jueves, 30 de junio de 2016

PAPÁ TENGO HAMBRE


Pasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle, un sol escaldante invitaba a todos a un refresco.

Ricardito no aguantó el olor rico del pan y dijo:

¡¡¡Papá tengo hambre!!!

El padre; Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy temprano buscando un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide un poco más de paciencia…

Pero papá, ¡desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papá!

Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pide al hijo esperar en la vereda mientras entra en la panadería que estaba enfrente.

Al entrar se dirige a un hombre en el mostrador:

Señor, estoy con mi hijo de tan sólo 6 años en la puerta, con mucha hambre, no tengo ninguna moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me dé un pan para que yo pueda matar el hambre de ese niño, en cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted necesite.

A Amaro; el dueño de la panadería le extraña que aquel hombre de semblante calmo y sufrido, pida comida a cambio de trabajo y pide que llame al niño…

Agenor toma a su hijo de la mano y lo presenta a Amaro, que inmediatamente pide que los dos se sienten junto al mostrador, donde le pide a su esposa les sirva dos platos de comida del famoso PLATO DEL DIA: ARROZ, FRIJOLES, CARNE MOLIDA Y HUEVO.

Para Ricardito era un sueño, comer después de tantas horas en la calle…

Para Agenor, un dolor más, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacía recordar a su esposa y a sus dos hijos que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz… Gruesas lágrimas bajaban de sus ojos ya en el primer bocado.

La satisfacción de ver a su hijo devorando aquel plato simple como si fuera un manjar de los dioses, y el recuerdo de su pequeña familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de más de 2 años de desempleo, humillaciones y necesidades…

Amaro se aproxima de Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajarlo: ¡OH, María!!! Tu comida debe estar muy fea… Mira a mi amigo, ¡hasta está llorando de tristeza de ese plato!

Inmediatamente, Agenor sonríe y dice que nunca comió comida tan apetitosa, y que le agradecía por darle ese placer…

Amaro pide entonces que el tranquilice su corazón, que almorzase en paz y después conversarían acerca de trabajo…

Más confiadamente, Agenor seca las lágrimas y empieza a almorzar, ya que su hambre estaba agobiándolo…

Después del almuerzo, Amaro invita Agenor para conversar en el fondo de la panadería, donde había un pequeño escritorio… Agenor cuenta entonces que hace más de 2 años había perdido el empleo y desde entonces, sin una especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequeñas “chambas aquí y allí”, pero que hace 2 meses no recibía nada…

Amaro resuelve entonces contratar a Agenor para servicios generales en la panadería, y le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por lo menos 15 días…

Agenor con lágrimas en los ojos agradece la confianza de aquel hombre y marca para el día siguiente su inicio en el trabajo…
Al llegar en casa con toda aquella cantidad Agenor es un nuevo hombre.

Sentía esperanzas, sentía que su vida tomaría nuevo impulso… La vida le estaba abriendo más que una puerta, era toda una esperanza de días mejores…

Al día siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la panadería ansioso de iniciar su nuevo trabajo…

Amaro llega luego y sonríe para aquel hombre que ni él sabía por qué estaba ayudando…

Tenían la misma edad, 32 años, e historias diferentes, pero algo dentro de él lo llamaba para ayudar a aquella persona… Y, no se equivocó.

Durante un año, Agenor fue el más dedicado trabajador de aquel establecimiento, siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes…

Cierto día, Amaro llama a Agenor para una charla y habla de la escuela que abrió lugares para la alfabetización de adultos a una cuadra arriba de la panadería, y que él tenía interés que Agenor estudiara.

Agenor nunca se olvidó de su primer día de clase: la mano trémula en las primeras letras y la emoción de la primera carta…

Doce años han pasado desde aquel primer día de clases…

Vamos a encontrar al Lic. Agenor Baptista de Medeiros, abogado, abriendo su oficina a su primer cliente, y después a otro y después a otro más… Al medio día él baja para beber un café en la panadería del amigo Amaro, que queda impresionado al ver su antiguo empleado tan elegantemente vestido en su primer traje…

Diez años se pasan, y ahora el Lic. Agenor Baptista, ya con una clientela que mezcla los más necesitados que no pueden pagar, y los más adinerados que pagan muy bien; decide crear una institución que ofrece a los desvalidos de la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y con carencias de todo tipo, un plato de comida diariamente a la hora del almuerzo…

Más de 200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo, el ahora nutricionista Ricardo Baptista…
Todo cambió, todo pasó, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y Agenor impresionaba a todos los que conocían un poco de la historia de cada uno…

Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo día, casi en la misma hora, muriendo plácidamente con una sonrisa del deber cumplido…

Ricardito, el hijo, mandó gravar delante de la “Casa del Camino”, que su padre fundó con tanto cariño:

“¡Un día yo tuve hambre, y me alimentaste.
Un día yo estaba sin esperanzas y me diste un camino.
Un día me desperté solo, y me diste la paz, y eso no tiene precio.
¡Qué la paz habite en tu corazón y alimente tu alma!
¡Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien lo necesita!”

Autor desconocido

(Historia verídica)
Debemos agradecer a Dios por todo lo que nos da y compartirlo con quienes no tienen y nunca olvidar de donde venimos.

CREER ES UNA PALABRA SENCILLA PERO DE PROFUNDO SIGNIFICADO


Jesús dijo: “Si puedes creer, al que CREE todo le es posible”. (Marcos 9:23)

Creer es saber que no hay fin de cosas buenas, sino comienzos de cosas mejores…

Creer es lo que abre las puertas a Dios en tu vida…

Creer es confiar en que todo lo que me supera queda en las manos de Dios…

Creer es saber que hay soluciones y salidas para las dificultades…

Creer es aceptar que necesitamos de Dios.

Creer es saber que puedo. Que hay posibilidades para triunfar…

Creer es ponerme de acuerdo con lo que Dios dice de mí.

Creer es acción. Porque los hechos confirman la fe.

Creer es no darse por vencido a pesar de todo.

Creer es festejar de antemano porque lo malo pronto pasará…

Creer es comprender y aceptar que fui creado con la capacidad de vencer…

Creer es saber que hoy hay otra oportunidad…

Creer es no detenerse… es avanzar, es volverlo a intentar…

Creer es disfrutar cada día como un regalo de Dios.

Creer es no quejarme por lo que no tengo, sino agradecer lo que tengo.

Creer es confiar en que lo que haga me saldrá bien…

Creer es vivir con expectativas positivas…

Creer es perdonarse, perdonar a otros y recibir el perdón de Dios.

Creer es tener fe en milagros…

Creer es soñar con la fe puesta en Dios…

Creer es saber que la esperanza y la felicidad son nuestro definitivo destino.

Creer es la realidad de que Dios nunca nos abandonará.

Creer es saber esperar con expectativa.

Creer es estar seguro de que mi fe puesta en acción no fallarán.

Creer es obedecer lo que Dios me aconseja.

Creer es pensar, confesar y esperar lo mejor.

Creer es tomar la iniciativa y saber correr riesgos.

Creer es confiar que Dios tiene un plan para mi y si lo obedezco se cumplirá.

Creer es saber que aunque todos me fallen Dios nunca lo hará.

Creer es no abrigar la menor duda de que nací para ser completamente feliz.

Creer es tener esperanza en que la dificultad de hoy es pasajera.

Creer es Fe en Acción.

Creer es ser fuerte en el espíritu a pesar de nuestras debilidades.

Creer es volvernos a levantar si nos equivocamos.

Creer es tener una visión amplia generosa y trascendente.

Creer es buscar a Dios aunque todo parezca negativo.

Creer es tener la estima sana porque soy una especial creación de Dios.

Creer es ver las cosas desde la inmensidad de Dios.

Creer es recibir fuerzas sobrenaturales cuando ya no tengo ningunas.

Creer es ser valiente y esforzado

Creer es vivir en una firme confianza

Creer es rechazar todo lo que me infunda temor

Creer es controlar la duda y la desilusión.

Creer es tener una actitud de superación

Creer es avance continuo.

Creer es fe Genuina que sale de un corazón bueno.

Si puedes creer, al que CREE todo le es posible.

Jesús, tu salvador

LOS DOS PRÓXIMOS PAPAS LUEGO DE BENEDICTO XVI SEGÚN LA PROFECÍA ORIGINAL DE SAN MALAQUÍAS


Las profecías de San Malaquías sobre los últimos papas han sido un enigma creciente. Porque de acuerdo a la interpretación tradicional Benedicto XVI sería el último papa, y estamos generacionalmente involucrados como ningún otro humano que pisó la tierra.

García de Polavieja trae un análisis del Padre Juan Manuel Igartúa, jesuita, que llega a la conclusión de que luego de Benedicto XVI no sería el último, sino que vendrían dos papas más, uno que sería el anticristo y otro cuyo pontificado estaría en medio de la parusía (la segunda venida de Cristo).

El padre Igartúa estudió el célebre texto, atribuido por su redactor del s. XVI, Arnaldo de Wion, al obispo de Armagh (Irlanda), titulado “El enigma de la profecía de S. Malaquías sobre los Papas” del que conozco dos ediciones (de 1976 y 1978).

Con su habitual rigor, el P. Igartua analizó desde todos los ángulos la lista de lemas de los pontífices romanos – desde Celestino II hasta el último – llegando a varias conclusiones, entre las que interesan ahora especialmente dos: La validez e importancia que el sabio jesuita otorgaba a ésta profecía, en primer lugar; y la restauración que hizo del sentido de los últimos lemas, 111, 112 y 113, en segundo lugar.

El P. Igartua tomó en cuenta las críticas que convierten a Wion -supuestamente inspirado en Panvinio (en 1595) – en verdadero autor de la profecía, aunque no las rubricara. Ello no le restaría carácter profético, ya que todos los lemas de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX la acreditan, y se trata de pontífices que tampoco Wion podía conocer. Sin embargo, me inclino – mera opinión personal – por la autoría de S. Malaquías, por varias razones: Me parece muy probable que Wion haya tenido acceso a un original medieval y se limitase a recopilarlo como él mismo declara. Nunca compartiré la incredulidad hacia la veracidad de lo antiguo que impera en la vida académica por imposición modernista. Además, uno de los mejores historiadores religiosos contemporáneos de Wion, el dominico Alfonso Chacón, creía en la autoría del obispo de Armagh. En cualquier caso, para el P. Igartua quedaba clara “la sólida probabilidad de su valor profético”, lo que es más que suficiente.

Mis razones en favor de la autoría de S. Malaquías quizá sean demasiado personales, porque derivan de un convencimiento absoluto del sentido providencial de la historia; así como de la trabazón íntima entre el nombre bautismal de las personas y su vocación: no creo en las casualidades. Los dos últimos libros proféticos del Antiguo Testamento, Zacarías y Malaquías, fueron escritos en previsión de los tiempos previos a la Parusía, y “me casa” que un santo del s. XII llamado Malaquías fuese inspirado para completar los datos de su homónimo.

El gran acierto del P. Igartua fue restablecer la secuencia original de los últimos lemas de la profecía, que habían quedado oscurecidos en ediciones poco cuidadosas: Sirviéndose del llamado numerus aureus – no voy a detenerme en ello – el sabio jesuita comprendió que los lemas de la lista son 113 y no 111.

Es decir, que la lista no acaba con Gloria olivae, el lema correspondiente a Benedicto XVI; sino que después vienen dos lemas más:

El 112, In persecutione, lema que Igartua atribuye al ¿anticristo? – así, entre interrogaciones (página 512); cosa que comparto sin interrogaciones.

Y el 113, Petrus Romanus, que corresponde al pontífice reinante en el momento de la Parusía. Este Petrus Romanus requeriría un post independiente, por la complejidad de su momento y por las especulaciones que sobre él circulan.

Lo trascendente de la lista de Malaquías es que nos sitúa ante la inminencia del gran parteaguas de la historia: Si para el P. Igartua, hace cuarenta años, se trataba de esperar dos lemas más, para nosotros, de ser cierta la profecía, el tiempo ha llegado… Esto es lo que verdaderamente asusta.

Cierta corrección eclesiástica no puede aceptar –porque rompe todos los esquemas – que sea inminente un falso profeta, un antipapa, o un “pastor necio” para decirlo en términos de Zacarías (Za 11, 15). Pero San Jerónimo, con toda su autoridad hermenéutica, veía en este Necio al impío por excelencia, que sería el anticristo y el antípoda del Mesías (San. Jerónimo, Comentario a Zacarías III, 859, en: Obras Completas B.A.C. 593, pp. 654-657).

La atribución por Igartua del lema 112, In persecutione, a este anticristo eclesiástico, es plenamente coincidente con la previsión de Zacarías, que sitúa al pastor Necio inmediatamente después de los pastores Gracia y Vínculo y como sucesor inmediato de éste último.

La convergencia entre la profecía de los Papas de Malaquías y el decisivo capítulo 11 de Zacarías es total. Y negar que el capítulo 11 de Zacarías se refiere a nuestro tiempo, exigiría ahora prolongar la duda acerca de la identidad del pastor-cayado Gracia, cosa difícil después de un Papa monfortiano que se declaraba “Totus tuus” respecto a la Llena de Gracia…

A los datos de Zacarías sobre la Pasión de la Iglesia puede dárseles una interpretación esclarecedora, aunque convenga exponerla con prudencia. En algunas ocasiones, la concreción excesiva puede no compensar los daños colaterales…Quienes leéis estas líneas sabréis discernir nuestra preocupación ante la situación que se precipita, cuyos detalles deben permanecer, por ahora, en estudio. Lo que sí cabe es avisar a los estudiosos del tema que estas profecías no prevén “cónclaves divididos” ni cismas post-electivos sino, en todo caso, traiciones que provocarían cismas prácticos.

En este sentido parece ir también la exégesis que Jesús le hizo a María Valtorta del mismo capítulo 11 (Cuadernos, 9 de diciembre de 1943, pp. 539-541). La atención debería centrarse en la advertencia del Señor, recogida por San Juan, acerca del salteador “que no entra por la puerta del redil sino que escala por otro lado” (Jn 10, 1); advertencia explicada a su vez en la célebre profecía de san Francisco de Asís, en su lecho de muerte: “En el momento de esta tribulación, un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su actuación se esforzará en llevar a muchos al error y a la muerte” (Obras del Seráfico Padre S. Francisco de Asís, Washbourne, 1882, pp. 248-250).

La convergencia entre la profecía del capítulo 11 de Zacarías y la de los Papas de Malaquías es – lo repito – total: Zacarías avisa que al romperse el cayado Vínculo Dios va a “suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, etc. etc.” (Za 11, 15-16) y Malaquías de Armagh coloca, inmediatamente después de Gloria olivae, el lema In Persecutione, cuyo comentario inmediato (extrema S. R. E. sedebit – la extrema (persecución) tendrá su sede en la Santa Iglesia Romana) parece un anticipo de la célebre advertencia de Nuestra Señora en la Salette: Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del anticristo.

Frente a esta convergencia profética se levanta una muralla de prevención – hasta cierto punto lógica – y convencionalismo. Esta resistencia es preocupante porque se plantea desde una eclesiología bien intencionada, es decir, invocando la guía indefectible del Espíritu Santo sobre la Iglesia: Pero esta guía se invoca precisamente para negar los avisos del propio Espíritu Santo; aduciendo “poca fiabilidad” de las profecías de todo tipo.

En este tema, hay sectores abocados a un círculo vicioso donde incluso las mariofanías oficialmente reconocidas son vistas con suspicacia en lo relativo a sus previsiones proféticas. La cerrazón de estas corrientes a la realidad del momento parece crónica, porque su visión está encerrada en burbujas, sin contacto con la deriva cultural y social. No hablamos de los sectores que ponderan esta deriva con intención de incorporarse a ella. Existe un racionalismo piadoso, incluso tradicional, ignorante de la naturaleza satánica de la cultura dominante; y cuya reticencia escatológica obedece, en realidad, al recelo hacia la mística.

En ello subyace una confusión del amor, disimulada frecuentemente tras espiritualidades voluntaristas y suficiencias eruditas: Incredulidad hacia el protagonismo del Cielo, que no se sirve de maestros acreditados ni de sabios, sino de lo más sencillo y sorprendente. Tal actitud arriesga, sin sospecharlo, quedar incluida entre los engañados por “no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado” (2 Ts 2, 10). Porque el Amor de Jesucristo no es referencia metafísica, ni patente espiritual, ni agotó sus revelaciones con Bernardo de Hoyos y Faustina Kowalska: Es una experiencia de comunión que persiste, y en la que Jesucristo dirige, se manifiesta y habla… Es muy peligroso permanecer ajenos a las manifestaciones más actuales, contundentes y clarísimas, del Sagrado Corazón.

San Luis Mª Grignón se quejaba amargamente de aquellos “que teniendo la profesión de enseñar la verdad a los demás, no te conocen a Ti ni a tu Santa Madre, sino de una manera especulativa, árida, estéril e indiferente” (V. Devoción, 64).

La suma de las mariofanías, revelaciones y confidencias de todo tipo con las que el Cielo está previniendo el drama actual, es de tal magnitud que su estudio deja poco espacio para la duda. Esa duda equivaldría a pensar que Dios permite que su palabra y la de su Madre sean suplantadas con una frecuencia que pondría en entredicho su divinidad.

Despreciar este desbordamiento profético implica, además, un desaire a la Mujer que prepara la Venida de su Hijo y da a luz, con lágrimas y sudores de sangre, físicos, visibles y repetidos, al Hombre nuevo.

La reticencia, el escepticismo respecto a las revelaciones privadas, la prevención contra el Apocalipsis, la suspicacia ante toda comunicación mística, forman parte del misterioso desenlace de esta etapa histórica y escatológica.

Si la cuestión se dirimiese entre revelaciones privadas y la autoridad legítima de la Iglesia – y por legítima habrá que entender pronto absolutamente diáfana respecto a los dos pilares de la Eucaristía y de Nª. Señora con todas sus exigencias dogmáticas y prácticas – los críticos podrían tener alguna razón. Pero el problema parece bastante más complejo.

Las advertencias sobrenaturales, cuyo número desafía hoy toda capacidad de clasificación, están clamando en perfecta sintonía con la profética general de las Sagradas Escrituras y con la esperanza del cristianismo de todos los tiempos: Y este coro universal nos está previniendo sobre un poder de seducción insospechado, revestido de “caridad” horizontalista, sincretista e irenista, a cuyo influjo escaparán exclusivamente los más pequeños, enamorados de Jesucristo.

Fuentes: J.C. García de Polavieja para Religión en Libertad, Signos de estos Tiempos

Foros de la Virgen María

EL DESTINO DE ESTE PAPADO Y ¿LOS DEMÁS? SEGÚN LAS PROFECÍAS DE DON BOSCO


Muchos profetizaron sobre el fin del papado y su resurrección, comenzando con Nostradamus que profetizó la huida del papa de Roma, siguiendo por San Malaquías que profetizó sobre las características de 113 papas, y con Don Bosco, que a pesar de ser un hombre de acción, fue un gran místico, y profetizó sobre los últimos 3 papas que habría y del asesinato de uno.

Las profecías de los Papas, atribuida a San Malaquías, anuncian que se acerca el final de la dinastía papal. El sucesor del Papa número 112 (Benedicto) podría ser el último.

Se publicaron a finales del siglo XVI, aunque habían sido escritas en 1139, por el irlandés San Malaquias.

Las profecías están escritas adjudicando a cada papa un lema. El profeta dejó en Roma una lista de 113 títulos latinos, uno por cada Papa que reinaría a partir de su época Estos títulos predicen los nombres de los futuros Papas, su lugar de nacimiento, sus blasones o títulos o los hechos más importantes sucedidos bajo su papado. De esto hablaremos en otra oportunidad.

UN PAPA HUYENDO DE ROMA

Además de San Malaquías, muchos otros han predicho el fin de las dinastías papales. Hay mucha literatura sobre el tema del Papa, huyendo o cautivo, pero siempre lejos de Roma. Nostradamus fue uno de ellos, pero hubo muchos más.

Jeane Dixon, que ya predijo una alianza entre EEUU y Rusia para luchar contra China, también dijo que hacia finales de siglo un Papa será herido. Y otro morirá asesinado hallándose lejos de Roma. A partir de tal hecho, la Iglesia tendrá un tipo de gobierno distinto al Papado. Lo mismo anticipa el tercer secreto de Fátima recientemente revelado.

Juan de Vatigueiro, en el siglo XIII, predijo que cuando el mundo se encuentre perturbado el Papa cambiará de residencia, y durante 25 meses no habrá ningún gobierno ni Papa en la Iglesia de Roma.

Juan de Rocapartida, 100 años después, profetizó que al acercarse el fin del mundo, el papa y sus cardenales habrán de huir de Roma en trágicas circunstancias hacia un lugar donde permanecerán sin ser reconocidos. El Papa sufrirá una cruel muerte en el exilio.

Nicolás de Fluh, en el siglo XV, previó que llegaría un tiempo en el que la Iglesia quedaría desolada, sin Pedro ni sus sucesores.

Helen Wallraf, vidente, declaró el siglo pasado que llegaría el día en que el Papa huya de Roma con la sola compañía de cuatro cardenales.

Anna Katerina Emmerick vio al Papa huyendo, débil y agotado por los muchos pesares y tribulaciones y al Vaticano quemado hasta los cimientos.

Pio X tuvo una visión en 1909. Durante una audiencia, el Papa se desmayó y, al recobrar el conocimiento, dijo que llegaría un día en el que el Papa abandonará Roma y será transportado, enfermo, por encima de los cadáveres de sus cardenales.

Don Bosco, advirtió al Papa Pío IX de que llegará un día en que una luz brillante resplandecerá en el cielo, en pleno fragor de una batalla. En ese instante, el Papa y sus servidores abandonarán el Vaticano pasando por una plaza cubierta de muertos y heridos. Todo el país sufrirá una gran pérdida de población y la tierra se agitará como arrasada por un huracán y caerá un fuerte pedrisco. Durante doscientos amaneceres, el papa y su séquito vagarán por tierras extranjeras.

LAS PROFECÍAS DE DON BOSCO

San Juan Bosco es uno de esos santos puestos por Dios para ayudar a una humanidad que ha torcido el paso. Y don Bosco profetizaba. De entrada hay una cosa desconcertante en las profecías de don Bosco: todas se realizaban. Y es que don Bosco es uno de esos pocos santos cuyo conocimiento profético venía “con fecha”. Ya no se trata de profecías condicionales, sino de eventos que el tiempo verá cumplirse, hasta el punto que muchas veces sabía el cuándo concreto. ¿Ocurrirá así con el sueño de las dos columnas? Es probable. De hecho casi el 80% del sueño ya ha sido cumplido a pies juntillas. Merece la pena releerlo con calma.

“Se preparan días difíciles para la Iglesia. Lo que hasta ahora ha sucedido es casi nada en comparación de lo que tiene que suceder.” (Don Bosco) Como será de grave tal realidad que las “columnas salvadoras” (la Virgen y la Eucaristía) son llamadas Auxilio de los cristianos y Salvación de los creyentes. Auxilio y Salvación no son sustantivos de talk show. Se auxilia y salva de graves peligros, de situaciones catastróficas, no de tiempos de champán y rosas. No se debe olvidar este escenario global. La siguiente pregunta es cuándo empezó tal situación. Don Bosco lo tenía claro (aquí habría que traer a colación sus sueños y bilocaciones para atender a un moribundo papa): la muerte del beato Pío IX fue el inicio de los males como nunca antes.

EL ATAQUE A LA IGLESIA

San Juan Bosco es explícito: armas y libros. Las ideologías anticristianas, en suma, con su longa manu militari y su intelligentsia. El comunismo es paradigma de tal hecho (la URSS y sus satélites totalitarios, o con su estratagema del eurocomunismo de Berlinguer y su anticipo gramsciano en los intelectuales proactivos), pero las corrientes progresistas y masónicas no le quedan a la zaga. Lo desconcertante es un punto narrativo concreto: esas fuerzas enemigas que tratan de desestabilizar al Papa -con fuego y libros- cuando perciben que no lo han logrado, saltan al abordaje luchando cuerpo a cuerpo. ¿Qué significa esto?

La primera lectura es evidente. Fallado el intento de desprestigio intelectual o de derrota militar, se irá descaradamente contra la Iglesia. ¿No ha pasado ya algo parecido? Se intenta el ataque al Papado desde León XIII –comunismo, modernismo, progresismo, masonería-; después con los estados totalitarios (URSS, nazismo, fascismo italiano, II República española, PRI mexicano…); le seguirán las ideologías del nuevo orden mundial cada vez más fanáticas (sacar al Vaticano de la ONU) para, una vez fracasado el intento de desprestigiar al papado, entrar a machete contra el sacerdocio o el papado (de entrada escándalos sexuales, pederastia del clero, “fundadores” de vida pervertida… para continuar por el ataque directo al papado, donde el bueno de Benedicto XVI se lleva la palma del odio de las ideologías anticristianas –esa dictadura del relativismo-). ¿Acaso no se observa el acierto narrativo descrito por don Bosco con la sola contemplación histórica?

No queda sólo ahí la cosa: hasta el tiempo (olas y viento) le era adverso a la Iglesia. ¿Acaso no es evidencia de esta modernidad social -crítica y descreída con la Iglesia- en la que sus enemigos trabajan con facilidad sus campañas de odio, mientras que ésta debe bregar contra una opinión pública adversa, o la más de las veces hiriente?

HITOS HISTÓRICOS COMO MEDIDA DE LOS TIEMPOS

Es este un aspecto admirable del sueño de las dos columnas: su concreción histórica. Dos llamadas a capítulo por la nave capitana. La primera reunión termina por derribo: los ataques obligan a dejar el concilio de capitanes. La segunda concluye con un recrudecimiento de los males, mayores que al principio. Son los dos concilios vaticanos. El Concilio Vaticano I acabó ante la entrada de las tropas masónicas en Roma. Los cardenales huyeron despavoridos y ahí quedó el concilio, sin conclusión oficial. Y el Concilio Vaticano II, que a su término, donde debía haber florecido la primavera de la Iglesia más bien entró el humo de Satanás: secularizaciones, apostasía social masiva, catolicidad sin pensamiento católico… Don Bosco no sólo anticipó tales hechos proféticamente, sino que los marcó como punto de partida para entender el aspecto más emblemático de su sueño: los papas.

EL MISTERIO DE LOS 3 PAPAS

Esto dice don Bosco: un papa caerá herido después del segundo concilio. Se levantará para volver a caer herido y muerto. Cuando todo parezca perdido una extraordinaria elección del futuro Papa revertirá la situación: la nave de la Iglesia será arribada a las dos columnas y el viento misterioso de Dios traerá la paz y el triunfo de la Iglesia.

Don Bosco explicitó que estos papas misteriosos vendrán después del segundo concilio, pero don Bosco callaba el resto. Y si don Bosco callaba no así sus hijos. La profecía del papa asesinado les traía de cabeza y hablaron de ello hasta muchos años después de la muerte de su querido Padre. Conversaciones importantes porque alguna fue en vida del santo y con él presente. Si discutían cuántos eran los papas “causantes” del triunfo, don Bosco ayudó a entender que serían 3 y no 2.

¿Son papas de una serie cronológica o más bien papas nominales que obrarán ese triunfo, haya los que haya entre medias? Los hechos lo resolverán. Pero los hechos nos han mostrado a Juan Pablo II caer gravemente herido en la plaza de san Pedro. Qué duda cabe que en Juan Pablo II tenemos el primer Papa.

EL PAPA ASESINADO

Lo que falta por cumplirse del sueño es profético. Un papa caerá asesinado y otro verá el triunfo de la Iglesia. Más no sabemos y nos excede. Cualquier cosa que se diga no dejarán de ser elucubraciones más o menos fantasiosas. Lo cierto es que san Juan Bosco profetizaba hechos que luego ocurrían, motivo por el que es de entender que no ocurrirá lo contrario con este enigma.

Es previsible que veamos un papa asesinado y que otro verá el triunfo de la Iglesia de modo sorprendente, sin solución de continuidad. ¿Será este papa actual asesinado, será un sucesor inminente o más bien lejano? Todo ello es oscuro. Y san Juan Bosco callaba. No obstante el Cielo ha decidido ir en ayuda nuestra para levantarnos de la tibieza y recordarnos lo urgente de nuestra conversión y oraciones: son tiempos duros, tan duros, que Fátima alertó de una aniquilación total de la Iglesia fiel a Pedro en su tercer secreto. Profecía condicional, no cabe duda, pero condicional no a la victoria de tal o cual político, sino a nuestra conversión urgente y decidida (en palabras de Juan Pablo II).

Y san Malaquías puede arrojar más luz con sus profecías de los papas (si bien se debe entrar a fondo en otro post sobre esta profecía tan discutida), donde es de entender que el actual papa malaquiano (De gloria olivae) gozará de una muerte santa y natural (otra cosa no se me ocurre con lema tan pacífico) para ver con su sucesor (In persecutione extrema) tiempos oscuros que terminarán violentamente con su vida. Petrus Romanus sería por tanto, no ya un papa nominal, sino el inicio de esa primavera de la Iglesia. Y es que, según san Juan Bosco, el sucesor de In persecutione extrema no sólo sería extraordinariamente designado sino que vería como la situación se revierte milagrosamente para gloria de la Iglesia (si bien a Ana Catalina Emmerick se le dio a contemplar como ese milagroso cambio tendría parte de causa en la santidad y gravedad de ese ansiado Papa, a la sazón no mayor de 40 años).

Fuentes: Cesar Uribarri para Religión en Libertad, Corazones.org, Signos de estos Tiempos

Foros de la Virgen María

RELIQUIA SÍMBOLO DE LA PROTECCIÓN: EL VELO DE LA VIRGEN MARÍA, CELEBRACIÓN ORTODOXA (2 DE JULIO)


El Maphorion, el “Santo Velo” de la Madre de Dios, una reliquia que se consideraba auténtica, fue llevado desde Jerusalén a Constantinopla en tiempos de León I (457-474). El velo es un símbolo de protección.

El Libro de las Sinaxis Armenio celebra la deposición de la reliquia en la iglesia de Nuestra Señora de Blachernes con estas palabras: «Nos has dado, OH Dios misericordioso, a tu Madre como protección». El himno Akáthistos celebra la imagen de la Blachernitisá como «refugio de todo el mundo, más grande que el firmamento».

HISTORIA DEL VESTIDO DE LA VIRGEN EN BLACHERNES, CONSTANTINOPLA

El 2 de julio, la Iglesia de Oriente conmemora la declaración del precioso Vestido de nuestra Soberana la Santa Madre de Dios en la iglesia de Blachernes, en Constantinopla.

Los acontecimientos que dan origen a esta fiesta se remontan al tiempo del Emperador León I y de su esposa Farol (457-474), cuando dos hermanos de alta nobleza, Galbios y Cándido, que acababan de renunciar a la herejía, decidieron partir en peregrinación a Tierra Santa.

Llegados a Galilea, se detuvieron en la casa de una anciana, llamada Ana, judía de nacimiento, piadosa y virtuosa, que pasaba día y noche rezando, a la manera de Ana la hija de Phanuel (cf. Luc 2:36).

Viendo que los cristianos traían cirios e incienso a la casa y que muchos enfermos pasaban ahí la noche, los nobles peregrinos le preguntaron a su anfitriona cuál era la razón.

Ana, dando prueba que la gracia de Dios realizaba allí innumerables milagros, pretextó primero que se trataba de un antigua costumbre transmitida por sus antepasados.

Como ellos le suplicaran que les dijera algo más, finalmente, les reveló que el Vestido de la Madre de Dios se encontraba allí, legado por Ella, en el momento de su Dormición, a una de su dos siervas judías, y que había sido transmitido de generación en generación, siempre guardado secretamente por una virgen.

Con lágrimas de emoción Galbios y Cándido le pidieron pasar toda la noche en esa pieza para hacer una vigilia de oración. Aprovechando el sueño de los enfermos presentes, tomaron las medidas de la caja de madera que contenía el vestido, y luego partieron para Jerusalén, prometiendo volver para saludar a quien les había albergado.

Los dos hermanos, Galbios y Candoroso, después de venerar los Santuarios de la Ciudad Santa, hicieron confeccionar una caja similar a aquélla que habían visto en Galilea y que contenía el Vestido de la Madre de Dios; y, de vuelta donde la piadosa judía, encontraron el medio de hurtar la caja que contiene la Santa reliquia y de sustituirla por la caja vacía, que habían cubierto con una manta tejida en oro.

Llegados a Constantinopla, depositaron este tesoro inestimable en un lugar llamado Blachernes, situado en la parte noroeste de la ciudad, fuera de los muros, y ahí hicieron construir una iglesia dedicada a los Santos Apóstoles Pedro y Marcos, con el fin de guardar el secreto.

Pero no pudieron ocultar mucho tiempo este tesoro, debido a los numerosos milagros que se realizaban en la iglesia.

Tras revelarle al Emperador León III que habían traído este precioso trofeo de su peregrinaje para la protección de la Ciudad, él, lleno de alegría, hizo construir una capilla (473), donde se depositó la caja con el santo Vestido y el Maphorion (Velo) de la Madre de Dios, que fue objeto del milagro de la Protección de la Madre de Dios.

La iglesia de Nuestra Señora de Blachernes sigue siendo uno de los Santuarios más prestigiosos de la capital y fue teatro de muchos acontecimientos importantes de su historia.

La caja fue sustituida finalmente por un estuche (Aghia Soros) de oro y plata recubierto de piedras preciosas.

El Santo Vestido estaba, se decía, tejido en lana delicada, de un solo color y de una pieza única; y, mientras que la púrpura imperial en el cual estaba envuelto se había degradado rápidamente, éste continuaba intacto a lo largo del tiempo, manifestando así el milagro de la Virginidad perpetua de la Madre de Dios.

EL VELO CUBRIENDO EL MUNDO

A continuación se refiere la noticia de un acontecimiento extraordinario sucedido en esta iglesia. Bajo León el Sabio (886-912), san Andrés Salos, un esclavo escita, junto con su discípulo Epifanio, tuvo una visión de cómo la Madre de Dios cubre todo el mundo con este «velo inmenso y tremendo más ancho que los cielos».

La fiesta que conmemora el prodigio se llama en las Iglesias eslavas Pokrov, Protección, y se celebra el uno de octubre. La representación iconográfica es constante desde el siglo XV: el velo, sostenido por la Virgen misma o por los ángeles, está extendido sobre el pueblo cristiano.

Occidente conoce la variante de esta imagen como la “Virgen del Manto”, bajo el que se refugian los fieles.

Ser protegidos por uno poderoso es la esperanza de los que se sienten pobres. En el evangelio se declara benditos a los pobres (cf. Mt 5, 3) porque están seguros de la protección de Dios.

Pero el hombre es imagen de Dios. Protegido porque es pobre, él, al mismo tiempo, quiere proteger a los demás. La Virgen, protegida desde la eternidad de un modo absolutamente particular, se hace también ella protectora. «Bajo tu protección nos acogemos» es una de las oraciones marianas más antiguas.

Un detalle significativo puede ser el hecho de que el velo sea sostenido por las manos de los ángeles para que las manos de María estén libres para orar. Los bizantinos se atrevieron a dirigir a la Theotókos (Madre de Dios) las palabras que sin blasfemia no pueden referirse más que a Dios mismo: «No hay para nosotros ninguna esperanza fuera de ti».

Por medio de Cristo, la Maternidad de María es reflejo de la Paternidad de Dios que desciende al mundo como Providencia encarnada.

EL VELO EN LA CATEDRAL DE CHARTRES

La catedral de la ciudad de Chartres, en el suroeste de Paris, Francia guarda lo que se dice ser el velo que llevaba puesto la Virgen Maria como blusa en el momento de la anunciación (cuando se le apareció el ángel que le anuncio que estaba embarazada).

Esta reliquia es venerada desde el siglo 9. Según, cuentan, fue Carlos el Calvo, Emperador de Occidente quien obsequio la reliquia a la catedral de Chartres en el año 876. Se han hecho testes de datación que han mostrado su gran antigüedad.

Fuentes:


Foros de la Virgen María