comunicación. Este documento me ha hecho reflexionar y me ha aclarado algo que tenía en mi mente pero no sabía cómo explicarlo. Gracias hermano.
ResponderEliminarEs verdad, todo es tentación, pero con la ayuda de la gracia de Dios, se puede lograr vencerlas. Visita al Santísimo y confiesate y comulga la mayoría de veces que puedas.
ResponderEliminarBendiciones
La evidencia del mal confirma el bien. Pido a Dios nuestro refuerzo de la fe y Su fuerza para separarnos de las tentaciones y de la maldad y que perdone esas almas y les haga llegar la luz de la justicia y el amor asu projimo
ResponderEliminarGracias Pier por tu comentario.
ResponderEliminarBendiciones
EN VERDAD HERMANO TODO ES TENTACION Y PECADO PARA EL QUE LAS ACEPTA Y MUERTE ETERNA PARA EL QUE NO SE ARREPIENTA Y PIDA PERDON A DIOS Y AL PROJIMO .Y TAMBIEN CON NUESTRAS ORACIONES AYUDAMOS A LOS QUE HAN PARTIDO O ESTEN EN EL PURGATORIO PERO A LOS QUE ESTAN EN EL INFIERNO YA NO SE LE LLEGA LA ORACIONES? COMO AL DEL DIARIO DE UNA CONDENADA.A UNA PERSONA CONSAGRADA O EX SACERDOTE PODRIA ESTAR TAMBIEN EN EL INFIERNO O PURGATORIO (MARIA SIMA)HAY HISTORIAS DE MONJES QUE SE SUICIDARON? GRACIAS POR SU RESPUESTA-HERMANOJOSE DIOS LE ILUMINE
ResponderEliminarNo respondio la ultima pregunta Hermano, esta interesante, y siempre tuve curiosidad... siempre quize hacerme un tatuaje de mi equipo de futbol, es pecado hacerse tatuajes???
ResponderEliminarGracias y bendiciones
Jose Antonio
Comentario Parte 1
ResponderEliminarRespecto a la existencia del pecado y la evidencia de Satanás en cualquier forma en la mente, cuerpo y acción de cada persona, creo personalmente que la defino así:
Al principio todo fue bueno y maravilloso por ser sencillo al hablar, los seres humanos, con espíritu de Dios y los ángeles puros sin cuerpo material pero con conocimiento y pureza y semejante a Dios mismo.
Dios a ángeles y personas de ayer y hoy les dio un tesoro el Libre albedrio, que fuéramos libres en la toma de decisiones, algunos ángeles en cabeza de uno solo como líder se revelo y quiso formar su grupo aparte y rechazo toda norma, voluntad y conocimiento del bien absoluto base de la creación.
La base de la creación y la ley universal en la faz de la tierra y el cosmos por decir algo es el bien absoluto que proviene de Dios creador.
Si quieren conocer más impresiones al respecto o que continúe con el tema por favor me lo comunican litografia26@hotmail.com - 2011pensamientos@gmail.com
Además los invito a conocer mi blog Católico: http://iterindeo.blogspot.com/
Un abrazo fraterno en Cristo Jesus atentamente Wilson F. Colombia
Comentario Parte 2
ResponderEliminarPor conocer ellos la profundidad y misericordia de Dios incapaz de obrar el mal contra un hijo suyo ángel caído, o ser humano, entonces Dios mismo nos dejo libres para que eligiéramos entre las leyes universales que deben regir la tierra o la desobediencia fruto de la insinuación de los ángeles primeros que se revelaron repito teniendo en cuenta que conocen la misericordia de Dios que no atentaría contra ellos.
Como el ser humano en su esencia corporal es débil e inferior a los ángeles malos, empezó la batalla a través de la historia entre el bien y el mal.
La misión y el interés de Satanás es lograr demostrarle a Dios que el es superior y que podrá hacer sus propias leyes del mal en el universo contrarias a las de Dios.
Expuesto lo anterior es por ello que existe la maldad en cualquier forma en el mundo, hombres débiles sin conocimiento de Dios de sus leyes y sus bondades y delicias, pero hijos de el que actúan y se dejan llevar de forma irracional y con la insinuación de Satanás,
Como el mal desencadena en mal ley universal del mal y Satanás contraría a la del bien absoluto base de la creación de Dios,
Si quieren conocer más impresiones al respecto o que continúe con el tema por favor me lo comunican litografia26@hotmail.com - 2011pensamientos@gmail.com
Además los invito a conocer mi blog Católico: http://iterindeo.blogspot.com/
Un abrazo fraterno en Cristo Jesus atentamente Wilson F. Colombia
Dios lo sabe todo por ser creador entonces poco a poco el hombre se ve inmerso en un mar de dudas insatisfacciones, y vacios, que por decir algo se parece en vivir un poco de infierno ya mismo acá en la tierra y el hombre inocente de lo que sucede a su alrededor se pregunta por que la maldad, por que me pasa este mal (pobreza fracaso económica, enfermedad, desamor, muerte, etc.). Se pregunta por que no soy feliz ?.
ResponderEliminarY es allí cuando comienza el hombre a tratar de buscar la respuesta a todos estos interrogantes, pero cae y sigue en bebidas, negocios sucios lujurias y demás pecados insinuados por el diablo pero consentidos por el hombre y repito no es feliz.
El hombre a oído hablar de Dios pero no le interesa por que esta inmerso en muchos pecados seducidos por Satanás, pero poco a poco con la ayuda del espíritu santo (La gracia) que es mas grande que el pecado
( El bien absoluto ) y que todos llevamos dentro por ser hijos de Dios mismo, entonces es cuando empieza el Camino de regreso como un péndulo de un reloj, regreso a la fuente misma donde partió, cansado de trasegar por el mundo sin encontrar razón y felicidad.
Así este lleno de cosas o medios temporales, ese regreso es como un niño gateando receloso se va acercado a esa luz, Dios mismo el bien mismo y en pieza a sentir menos insatisfacción en su corazón y un poco de paz en su corazón, repito es allí que empieza la dura batalla entre el bien y el mal pero cada uno en su interior libra esa batalla conoce la palabra, la verdad revelada, a Jesucristo, sus enseñanzas, practica la religión pero le cuesta hacer la voluntad del padre que es el Bien mismo a el prójimo que es lo único que palpa por que a Dios solo lo palpa en su corazón por fe o verdad revelada.
Expuesto lo anterior por eso la persona con más presencia de Dios es tentada en mayor medida y con una tentación superior a la que la gracia de Dios ya le permitió superar. Ejemplo en la vida de regreso a la fuente somos como niños gateadores, y la santidad es la graduación mayor con galardones por ello Jesús lo dice claramente ser Santos como mi padre celestial es Santo. (Lleno de Gracia de Bien de Majestad)
Hacer el bien al prójimo constituye entonces la punta de lanza y donde centra sus esfuerzos Satanás. Al hacerse mal al prójimo en cualquier forma se están violando las leyes de Dios el segundo mandamiento y la ley universal de todo lo creado que es el Bien absoluto.
Para terminar debemos centrar nuestros esfuerzos en hacer el bien absoluto base universal de todo lo creado al prójimo y así con ello estaremos ganando la batalla a Satanás y adorando al mismo Dios y cumpliendo la voluntad del Padre.
Mientras las personas no busquemos la luz, y reconozcamos que estamos viviendo un infierno en la tierra a causa de nuestro consentimiento y de la insinuación del diablo y no queramos salir de allí es imposible restablecer la paz, la justicia y el Amor el la faz de la tierra.
Para Dios no existe el tiempo entonces al final del juicio personal de toda persona, pueblo, nación, serán tenidas la cantidad de obras buenas en contra y favor del prójimo de amor, justicia y de paz, de acuerdo a ello será nuestro paso a la eternidad antes o después del juicio final.