lunes, 31 de octubre de 2011

LA MARCA DE LA BESTIA "666"



Escuché al Señor que dijo:
Mi Espíritu no siempre contenderá con el hombre. Ven a ver a la bestia. Durante los últimos días una bestia maligna se levantará y engañará a muchos de todas las naciones de la tierra. El demandará que cada persona reciba su marca, el número 666, puesto en sus manos o sobre su frente. Todo el que reciba la marca pertenecerá a la bestia y serán lanzados con él en el lago de fuego que arde con fuego y azufre.

La Bestia se levantará bajo la aclamación del mundo, pues él traerá paz y prosperidad como nadie podría acordarse que hubo antes. Cuando haya alcanzado dominar el mundo, aquellos sin su marca sobre sus frentes o manos, no podrán comprar ni alimentos, ropa, autos, casas o cualquier cosa que se tenga que comprar. Tampoco podrán vender lo que es de ellos a otra persona a menos que tengan la marca.

El Señor expresamente declara que los que reciban la marca han afirmado su lealtad a la bestia y serán cortados para siempre del Señor Dios. Ellos tendrán su lugar con los incrédulos y obradores de iniquidad. La marca simplemente declara que aquellos que la poseen han rechazado a Dios y se han volteado hacia la bestia para su sostén.

La bestia y sus seguidores perseguirán a los que rehúsan ponerse la marca y matarán a muchos de ellos. Cualquier presión que ellos puedan traer será usada para obligar a los creyentes del Dios verdadero a ser marcados. Niños e infantes serán asesinados delante de los ojos de los padres que rehúsen tomar la marca. Habrá un tiempo de grande luto.

Los que poseen la marca serán obligados a entregar sus posesiones a la bestia a cambio de las promesa que la bestia suplirá todas las necesidades de sus seguidores.

Algunos de ustedes se debilitarán y se rendirán a la bestia y recibirán su marca en vuestras manos o frentes. Ustedes dirán, Dios me perdonará. Dios comprenderá. Pero yo no me arrepentiré de mi Palabra. Yo os he amonestado repetidamente por la boca de mis profetas y ministros del evangelio. Arrepiéntansen hoy, mientras es de día, pues la noche viene cuando el juicio será establecido para siempre.

Si ustedes no obedecen a la bestia y rehúsan recibir su marca, yo cuidaré de ustedes. Yo no digo que muchos tendrán que morir por su fé en esos tiempos, porque muchos serán degollados por confiar en Dios el Señor. Pero benditos son aquellos que mueren en el Señor, porque grande será su recompensa.

Es verdad, que habrá un tiempo de paz y prosperidad cuando la bestia ganará popularidad y grande estima. El hará aparecer los problemas del mundo como si no fuesen nada - pero la paz terminará con derramamiento de sangre y la prosperidad en una hambruna por toda la tierra.

No teman lo que el hombre les pueda hacer, pero teman a aquel que puede lanzar vuestra alma y cuerpo en el infierno. Pues viene una gran persecución y aunque las tribulaciones sean multiplicadas, yo los libraré de todas ellas.

Pero antes de ese día maligno yo levantaré un ejército poderoso que me adorará en Espíritu y en verdad. Los ejércitos del Señor harán grandes proezas y cosas maravillosas para mí. Por lo tanto, vengan unidos y adórenme en Espíritu y en verdad. Traed el fruto de la justicia, y demen lo que justamente me pertenece y yo os guardare de la hora mala. Arrepiéntanse hoy y sean salvos de las cosas terribles que le caerá a los rebeldes y a los que no son salvos.

La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna. Clama a mi mientras puedas y yo te aceptare y te perdonaré. Yo te amo y no deseo que te pierdas. Cree en este reporte y vivirás. Escogeos hoy a quien servir.

Por: Mary Katherine Baxter
Una Revelación Divina del Infierno.
Fuente:
http://www.rugeelleondelat

Publicado por Judas

CONSEJOS DE SANTA FAUSTINA (PADRE E HIJOS)



Santa Faustina Kowalska fue instruida por Nuestro Señor para la Congregación que iba a formar y ella lo escribió: Num. 567 "El comportamiento de las hermanas para con las Superioras" y 568 "El comportamiento de la Superiora para con las hermanas".

El cual perfectamente se puede aplicar al comportamiento de los hijos para con sus padres y de los padres con sus hijos.

567 El comportamiento de las hermanas para con la Superiora.
Que todas las hermanas respeten a la Superiora como al Señor Jesús Mismo, tal y como lo mencione hablando del voto de la obediencia. Que se porten con confianza infantil, sin murmurar nunca ni criticar sus órdenes porque eso desagrada mucho a Dios. Que cada una se guíe por el espíritu de fe para con las Superioras, que pida con sencillez todo lo que necesite. Dios nos guarde, y que nunca se repita ni ocurra que alguna de ustedes sea el motivo de tristeza o de lágrimas de la Superiora. Que cada una sepa que, como el cuarto mandamiento obliga a los hijos a respetar a los padres, lo mismo se refiere a la religiosa para con la Superiora. No es buena (35) la religiosa que se permite y se atreve juzgar a la Superiora. Que sean sinceras con la Superiora y le hablen de todo y de sus necesidades con la sencillez de una niña.

Las hermanas se dirigirán a su Superiora de este modo: le ruego, Hermana Superiora. Nunca le besaran la mano, pero cada vez que la encuentren en el pasillo, como también cuando vayan a la celda de la Superiora, dirán: Alabado sea Jesucristo, inclinando un poco la cabeza.

Las hermanas entre si dirán: le ruego, hermana agregando el nombre. Respecto a la Superiora deben guiarse por el espíritu de la fe y no con sentimentalismo ni con adulaciones, cosas indignas de una religiosa que la humillarían mucho. Una religiosa debe ser libre como una reina y lo será si vive con el espíritu de la fe. Debemos escuchar y respetar a la Superiora no por ser buena, santa, prudente, no, no por todo esto, sino solamente porque para nosotros ocupa el lugar de Dios y escuchándola obedecemos a Dios mismo

568 (36) El comportamiento de la Superiora para con las hermanas.
La Superiora debe distinguirse por la humildad y el amor hacia cada hermana, sin excepción alguna. Que no se deje guiar por simpatía o por antipatía, sino por el espíritu de Cristo. Debe saber que Dios le pedirá cuenta de cada hermana. Que no diga sermones a las hermanas, sino que dé el ejemplo de una profunda humildad y el de negarse a si misma, ésta será la enseñanza mas eficaz para las que dependen de ella. Que sea resuelta, pero nunca brusca; que tenga paciencia si la cansan con las mismas preguntas, aunque tenga que repetir cien veces la misma cosa, pero siempre con la misma calma.

Que trate de presentir todas las necesidades de las hermanas sin esperar que le pidan ésta u otra cosa, porque son diversas las naturalezas de las almas. Si ve que alguna hermana está triste o doliente, trate de ayudarle de cualquier manera y de consolarla; que ruegue mucho y pida luz para saber (37) cómo comportarse con cada una de ellas porque cada alma es un mundo diferente.

Dios tiene distintos modos para tratar con las almas que, a veces, para nosotros, son incomprensibles e inconcebibles, por eso la Superiora debe ser prudente para no impedir la actuación de Dios en ningún alma. Que nunca amoneste a las hermanas cuando está nerviosa, además los reproches deben siempre ir acompañados por palabras de estimulo. Hay que dar a conocer al alma su error para que lo reconozca, pero no se la debe desalentar. La Superiora debe distinguirse por el amor activo a las hermanas, debe encargarse de todas las penas para aliviar a las hermanas; que no exija ningunos servicios de las hermanas, que las respete como a las esposas de Jesús y que esté dispuesta a servirles tanto de día como de noche; debe mas bien pedir que ordenar.

Que tenga el corazón abierto a los sufrimientos de las hermanas y que ella misma estudie y contemple fijamente el libro abierto, es decir, a Jesús Crucificado. Que siempre pida con fervor la luz y, especialmente, cuando tenga que arreglar algo de importancia con alguna (38) hermana. Que se cuide de entrar en el ámbito de sus conciencias, porque en este campo es el sacerdote que tiene la gracia; pero sucede que algún alma sienta la necesidad de desahogarse ante la Superiora, entonces la Superiora puede recibir las confidencias de un alma, pero no se olvide del secreto, porque nada disgusta mas a un alma que cuando se diga a otros lo que ella dijo en confianza, es decir en secreto.

Las mujeres tienen siempre la cabeza débil respecto a esto; pocas veces se encuentra a una mujer con la mente de hombre. Procure una profunda unión a Dios y Dios gobernará a través de ella. La Virgen santísima será la Superiora [208] de este convento y nosotras seremos sus hijas fieles.

Publicado por Wilson

LIMPIOS DE APEGOS



Limpios de apegos y de reatos de culpa, es de la única forma, en que podremos entrar en el cielo. Es decir plenamente purificados.

Desde luego que son pocos, los que en esta vida se encuentran en esta situación y no pasan por el Purgatorio, para purificarse debidamente. Más de una vez, hemos aludido a las tres clásicas fases, del desarrollo de la vida espiritual. La primera fase es la llamada vía purgativa, en la que la persona atiende la llamada de su Creador y busca al Señor. En la segunda llamada vía iluminativa”, avanza la persona en el conocimiento de Dios y no puede por menos, que empezar a amarle y continuar en el desarrollo de ese amor, hasta amarle con todo la fuerza de su ser. Y este amor cuando alcanza su madurez espiritual, le lleva a la persona a entrar en la tercera fase, que es la vía unitiva, pues el alma tiende a unirse al Señor, entregándose apasionadamente a Él.

La vía de entrega o unitiva”, es larga de recorrer y no es fácil alcanzarla, hace falta mucha perseverancia. A su vez, esta vía unitiva, tiene también una serie de fases, que al tiempo que estas son recorridas, ellas nos van uniendo cada vez más a la voluntad del Señor. Al final de esta fase, son pocos los que en esta vida llegan. Uno de ellos San Pablo, nos dejó escrito: Vivo yo, más no soy yo, sino que es Cristo quien vive en mi. (Gal 2,20). Es el final del proceso, el alcanzar una perfecta unión con el Señor. Y para ello, son muchas las dificultades que un alma encuentra. Una de ellas, es el encontrarse limpio de cualquier apego terrenal.

Son muchas las clases de apegos que nos atan: apego a la propia vida, apego a los bienes materiales, apego a las personas. Estos apegos son de carácter material, pero también nos apegamos espiritualmente a lo invisible, aquello que hemos creado en nuestras mentes, como puede ser por ejemplo el apegarnos a nuestros proyectos de vida, lo cual determina que no hemos sido capaces todavía, de entregarnos de verdad a la voluntad del Señor y no le hemos dado el timón de nuestra vida, por lo que aún no hemos sido capaces de iniciarnos en la tercera fase, la de entregarnos sin reserva alguna a la divina voluntad.

El desapego, despojamiento o kénosis, tal como queramos llamarlo, es algo muy duro de realizar, y no va a ser el mundo en que vivimos, las personas que nos rodean, ni mucho menos el demonio, el que nos eche una mano para dar el paso. El dominico Bonaventure Perquín, escribe diciendo: Las cosas de este mundo pueden ser ciertamente muy bellas, satisfacer plenamente, mostrarse muy atractivas; por esta razón pueden llegar a ocultar a su Creador, haciendo que nos olvidemos de nuestro Padre, pues se apoderan de nuestro corazón y nos atan a ellas. En el Libro de la Sabiduría, se puede leer: Sí, vanos por naturaleza son todos los hombres en quienes había ignorancia de Dios y no fueron capaces de conocer por las cosas buenas que se ven a Aquél que es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; sino que al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, señores del mundo. Que sí, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses, sepan cuánto les aventaja el Señor de éstos, pues fue el Autor mismo de la belleza quien los creó. Y si fue su poder y eficiencia lo que les dejó sobrecogidos, deduzcan de ahí cuánto más poderoso es Aquel que los hizo. (Sb 13,1-4).

El problema del hombre, es que el Creador de toda la belleza que contempla, de todo lo que le rodea, sean las demás criaturas, sean los bienes materiales que desea; todo absolutamente todo, directa o indirectamente, empleando al hombre o sin emplearlo, ha sido creado por el Señor. San Pablo nos advierte diciendo “…, los que usan de este mundo no se detengan en eso, porque los atractivos de este mundo pasan. (1Cor. 7,31). Pero resulta que la naturaleza de Dios tal como San Juan nos dice. Es… amor y nada más que amor”. (1Jn 4,16-21). Y ello determina, que el amor siempre genera celos y Dios es un Ser celoso. "… porque Yahvéh tu Dios es un fuego devorador, un Dios celoso. (Dt 4, 24).

Dios nos ama tremendamente, que se puede pensar que busca desesperadamente nuestro amor, y ese gran amor que nos tiene genera también unos tremendos celos, que nacen cuando Él se siente traicionado en su amor a nosotros. Cualquier cosa que coloquemos por delante de nuestro amor al Señor, sea nuestro propio ego, los afectos humanos, las riquezas, los negocios, el éxito social, el placer mundano o el bienestar físico, se convierte para nosotros en un dios si los colocamos delante de nuestros deberes para con Dios. Estamos así frente a un pecado de idolatría.

El Señor nos dejó dicho: Nadie puede servir a dos señores, pues o bien, aborreciendo al uno, amará al otro, o bien, adhiriéndose al uno, menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mt 6,24). La mano del hombre solo puede coger una cosa, si quiere coger otra ha de soltar la que escogió primeramente, así San Agustín decía que el amor del hombre es como la mano del alma, mientras tengas agarrado un objeto, no puedes agarrar otro. Para poder tener el segundo, tienes que soltar el primero. Así también, el que ama el mundo no puede amar a Dios, pues tiene su mano ocupada.

Pero nuestra estupidez, menospreciando lo que el Señor nos ofrece, me recuerda uno de los métodos que hay en África para cazar monos vivos: En un tronco de un árbol se hace un boquete por un lado y se deposita dentro de él, un fruto apetitoso para el mono, se cierra el boquete y por el lado contrario se abre un pequeño orificio por el que solo cabe la mano del mono cuando esta está vacía. El mono huele el fruto y mete la mano sin dificultad para cogerlo, pero cuando quiere sacarlo no puede porque tiene el puño cerrado con el fruto dentro. Conclusión, el mono se deja coger antes que tener que soltar el fruto. No nos damos cuenta, pero somos tan estúpidos como el mono, preferimos condenarnos antes que soltar nuestro apegos y sobre todo si se trata del apego al dinero.

¿Y porque ese amor al dios dinero? Es fácil de comprender, somos unas criaturas hechas para gozar de una felicidad que desconocemos pero anhelamos, aunque nadie en este mundo ha tenido una experiencia de ella, y como no tenemos otra cosa, buscamos en este mundo una caricatura de esa eterna felicidad que nos espera, en una falsa felicidad que es la que podemos encontrar aquí abajo, y digo falsa felicidad, porque la felicidad para ser verdadera ha de ser eterna, y si no; ¡a ver!, que alguien me diga de una persona, que nunca ha tenido un problema en este mundo y siempre ha estado nadando en felicidad terrena. El dinero, es el medio a través del cual nos creemos que podemos alcanzar algo de felicidad en esta vida terrenal.

Por ello, quizás sea el dinero, el más peligroso de los apegos y al que el Señor hace referencia cuando nos dice: No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mt 6,24).

Ya sé que algún lector me va a replicar diciendo: Pero para vivir se necesita dinero. No seré yo el que lo niegue, pero hay que distinguir entre el apego y el desapego. Desde luego que yo tengo apego al chocolate, me gusta y me produce adicción y apego, pero también tomo medicinas que me saben amargas y no me gustan y sin embargo tengo necesidad de tomarlas y puedo asegurar que no he conocido a nadie que tuviese apego al aceite ricino y al aceite de hígado de bacalao.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Juan del Carmelo

LA MASONERÍA



EL ORIGEN DE LA MASONERÍA, SEGÚN LOS AUTORES MASÓNICOS (1)
La gnosis es el conocimiento profundo de las cosas divinas, que al parecer sólo está al alcance de los iniciados.

El texto gnóstico más difundido es la doctrina expresada en los libros de Hermes, o pseudo Hermes Trismegisto.

La semana pasada, a propósito del artículo que publiqué en este periódico bajo el título de Australia gobernada por masones”, un comentarista que firmó con el nombre de Godofredo, habló de la ignorancia y osadía del Sr. Guillamón en temas masónicos, porque no da ni una. De ordinario no suelo entrar en polémicas con quienes me contradicen, porque creo a pies juntillas en la libertad de expresión y de opinión, pero en esta oportunidad voy a hacer una excepción, en atención cortés a Godofredo, al que supongo masón por su modo de razonar.

Empecemos por el principio, porque la respuesta más o menos completa puede ir para largo. Las llamadas Constituciones de Anderson, la primera regulación de la Orden, contienen la Historia, las Obligaciones, Reglamentos & c. de esta muy antigua y muy Venerable Fraternidad”. En el largo apartado histórico el autor intenta demostrar el origen antiquísimo del oficio masónico (entendido como un precedente de la masonería filosófica moderna), tan antiguo que lo remonta al padre Adán. Data el texto en el Año de la Masonería 5723, o sea, los 4000 años atrás desde que Dios creó al hombre hasta Jesucristo, más los 1723 años delAño de Gracia (de la era cristiana) en que se publicó dicho reglamento.

Adán, nuestro primer padre, creado a imagen de Dios, el Gran Arquitecto del Universo, tuvo que poseer las Ciencias liberales, y especialmente la Geometría [...] que enseñó a sus hijos. Imaginen la ciencia infusa que tenía el primer hombre bíblico. Noe – sigue - y sus tres hijos, Jafet, Sem y Cam (fueron) todos ellos auténticos masones...” “Abraham - dice más adelante -, unos 268 años después de la confusión de Babel, fue llamado en Ur de Caldea, donde había aprendido Geometría y aquellas Artes que funcionan mediante ella, lo cual transmitió cuidadosamente a Ismael, a Isaac y a los hijos nacidos de Ketura; y por medio de Isaac a Esaú y Jacob y a los doce Patriarcas”. De modo que no eran pastores nómadas según creíamos de acuerdo con la Biblia, sino geómetras, o, en el mejor de los casos, pastores y geómetras.

Moisés - continúa narrando el autor de las Constituciones - se convirtió en el Maestro General Masón así como en rey de Israel porque era simultáneamente hábil en todos los conocimientos egipcios y divinamente inspirado por su repentino conocimiento de la Masonería. [...] Los israelitas, a su salida de Egipto, eran un completo Reino de masones bien instruidos, bajo la dirección de su Gran Maestro Moisés que les orientó frecuentemente en una Logia regular y General, mientras estaban en el desierto, y les otorgó sabias Obligaciones, Reglamentos, etcétera.

Para construir el Primer Templo - siempre según Anderson - Salomón dependió ampliamente de Hiram, el rey de Tiro, que le envió a sus masones (constructores) y carpinteros. [...] Pero sobre todo le envió a su homónimo Hiram, el Masón más perfecto de la Tierra”. “El sabio rey Salomón fue Gran Maestre de la Logia de Jerusalén y el ilustrado rey Hiram fue gran maestre de la logia de Tiro”. “El glorioso Augusto llegó a ser el Gran Maestre de la Logia de Roma.

Una de las fábulas más socorridas de los masones es la de Hiram Abif, el supuesto arquitecto del Templo de Salomón o Primer Templo de Jerusalén. Según Xavier Casinos, autor afecto a la orden (Quién es quién masónico, Ediciones Martínez Roca, Madrid, 2003, pág. 12) La Biblia narra que Hiram, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, fue asesinado por tres de sus discípulos, celosos de su saber, y con él murió el secreto del templo. Salomón mandó a tres masones en busca del cadáver para desenterrarlo y recuperar el secreto. La leyenda de Hiram y el templo de Salomón ha inspirado la estética y parte del ritual de las masonería. [...] Además, los masones se autodenominan hijos de la viuda, en referencia al arquitecto de Salomón”.

No sé en qué Biblia ha leído Casinos el relato anterior, pero desde luego no en la versión aprobada por la Conferencia Episcopal Española (edición de La Casa de la Biblia) porque semejante fábula no aparece en ella por ningún lado. Lo que dice la Biblia canónica (1R 7, 13-14) es que Salomón mandó traer a Jiram de Tiro, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí y de padre tirio; era un experto broncista, dotado de sabiduría, inteligencia y pericia para toda clase de trabajos en bronce. Así resulta que Hiram, el Masón más perfecto de la Tierra”, no era arquitecto, ni constructor, ni siquiera peón de albañil, sino experto broncista, fundidor en moldes de arcilla en la región del Jordán, entre Sucor y Sartán, cuya especialidad tiene poco que ver con la albañilería propiamente dicha. Tampoco hay dato alguno bíblico que haga referencia a su asesinato ni a la tumba sobre el que se planto una rama de acacia que arraigó - otro de los grandes símbolos masónicos, el de la acacia -, ni que Salomón mandase a nadie a recuperar su cadáver.

Pero aquí no acaba la cosa. Xavier Casinos dice a continuación: La leyenda sobre el templo de Salomón condujo a las cruzadas y a los caballeros templarios. Muy pronto surgieron teorías sobre el origen templario de la masonería. Ya tenemos a los misteriosos y achicharrados monjes-soldados de la orden militar del Templo de Jerusalén metidos en el baile, contagiados de gnosis, que, naturalmente, transmitieron a la masonería.

La gnosis es el conocimiento profundo de las cosas divinas, que al parecer sólo está al alcance de los iniciados. El texto gnóstico más difundido es la doctrina expresada en los libros de Hermes, o pseudo Hermes Trismegisto. Hermes es el dios griego (los romanos lo llamaron Mercurio), del comercio, del fraude, de la palabra y la elocuencia, inventor de la escritura, matemáticas, astronomía, pesas y medidas, patrono de los ladrones, de los caminos y caminantes (Manuel Guerra, Diccionario Enciclopédico de las Sectas, cuarta edición, BAC, Madrid, pag. 361). Hermes Trismegisto, por su parte, es el dios egipcio Tot, según lo llamaron los antiguos griegos. Significa tres veces grande, y, al decir de neoplatónicos y cristianos de los siglos III y IV, corresponde a un antiguo rey de Egipto del siglo XX antes de Cristo, inventor de todas las ciencias y a quien la tradición mitológica atribuye numerosísimos libros, entre ellos obras secretas de magia, astrología y alquimia.

EL MITO DE LA MASONERÍA OPERATIVA” (2)
Dejarse enredar en las alegorías y fábulas masónicas propicia estos desatinos históricos incluso en autores serios, como el diplomático e historiador, Vaca de Osma.

Hablar de la masonería operativa, esto es, de la albañilería o construcción, como precursora, con sus imaginados ritos y supuestos secretos, de la masonería especulativa o actual, según repiten todos los textos que se ocupan del tema, es un solemne tontería. Cierto que desde tiempos remotos, los constructores, igual que los miembros de otras profesiones, procuraron agruparse en asociaciones de carácter profesional que cambiaron de nombre a los largo de la historia, pero no de fines, que no eran los de proteger secretos del trabajo, sino protegerse contra intrusos, oportunistas, profanosy gobernantes depredadores que pudieran arruinar el negocio. Ahora, aquellos antiguos gremios, se llaman colegios profesionales y asociaciones patronales.

Si los masones modernos, en lugar de copiar los instrumentos (la escuadra, el compás, el mandil de los canteros, etc.) y cierto lenguaje de los constructores, hubiesen imitado a los pintores, habrían encontrado más recursos para enmascarar sus opacos propósitos, porque no hay pintor de ninguna época que no haya tenido ni tenga, algún secretillo, algún truco para singularizar su pintura, para distinguirse en ese esfuerzo creativo ansioso de originalidad. En cambio, la arquitectura termina siendo un producto de grandes proporciones en el que intervienen múltiples operarios de diversas especialidades, cuyos secretos, supuesto que existan, serán siempre secretos a voces, expuestos finalmente en la plaza pública... Bien visto, los masones especulativos no anduvieron muy acertados a la hora de elegir oficio en el que poder esconderse o aparentar algo distinto de lo que son en realidad.

Sostener, como hacen la generalidad de los autores que se ocupan del Arte Real, que la crisis del artesanado, en particular de constructores y canteros, facilitó la invasión de hermanos aceptados que acabaron suplantando a los anteriores, o sea, que terminaron alzándose con el santo y la limosna, es una tontería más de las muchas que oscurecen el nacimiento de esta congregación. Los talleres artesanales sólo empezaron a decaer cuando tomó impulso el mecanicismo o revolución industrial, iniciada en Inglaterra ya avanzado el siglo XVIII. En cambio, la masoneríaespeculativa”, que se tiene por heredera de laoperativa”, empezó a funcionar ya a comienzos de ese siglo, tiempo en el que el artesanado se hallaba todavía en pleno funcionamiento, y más que ningún otro gremio el constructor, precisamente en la capital inglesa, donde se fundaron las primera logias filosóficas”. El pavoroso incendio de Londres en 1666 destruyó más de cuarenta mil casas y cerca de noventa templos, entre ellos la catedral de San Pablo, primada de la Iglesia anglicana. La reparación de tan enorme desastre exigió un esfuerzo constructor extraordinario que duró más de un siglo.

Autores varios vienen a decir que el final del gótico y de las catedrales dejó sin trabajo a los tallistas y obsoletas las fórmulas y técnicas secretas de los francmasons (José Antonio Vaca de Osma, La masonería y el poder, Planeta, Barcelona, 1991, p. 30). Ya he explicado que si hay un gremio que difícilmente puede ocultar ningún secreto profesional es el de los arquitectos y constructores. Además, el final del gótico no supuso en absoluto que dejaran de levantarse más y mayores catedrales, sino todo lo contrario: el Renacimiento trajo consigo un auge de nuevos edificios religiosos quizá no conocido hasta entonces. Como muestra tenemos el espléndido botón de la grandiosa basílica de San Pedro en Roma, el impresionante monasterio de San Lorenzo de El Escorial, o las innumerables iglesias de la Compañía de Jesús alzadas en medio mundo. Y en cuanto al trabajo de los tallistas (canteros y escultores), ahí está la espléndida escultura renacentista, que acunada en Florencia se extendió por todo el orbe católico. En fin, que dejarse enredar en las alegorías y fábulas masónicas propicia estos desatinos históricos incluso en autores serios, como el diplomático e historiador, Vaca de Osma.

EL VERDADERO ORIGEN DE LA MASONERÍA ESPECULATIVA” (3)
En este clima sumamente revuelto, nacieron las primeras logias (lodge en inglés, alojamiento) en las tabernas exclusivas de hombres, donde, con una pinta de cerveza en la mano, se discutía de todo lo divino y humano.

La masonería que tirios y troyanos, aún los contrarios, llaman especulativa o filosófica”, nació en Londres a comienzos del siglo XVIII, y no tiene nada que ver con el trabajo de arquitectos y constructores, es decir, con la masonería operativa, según expliqué en el artículo de la semana pasada. A la masonería actual deberíamos llamarla con mayor propiedad masonería ideológica, y en sus inicios fue un fenómeno típicamente británico, imposible de entender sin tener en cuenta la convulsa historia de Gran Bretaña en los siglos XVI y XVII, los intereses de su política imperialista y el hervor empirista de la época.

Durante esos dos siglos, Gran Bretaña registró, además del cisma anglicano promovido por Enrique VIII Tudor en 1531 y hasta la llegada de la casa luterana de Hannover, convertida al anglicanismo (Jorge I, 1714-1727), cuatro dinastías: Tudor, Estuardo, Orange-Estuardo, otra vez Estuardo y, finalmente, Hannover, con una república (dominada por el puritano Cromwell) regicida y despótica en medio, originando feroces luchas entre partidarios de unos y otros.

Los enfrentamientos políticos se complicaron y endurecieron a causa del fraccionamiento religioso que sufrían las islas británicas: anglicanismo, episcopalismo escocés, presbiterianismo y sus derivados congregacionales y puritanos, los tres de raíz calvinista y los restos del catolicismo, incluidos los avasallados irlandeses y sus hermanos en la fe, que terminaron pagando los vidrios rotos. El triunfo de la coalición anglicano-calvinista (Revolución Gloriosa de 1688), que entronizó a Guillermo III de Orange o de Holanda (calvinista), con su esposa y prima María Estuardo (anglicana), hija de Jacobo II Estuardo (católico), no supuso el fin de las intrigas, conjuras y revueltas de unos y otros.

En este clima sumamente revuelto, nacieron las primeras logias (lodge en inglés, alojamiento) en las tabernas exclusivas de hombres, donde, con una pinta de cerveza en la mano, se discutía de todo lo divino y humano. Era una época de ebullición experimental, a cuyo empirismo no escapaba ninguna actividad o faceta humana, ni siquiera las más misteriosas y opacas. De estas últimas, continuadoras de las confabulaciones secretas de anglicanos y protestantes (a la gresca siempre con los estuardistas católicos), surgieron las logias masónicas de las tabernas de la Oca y el Grillo, de la Corona, del Manzano y de las Uvas. En la fiesta de San Juan de Verano de 1717 (San Juan Bautista, 24 de junio), los miembros de las cuatro logias se reunieron en la primera de ellas, sita en Saint-Paul’s Churhyarda, en el corazón de la city, junto a la catedral anglicana ya en avanzada fase de reconstrucción, y decidieron unirse bajo la denominación de Gran Logia de Londres, luego Gran Logia de Inglaterra y, por último, Gran Logia Unida de Inglaterra, el fusionarse en 1813 con la Antigua Gran Logia de Inglaterra.

En 1717, reinaba ya en las islas británicas, desde hacía tres años, el primer soberano de la casa de Hannover, gran protector, como sus sucesores, de la masonería, a la que dominaron y utilizaron a manera de caballo de Troya en campo enemigo al servicio ladino del expansionismo británico, como veremos en el artículo de la semana próxima.

DEPENDENCIA MASÓNICA DE LA CORONA BRITÁNICA (4)
Su matrimonio con la irlandesa permitió a Wharton entrar al servicio del rey de España, donde alcanzó el grado de coronel. Falleció en Poblet (Tarragona), en cuyo monasterio cisterciense quedó enterrado.

La primigenia masonería ideológica estuvo siempre, no sólo al servicio de la Corona británica desde la entronización de la casa de Hannover con Jorge I en 1714, sino dominada por la aristocracia que rodeaba a los sucesivos reyes, al menos durante un siglo, esto es, hasta 1813, en que se produjo la fusión de la Gran Logia de Inglaterra con la Antigua Gran Logia de Inglaterra o, según un tal Amando que replicaba a mi artículo de la semana pasada, Gran Logia de los Antiguosmasones Libres y Aceptados, creada por adeptos ingleses e irlandeses en 1751.

El primer gran maestre de la Gran Logia de Inglaterra, elegido el mismo día (24 de junio de 1717) de la constitución de esta obediencia, fue el caballero Anthony Sayer, al que sucedieron los grandes maestres siguientes, siempre elegidos en la festividad de San Juan Bautista (para los masones San Juan de Verano): Greorge Payne en 1718; Juan Teófilo Désaguliers en 1719 (pastor presbiteriano, hijo de un pastor hugonote francés que se refugió en Inglaterra huyendo de la persecución de Luis XIII, rey de Francia); de nuevo Payne en 1720; el duque de Montagu en 1721; el duque de Wharton en 1722; el duque Buccleuch en 1723; el duque de Richmond, en 1724; lord Paisley, conde de Abercorn en 1725, y así hasta 1813 al menos, cuyos grandes maestros pertenecieron siempre a la nobleza, y alguno a la realeza, como el príncipe de Gales, gran maestre entre 1792 y 1812.

Durante su segundo mandato, en 1720, Payne encargó la redacción de un primer reglamento masónico al pastor presbiteriano James Anderson, que contó con la ayuda de una comisión formada por unos quince ponentes. El reglamento, titulado Las Constituciones de los Francmasones, pero más conocido como las Constituciones de Anderson, que los afectos a la fraternidad consideran el evangelio masónico, vio la luz en marzo de 1723, siendo gran maestre el duque de Wharton, aunque están dedicadas al duque de Montagu, antecesor en el cargo de gran maestre.

Felipe, duque de Wharton, de confesión anglicana, fue un personaje muy peculiar. Hijo de Tomás de Wharton, alto funcionario de la corte, a quien Jorge I, al llegar al trono, lo nombró marqués y lord del sello privado, aunque murió pocos meses después. Felipe recibió el bautismo apadrinado por el rey Guillermo de Orange y su cuñada, la princesa Ana –más tarde reina-. Ocupó una posición distinguida desde muy joven en la política inglesa de su tiempo y en la masonería, pero sus excentricidades - tan pronto era tory como whig - y vida pródiga, le privaron de su gran fortuna, que dilapidó, y el favor del rey. Arruinado vino a España, donde halló refugio. En Madrid fundó, el 15 de febrero de 1728, la primera logia acreditada en nuestro país, llamada Las Tres Flores de Lis, por el nombre de la fonda francesa donde se reunían los hermanos”, exclusivamente británicos, pero no tuvo continuación. Aquí se casó en segundas nupcias, viudo de su primera mujer, con María Teresa O’Neil, católica, hija de Henry O’Beirne - capitán irlandés al decir de unos, o coronel según el jesuita zaragozano estudioso de la orden, Ferrer Benimeli - que hacía armas en el ejército español. María Teresa O’Neil era dama de la reina Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V.

Su matrimonio con la irlandesa permitió a Wharton entrar al servicio del rey de España, donde alcanzó el grado de coronel. Falleció en Poblet (Tarragona), en cuyo monasterio cisterciense quedó enterrado. Su lápida, escrita en latín, precisa, después de una larga ristra de títulos nobiliarios, que murió en la fe de la Iglesia Católica Romana en Poblet el 31 de mayo de 1731. Contaba 32 años de edad. Franco, durante una visita a dicho monasterio (que es muy digno de ver, fundado por el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, uno de los grandes reyes de la Reconquista, para panteón de los soberanos de Aragón y, aprovechando el viaje, catar el poderoso vino del priorato), descubrió o le mostraron la tumba del que fuera gran maestre de la masonería inglesa, madre de la masonería universal. El entonces jefe del Estado mandó que sacaran extramuros los despojos del hereje”, sin conocer o reconocer que había muerto converso. Años más tarde se corrigió el entuerto y los zarandeados huesos del duque volvieron a reposar en sagrado.

Analizando las biografías de los grandes maestres de la Gran Logia de Inglaterra, caben pocas dudas respecto al origen instrumental de la masonería al servicio de la Corona británica, en concreto a la dinastía de los Hannover, para impedir, por un lado, el retorno del estuardismo católico y, por otro, para organizar secretamente, dentro de las monarquías rivales europeas, algo así como una quinta columna encargada de reclutar y apoyar bajo la bandera del racionalismo adogmático, entonces muy en boga, a los descontentos de tales naciones, con el fin de sembrar cizaña en ellas, sobre todo si eran monarquías católicas (Francia, España, Austria, los Estados Pontificios, las Dos Sicilias, etc.). En esa pugna de carácter imperialista, Francia y España apoyaron a los insurgentes de las trece colonias norteamericanas, y el Reino Unido devolvió la pelota atizando, desde las logias, la Revolución francesa y, después, la emancipación de los virreinatos españoles en tierras americanas, cuyos caudillos de las numerosas naciones que surgieron de aquel expolio, eran todos masones.

QUÉ DICE SER LA MASONERÍA (5)
¿Por qué resulta tan difícil comprender la masonería desde fuera?

Qué dice ser y qué dice querer. En los textos de la hermandad que podríamos llamar canónicos, esto es, las Constituciones de Anderson, no aparece muy claro lo que pretende la masonería y tampoco cuál es su verdadera naturaleza. El título de este documento informa que se trata de las Constituciones de los francmasones (masones libres) que contienen la historia, las obligaciones, reglamentos y c., de esta muy antigua y muy Venerable Fraternidad.

En cuanto a su historia y antigüedad, que remonta su origen al padre Adan - nunca se cita a Eva -, ya examiné el tema en un artículo anterior, al que me remito. Mayor concreción y alcance tiene su organización en forma de hermandad - hermandad opaca -, con la obligación de ayudarse mutuamente en cualquier circunstancia y lugar. Aquí tenemos una de las claves de la operatividad de la masonería, su eficacia actuante y penetrante: la fraternidad masónica universal, traducible en una especie de sociedad de socorros mutuos de alcance mundial si llega el caso. Las logias de Europa entera y de América se movieron como un solo hombre y montaron un griterío infernal contra la ejecución del anarquista masón, Francisco Ferrer y Guardia, considerado por los tribunales que lo condenaron uno de los principales instigadores de la Semana Trágica de Barcelona en 1909.

Si algo queda claro en dichas Constituciones, dentro de la ficción del lenguaje, la fabulación histórica y el barroquismo de sus ritos, es la insistencia en el secreto masónico y la obligación de ayudarse unos hermanos a otros, aparte de ser personas honorables y ejercer la caridad o filantropía.

La masonería, según sus propios ritos, pretende abrir los ojos de los candidatos a la luz, una luz que ilumina los misterios de la orden, cuyo conocimiento es tan profundo (gnóstico), que permanece completamente oculto a los profanos, que somos la infinita mayoría del género humano.

En el portal digital Fuenterrebollo, afecto a la Gran Logia de España, masonería regular de obediencia inglesa, o sea, la tradicional y auténtica, podía leerse estos años atrás - ignoro si todavía permanece colgado en esta web - el siguiente texto sobre el ser de la masonería. A su decir es una sociedad fraternal, que admite a todo hombre de buena reputación, sin distinción de raza, religión, ideario político, posición social, exigiendo únicamente que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la perfección. Está basada en la creencia de un Ser Superior, o Dios, al que se denomina Gran Arquitecto del Universo, como principio o causa de todas las cosas. La Masonería es muchas cosas, pero, por encima de todo, es un estilo de vida, trata de hacer un hombre bueno otro mejor. Sus miembros aprenden sus preceptos en ceremonias ritualísticas dramatizadas, que siguen antiguas formas, usos y costumbres de los constructores de catedrales, utilizando las mismas herramientas como guías alegóricas. En las Logias se aprende a amar a la Patria, someterse a las Leyes, respetar a las autoridades legalmente constituidas y a considerar el trabajo como un Deber esencial del ser humano.

Por su parte, la enciclopedia virtual Wikipedia, en la entrada francmasonería, bastante extensa, dice de esta orden: La francmasonería o masonería, se define a sí misma como una institución discreta, de carácter iniciático, no religioso, filantrópica, simbólica y filosófica, fundada en un sentimiento de fraternidad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad a través de la razón y fomentar el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social. Los masones se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior denominada Gran Logia’, ‘Gran Oriente o Gran Priorato’”.

Personalmente me llama la atención, en particular, su objetivo de buscar la verdad. Bien, pero la verdad de qué, la verdad sobre qué materia o cuestión. No concreta. Sin embargo, la verdad abstracta, la verdad difusa, la verdad en general, sin más precisiones o acotaciones, más parece un brindis al sol que un propósito serio de indagación antropológica y social, si es a ello a lo que se refiere la masonería.

La masonería también afirma ser filosófica, como hemos visto, pero no explica cuál es su filosofía fuera de su insistente relativismo y su sincretismo laicista, que no es propiamente una filosofía, sino una ideología. No puedo detenerme, por las limitaciones que impone un simple artículo de prensa, a comentar la simbología de la palabra perdida, el nombre acrónimo de Jahbulón o la piedra cúbica perfecta, que existe, por ejemplo, en la sede central de la ONU en Nueva York - donde no figuran, en cambio, de manera visible, crucifijos, medias lunas o estrellas de David - para que quede bien claro el espíritu que domina este organismo internacional y, por extensión, en otras esferas mundiales.

Para concluir este apunte podemos preguntarnos: ¿por qué resulta tan difícil comprender la masonería desde fuera? En mi opinión por su propia oscuridad, y en segundo lugar, porque en ella nada es lo que parece, nada tiene que ver con el entendimiento común de las cosas, sino que todo queda recubierto por un lenguaje figurado, metafórico, simbólico, alegórico, cifrado, a fin de escapar, supongo yo, a la curiosidad y conocimiento de los profanos, para que nadie sepa lo que en las logias se dice y hace, para disimular lo que realmente es.

LA MASONERÍA, ¿NO ES RELIGIOSA NI POLÍTICA? (Y 6)
Con el pretexto de que el Estado debe ser laico y lo religioso no debe imponerse a nadie, los laicista - masones incluidos - intentan imponer el laicismo institucional.

La generalidad de los textos masónicos aseguran que en las logias está prohibido hablar de política y de religión. Según explica el sacerdote Manuel Guerra, profesor de la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), la masonería no es una religión, ni una filosofía, sino solamente un método (La trama masónica, capítulo III, Styria, Barcelona, 2006). Ese aserto lo confirma Javier Otaola Bajeneta, ex gran maestre de la Gran Logia Simbólica Española y Defensor Vecinal en el ayuntamiento de Vitoria, quien asegura (La masonería hoy, Aramburu Editor, San Sebastián, 1996) que la masonería no es una doctrina, ni una institución didáctica, sino un método [...] un método de especulación intelectual y moral, diríamos una forma de reflexionar. Por consiguiente, para los miembros de la orden, método es el procedimiento de abordar los asuntos seguido en sus tenidas o reuniones. Una vez reunidos en el taller elaboran la plancha de trazar u orden del día, quizás establecido en alguna reunión anterior, donde se fija el tema o temas a debatir.

Ahora bien, si se generaliza la aplicación del método masónico - puntualiza M. Guerra -, la verdad de cualquier proposición se decide por la fuerza dialéctica de los dialogantes y por el número de opiniones y votos favorables o desfavorables, al margen de la verdad objetiva [...] Este método refleja el relativismo y conduce al mismo. Dicho método se utilizó en una asamblea del Ateneo de Madrid, allá por 1930, en la que se aprobó, por mayoría, la inexistencia de Dios. O sea que los votos deciden si Dios existe o no. Nada menos.

El relativismo, una de las nota características de la masonería, provoca la licuación de la verdad, y conduce al subjetivismo, según el cual la verdad depende no de lo que ella es por ella misma, sino de lo que cada uno quiera pensar o creer. De ahí que quienes sostienen, generalmente porque han oído campanas pero no saben dónde, que cada uno tiene su propia verdad, ignoran que la verdad existe por sí misma, al margen de lo que éste o aquél puedan creer o decir. Objetivamente sólo existe la verdad o, dicho de otro modo, sólo es verdad lo que es verdad.

La realidad de la masonería pone al descubierto su sincretismo relativista. De acuerdo con el relativismo, el francmasón rechaza cualquier fe dogmática”. Afirma el principio de racionalidad y rechaza el criterio de autoridad. Pero mientras repudia los dogmas religiosos, la masonería declara dogmáticamente su radical adogmatismo, y ella misma tiene sus propios dogmas que son indiscutibles. Por ejemplo, el que todo es relativo, todo menos el propio principio de que todo es relativo”, el dogma del relativismo.

El masón Fort-Newton reconoce (M. Guerra, o.c., p. 132): Preferimos decir que la masonería no es una religión, sino la religión, que no es una Iglesia confesional, sino un culto en el que pueden coincidir hombres de todas las religiones. (La religión en la masonería, editorial Acacia, Madrid, 1987). En conclusión, podemos considerar a la masonería como una seudo-religión sincrética relativista que pretende suplantar a las demás religiones o situarse por encima de ellas.

Por otro lado, ¿es apolítica? Es lo que dicen los propios masones, sin embargo, lo que más se conocen en todas partes son masones políticos. En la relación que aporta el periodista barcelonés Xavier Casino como apéndice de su libro Quién es quién masónico (Ed. Martínez Roca, Madrid, 2003), cita a numerosas personalidades de la historia universal reciente pertenecientes a las más diversas profesiones, pero lo que de verdad abunda en su amplia relación son políticos de primerísima fila. Si a ellos sumáramos los de niveles inferiores, la lista sería interminable. La Tercera República francesa (1870-1914), extremadamente laicista y belicosa contra la Iglesia católica, estuvo dominada totalmente por la masonería del Gran Oriente.

La sublevación de Riego y Quiroga en Las Cabezas de San Juan (Cádiz) se cocinó enteramente en las logias, lo mismo que el trienio mal llamado liberal - el liberalismo político todavía no había nacido -, así como la Revolución Gloriosa de 1868 que destronó a Isabel II, encabezada por Prim, Serrano, Topete y el perejil soriano de todas las salsas revolucionarias del siglo XIX, Ruiz Zorrilla, los cuatro masones igual que cuantos jefes y jefecillos les siguieron. Lo era también Amadeo de Saboya el Brevísimo, así como la gran mayoría de los principales dirigentes políticos de la efímera y accidentada Primera República. En la Segunda República, de los 456 diputados electos para las primeras Cortes republicanas o Cortes Constituyentes, 149 eran masones, lo mismo que muchos de los ministros de los Gobiernos de Azaña. El alcalaíno se iniciaría más tarde, el 2 de febrero de 1932, pero tras la ceremonia de su iniciación, no volvió a pisar una logia. Don Manuel no creía en la masonería ni en nada ni en nadie que no fuera en sí mismo.

Por si quedara alguna duda el respecto, basta recordar que la mayoría de las obediencias y logias adoptan como suyo el lema de la Revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Una revolución que no fue precisamente apolítica ni franciscana, sino totalmente política, sanguinaria y nefasta, inspiradora de las terribles convulsiones del siglo XX. Pero no tenemos necesidad de irnos tan lejos. Si no estoy muy confundido, muchos de los ministros –siquiera los varones- del actual Gobierno español y de los anteriores desde 2004, llevan mandil, empezando por su presidente. Eso explicaría el sectarismo y deriva laicista de no pocas leyes aprobadas en las dos últimas legislaturas.

Con el pretexto de que el Estado debe ser laico y lo religioso no debe imponerse a nadie, los laicista - masones incluidos - intentan imponer el laicismo institucional, como si éste no fuera una ideología que aspira a dominar el espacio público en perjuicio de cualquier otra forma de entender la vida y la sociedad. Y para dominar el espacio público, es necesario dominar y dirigir la política. Luego blanco y en botella.

Vicente Alejandro Guillamón

UNOS CIENTÍFICOS BRITÁNICOS DEMUESTRAN QUE UN FETO DE 17 SEMANAS EXPERIMENTA SENTIMIENTOS



Con un equipo de exploración 4-D.

Un científico dice que ha visto llorar a un feto de18 ó 19 semanas, "pero hasta ahora nada como una sonrisa tan agradable. Esta es la primera constancia".

Un equipo de científicos británicos ha demostrado que un bebé, en su semana 17 de gestación, es capaz de tener sentimientos como la felicidad y el dolor.

Así lo señala el profesor Stuart Campbell, ex jefe de obstetricia y ginecología en el King’s College y los hospitales St George en Londres, que con un equipo de exploración 4-D captó la imagen de un feto sonriendo.

"He podido ser capaz de apreciar a un feto llorando alrededor de la 18 ó 19 semana, pero hasta ahora nada como una sonrisa tan agradable. Esta es la primera constancia. Es increíble", ha declarado el investigador, según informa el Daily Mail.

Otros expertos contradicen estas afirmaciones y dicen que el feto está inconciente en el útero y, por lo tanto, no puede experimentar sentimiento alguno. Así lo señala el profesor de obstetricia y medicina fetal en el University College de Londres, Eric Jauniaux: "No hay emoción o sentimiento en esta etapa. La evidencia del dolor y el sentimiento es de 24 o 28 semanas. A los 17 semanas, la conexión entre el cerebro y el resto del cuerpo es muy limitada".

Sin embargo, Campbell declaró que la expresión del feto es "de alegría y humanidad", aunque, precisó, no sabía lo que causó la sonrisa.

"Es parte de una secuencia que incluye el bostezo y la toma de movimientos respiratorios y la apertura de sus párpados", comentó.

ReL

¿A QUÉ PUNTO ESTÁ HOY LA CAUSA DE LA PAZ?



Texto completo del discurso del Papa durante el Encuentro Interreligioso de Asís. 27 octubre 2011.

Han pasado veinticinco años desde que el beato Papa Juan Pablo II invitó por vez primera a los representantes de las religiones del mundo a Asís para una oración por la paz. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? ¿A qué punto está hoy la causa de la paz? En aquel entonces, la gran amenaza para la paz en el mundo provenía de la división del planeta en dos bloques contrastantes entre sí. El símbolo llamativo de esta división era el muro de Berlín que, pasando por el medio de la ciudad, trazaba la frontera entre dos mundos.

En 1989, tres años después de Asís, el muro cayó sin derramamiento de sangre. De repente, los enormes arsenales que había tras el muro dejaron de tener sentido alguno. Perdieron su capacidad de aterrorizar. El deseo de los pueblos de ser libres era más fuerte que los armamentos de la violencia. La cuestión sobre las causas de este derrumbe es compleja y no puede encontrar una respuesta con fórmulas simples. Pero, junto a los factores económicos y políticos, la causa más profunda de dicho acontecimiento es de carácter espiritual: detrás del poder material ya no había ninguna convicción espiritual. Al final, la voluntad de ser libres fue más fuerte que el miedo ante la violencia, que ya no contaba con ningún respaldo espiritual.

Apreciamos esta victoria de la libertad, que fue sobre todo también una victoria de la paz. Y es preciso añadir en este contexto que, aunque no se tratara sólo, y quizás ni siquiera en primer lugar, de la libertad de creer, también se trataba de ella. Por eso podemos relacionar también todo esto en cierto modo con la oración por la paz.

Pero, ¿qué ha sucedido después? Desgraciadamente, no podemos decir que desde entonces la situación se haya caracterizado por la libertad y la paz. Aunque no haya a la vista amenazas de una gran guerra, el mundo está desafortunadamente lleno de discordia. No se trata sólo de que haya guerras frecuentemente aquí o allá; es que la violencia en cuanto tal siempre está potencialmente presente, y caracteriza la condición de nuestro mundo. La libertad es un gran bien. Pero el mundo de la libertad se ha mostrado en buena parte carente de orientación, y muchos tergiversan la libertad entendiéndola como libertad también para la violencia. La discordia asume formas nuevas y espantosas, y la lucha por la paz nos debe estimular a todos nosotros de modo nuevo.

Tratemos de identificar más de cerca los nuevos rostros de la violencia y la discordia. A grandes líneas – según mi parecer – se pueden identificar dos tipologías diferentes de nuevas formas de violencia, diametralmente opuestas por su motivación, y que manifiestan luego muchas variantes en sus particularidades.
Tenemos ante todo el terrorismo, en el cual, en lugar de una gran guerra, se emplean ataques muy precisos, que deben golpear destructivamente en puntos importantes al adversario, sin ningún respeto por las vidas humanas inocentes que de este modo resultan cruelmente heridas o muertas. A los ojos de los responsables, la gran causa de perjudicar al enemigo justifica toda forma de crueldad. Se deja de lado todo lo que en el derecho internacional ha sido comúnmente reconocido y sancionado como límite a la violencia.

Sabemos que el terrorismo es a menudo motivado religiosamente y que, precisamente el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del «bien» pretendido. Aquí, la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia.

A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros.

Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir – y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza – que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción. Contra eso, se objeta: Pero, ¿cómo sabéis cuál es la verdadera naturaleza de la religión? Vuestra pretensión, ¿no se deriva quizás de que la fuerza de la religión se ha apagado entre vosotros? Y otros dirán: ¿Acaso existe realmente una naturaleza común de la religión, que se manifiesta en todas las religiones y que, por tanto, es válida para todas? Debemos afrontar estas preguntas si queremos contrastar de manera realista y creíble el recurso a la violencia por motivos religiosos.

Aquí se coloca una tarea fundamental del diálogo interreligioso, una tarea que se ha de subrayar de nuevo en este encuentro. A este punto, quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza. El Dios en que nosotros los cristianos creemos es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos son entre sí hermanos y hermanas y forman una única familia. La Cruz de Cristo es para nosotros el signo del Dios que, en el puesto de la violencia, pone el sufrir con el otro y el amar con el otro. Su nombre es «Dios del amor y de la paz» (2 Co 13,11).

Es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo de su centro interior, para que – no obstante la debilidad del hombre – sea realmente instrumento de la paz de Dios en el mundo.

Si bien una tipología fundamental de la violencia se funda hoy religiosamente, poniendo con ello a las religiones frente a la cuestión sobre su naturaleza, y obligándonos todos a una purificación, una segunda tipología de violencia de aspecto multiforme tiene una motivación exactamente opuesta: es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad. Los enemigos de la religión – como hemos dicho – ven en ella una fuente primaria de violencia en la historia de la humanidad, y pretenden por tanto la desaparición de la religión.

Pero el «no» a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que tomaba como norma solamente a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios.

Pero no quisiera detenerme aquí sobre el ateísmo impuesto por el Estado; quisiera hablar más bien de la «decadencia» del hombre, como consecuencia de la cual se produce de manera silenciosa, y por tanto más peligrosa, un cambio del clima espiritual. La adoración de Mamón, del tener y del poder, se revela una anti-religión, en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal. El deseo de felicidad degenera, por ejemplo, en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el sometimiento a la droga en sus diversas formas.

Hay algunos poderosos que hacen con ella sus negocios, y después muchos otros seducidos y arruinados por ella, tanto en el cuerpo como en el ánimo. La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal, se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo.

La ausencia de Dios lleva al decaimiento del hombre y del humanismo. Pero, ¿dónde está Dios? ¿Lo conocemos y lo podemos mostrar de nuevo a la humanidad para fundar una verdadera paz? Resumamos ante todo brevemente las reflexiones que hemos hecho hasta ahora.

He dicho que hay una concepción y un uso de la religión por la que esta se convierte en fuente de violencia, mientras que la orientación del hombre hacia Dios, vivido rectamente, es una fuerza de paz. En este contexto me he referido a la necesidad del diálogo, y he hablado de la purificación, siempre necesaria, de la religión vivida. Por otro lado, he afirmado que la negación de Dios corrompe al hombre, le priva de medidas y le lleva a la violencia.

Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, existe también en el mundo en expansión del agnosticismo otra orientación de fondo: personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad, están en la búsqueda de Dios. Personas como éstas no afirman simplemente: «No existe ningún Dios». Sufren a causa de su ausencia y, buscando lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia Él.

Son «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz». Plantean preguntas tanto a una como a la otra parte. Despojan a los ateos combativos de su falsa certeza, con la cual pretenden saber que no hay un Dios, y los invitan a que, en vez de polémicos, se conviertan en personas en búsqueda, que no pierden la esperanza de que la verdad exista y que nosotros podemos y debemos vivir en función de ella. Pero también llaman en causa a los seguidores de las religiones, para que no consideren a Dios como una propiedad que les pertenece a ellos hasta el punto de sentirse autorizados a la violencia respecto a los demás.

Estas personas buscan la verdad, buscan al verdadero Dios, cuya imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda frecuentemente oculta. Que ellos no logren encontrar a Dios, depende también de los creyentes, con su imagen reducida o deformada de Dios. Así, su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a los creyentes a purificar su propia fe, para que Dios – el verdadero Dios – se haga accesible. Por eso he invitado de propósito a representantes de este tercer grupo a nuestro encuentro en Asís, que no sólo reúne representantes de instituciones religiosas. Se trata más bien del estar juntos en camino hacia la verdad, del compromiso decidido por la dignidad del hombre y de hacerse cargo en común de la causa de la paz, contra toda especie de violencia destructora del derecho.

Para concluir, quisiera aseguraros que la Iglesia católica no cejará en la lucha contra la violencia, en su compromiso por la paz en el mundo. Estamos animados por el deseo común de ser «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz».

JORNADA DE REFLEXIÓN, DIÁLOGO Y ORACIÓN POR LA PAZ Y LA JUSTICIA EN EL MUNDO "PEREGRINOS DE LA VERDAD, PEREGRINOS DE LA PAZ" INTERVENCIÓN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Asís, Basílica de Santa María de los Ángeles
Jueves 27 de octubre de 2011

Autor: S.S. Benedicto XVI

domingo, 30 de octubre de 2011

PIEDRECILLAS



Recuerdo una vez que caminé junto a un riachuelo de Texas hace muchos años con mi cuñado Ed y David, su hijo de tres años.

Mientras caminábamos, David había estado recogiendo piedras lisas y redondas de la corriente. Las llamaba cerditosporque su forma redonda le hacía pensar en cerditos.

David se metió una serie de cerditos en los bolsillos, y cuando se le terminaron los bolsillos, comenzó a llevarlos en los brazos. Después de un rato empezó a tambalearse bajo el peso de las piedras y se quedó atrás. Era evidente que sin nuestra ayuda nunca llegaría a la casa, por lo que Ed dijo:
-Ven, David, déjame cargar tus cerditos”.
El rostro de David se cubrió de renuencia por un momento, y luego se iluminó.
-Ya sé - dijo - Tú me cargas a mí y yo cargo a mis cerditos”.

Muchas veces he pensado en ese incidente y en mi propia insistencia infantil en que debo llevar mi propia carga. Jesús ofrece llevar todas mi cargas, pero yo me resisto por terquedad y orgullo. Tú me cargas a mí - digo - pero yo cargo mis cerditos”.

“¡Piénsalo bien, no deberías tratar de llevar todas tus cargas tú solo! cuando Jesús te pide que eches toda [tu] ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de [ti]” (1 Pedro 5:7).

¿Has puesto hoy TODOS tus cerditos en los fuertes brazos de Jesús?

Mateo 11:28 - Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.
Salmos 55:22 - Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

EXORCISMOS DE LAS CASAS

En la Biblia no encontramos ningún ejemplo de ello, pero la experiencia nos muestra en algunos casos su necesidad y sus resultados.

Tampoco el Ritual contempla esta forma de exorcismo. Es verdad que al final del exorcismo de León XIII se dice que hay que bendecir el lugar donde se realiza dicha oración; pero todo el contenido está orientado a invocar la protección de Dios sobre la Iglesia contra los espíritus malignos, sin ninguna referencia a los lugares.

Debo decir también que nunca he encontrado lugares invadidos por espíritus, tal como aparecen descritos en algunas novelas o en determinadas películas, especialmente con referencia a viejos castillos deshabitados. En estos casos el objetivo evidente es ofrecer un espectáculo, presentar escenas de efecto, sin ninguna base de estudio serio. La realidad nos presenta, en cambio, casos frecuentes de ruidos, a veces en forma de crujidos, otras de golpes; frecuentemente se tiene la impresión de una presencia, de que nos miran, o nos tocan, o nos empujan. Es evidente que en estos casos puede jugar un gran papel la sugestión, el miedo que da cuerpo a las sombras.

Pero hay muchos casos más complejos.
Puertas que se abren y se cierran a una misma hora; pasos que se oyen en los pasillos; objetos que se desplazan o que desaparecen para reaparecer luego en los lugares más inesperados; animales que no se ven pero a los que se oye moverse.

Recuerdo a una familia en la que, a una determinada hora, todos oían abrirse y cerrarse la puerta de entrada, luego oían un claro ruido de pasos pesados (de hombre) que cruzaban el pasillo, para perderse no se sabía en qué habitación. Un día, estando presente un amigo, se oyó el habitual ruido y el amigo preguntó quién había entrado; para no asustarle, le respondieron que era un huésped de paso. Sé de insectos, gatos y serpientes que se han materializado; ¡una persona a la que yo bendecía encontró incluso un sapo vivo en la almohada!

La mayoría de veces la presencia maléfica en un ambiente se manifiesta causando trastornos físicos: insomnio, dolores de cabeza o de estómago, un malestar general que cuando la persona se va a otro sitio no se produce. En estos casos es fácil un control, pero no siempre es fácil entender la causa. Pongamos el caso de una persona que, cada vez que es huésped en casa de un pariente cercano o de un amigo, advierte esas molestias: insomnio, malestar dolor de cabeza... que pueden durar incluso varios días, mientras que no se ve sometida a esos sufrimientos si va a otra parte. En este caso el control es fácil. Las causas, en cambio, pueden ser muy diversas.

Puede tratarse de pura sugestión cuando hay algún motivo que permita suponerlo (por ejemplo, si una nuera va a casa de su suegra, que era contraria al matrimonio o que sentía un amor posesivo por su hijo). Pero también podría haber causas maléficas.

Digamos de pasada que es interesante el comportamiento de los animales domésticos ante estos fenómenos. Ocurre a menudo que, cuando se tiene la impresión de la presencia de una persona en la propia habitación, el gato o el perro mantengan la mirada fija en un punto; y sucede que a veces huyen de golpe, aterrorizados, como si ese ser misterioso se acercara a ellos. Podría referir muchos hechos interesantes para quien quisiera hacer un estudio al respecto. Básteme decir que, en mi opinión, los animales no ven nada concreto, pero tienen una mayor sensibilidad que el hombre ante una eventual presencia. Y no niego que también su comportamiento pueda ser un elemento de juicio para decidir si conviene o no proceder a un exorcismo de la casa.

Lo más importante, cuando vienen personas angustiadas por fenómenos de esta índole, es realizar un buen interrogatorio y, si hay motivos para ello, exorcizarlas. La mayoría de las veces los fenómenos que hemos descrito no dependen de presencias maléficas en las casas, sino en las personas. En muchos casos no he obtenido ningún éxito con el exorcismo de la casa, mientras que luego, al exorcizar a la persona o a las personas, los fenómenos en la casa disminuían paulatinamente hasta desaparecer del todo.

¿Cómo se procede en el exorcismo de las casas? El padre Candido y yo usamos este método. El Ritual contiene una decena de oraciones en las que se pide al Señor que proteja los lugares de las presencias maléficas.

Figuran en las bendiciones a las casas, a las escuelas, a otros sitios. Rezamos algunas. Luego leemos la primera parte del primer exorcismo sobre las personas, adaptándolo a la casa. A continuación bendecimos cada habitación, como se hace en la bendición a las casas. Repetimos el mismo recorrido con el incienso, después de haberlo bendecido. Terminamos con otras oraciones. Resulta eficaz, después del exorcismo de las casas, celebrar allí una misa.

Si se trata de trastornos de escasa entidad, un solo exorcismo es suficiente. Si los trastornos proceden de un maleficio y éste se repite, conviene repetir también el exorcismo, hasta hacer la casa «impermeable» a los maleficios. En los casos más graves se presentan muchas dificultades.

Por ejemplo, me he encontrado exorcizando apartamento en los que durante mucho tiempo se habían llevado a cabo sesiones espiritistas, o que habían estado habitados por brujos que practicaban magia negra. Peor aún si se habían celebrado cultos satánicos. En algunos casos, la gravedad de los trastornos y la dificultad de llegar a una total liberación eran tales que tuve que aconsejar el cambio de vivienda.

Existen casos distintos, aunque no graves, en los cuales basta con algunas oraciones para restablecer la tranquilidad. Una familia se veía molestada por inexplicables ruidos nocturnos; hizo celebrar diez misas, al final de las cuales los ruidos se atenuaron mucho. La familia mandó celebrar otras diez y al fin los ruidos desaparecieron del todo ¿Eran, quizá, almas del purgatorio que, con permiso divino, pudieron hacerse oír para pedir sufragios? Es difícil afirmarlo. A mí me basta con señalar el hecho, dado que me ha ocurrido varias veces. El padre Pellegrino Emetti, el exorcista más conocido de la región de Venecia, muy conocido también como estudioso de música y especialista en la Biblia, experimentó casos muy graves. En una familia, además de abrirse y cerrarse ventanas y puertas, pese a estar bien cerradas, volaban sillas, bailaban los armarios, sucedían cosas de todo tipo. Encontró una solución en el uso simultáneo de los tres sacramentales a los que nosotros, los exorcistas, recurrimos continuamente. Aconsejó mezclar juntos en un recipiente cualquiera (tacita, vaso...) agua, aceite y sal exorcizados, y verter a continuación, todas las tardes, una cucharadita de esa mezcla sobre el alféizar de cada ventana y al pie de todas las puertas, rezando cada vez un padrenuestro.

El remedio resultó decisivo. Después de un cierto tiempo aquella familia suspendió esa costumbre; pasada una semana los inconvenientes volvieron a perturbar la tranquilidad doméstica, para cesar inmediatamente apenas se reanudó el uso del remedio sugerido.

Otra pregunta que me han hecho se refiere a los animales domésticos: ¿es posible que sean poseídos por el demonio? ¿Qué hay que hacer? El Evangelio nos habla de aquella legión de demonios que pidió permiso a Jesús para entrar en dos piaras de cerdos; Jesús lo permitió y todos aquellos animales se precipitaron en el lago de Genezaret, donde se ahogaron. Conozco el caso de un torpe exorcista que ordenó a un demonio que se introdujera en el cerdo de una familia campesina: el animal se puso furioso y despedazó a su ama. Huelga decir que lo mataron inmediatamente.

Se trata, por tanto, de casos aislados, que han acarreado en seguida la muerte del animal. Me refirieron el caso de un mago que usaba a su gato para llevar a destino objetos maléficos; en este caso yo diría que el endemoniado era el amo, no el animal. Nótese también que el gato es considerado como un animal que «absorbe espíritus» y a veces los espíritus maléficos se hacen visibles en forma de gato. Para algunos magos y para ciertas clases de magia es fundamental servirse de un gato. Pero este simpático animal no tiene ninguna culpa de ello.

Digamos, sin embargo, que, potencialmente, también la infestación de animales es posible y es lícito proceder a bendiciones sobre ellos para obtener su liberación. Digamos también que, en todos los casos de infestación (de lugares, objetos o animales), como, por lo demás, en los otros casos, el exorcista debe conocer los fenómenos debidos a causas paranormales. Es un conocimiento necesario para evitar equívocos, aunque en este libro no tenemos la oportunidad de tratar directamente de ellos.

Recordemos, por último, que ya en los primeros siglos del cristianismo se exorcizaban casas, animales y objetos. Orígenes, entre otros, ha dejado testimonio de este hecho. Justamente, como ya hemos hecho notar, el nuevo Catecismo habla de exorcismos no sólo de las personas, sino también de los objetos (núm. 1673).

Publicado por Wilson

EL VICIO DE LA EUCARISTÍA DIARIA



¿Qué tiene la Eucaristía que cuanto más la frecuentas más te hace falta y menos puedes vivir sin ella?

Confieso que para mí es un misterio, a la vez que una constatación, y por eso uno podría decir que casi es como un vicio de esos que no se puede dejar ni aunque se quiera, porque ejercen un poder de atracción superior a quien los experimenta.

Últimamente me hacía la reflexión con un amigo de lo curioso que es que la eucaristía diaria sea una práctica tan relativamente nueva en nuestra iglesia, pues santos como Teresita de Lisieux tenían que pelear y argumentar para que se les dejase comulgar más a menudo.

Contemplando el grado de frialdad con la que se vive la eucaristía dominical en la Iglesia, donde muchas veces uno no encuentra unción por ningún lado, entre tanto tedio y maquinadora repetición, uno puede pensar que a lo mejor hemos acartonado la Eucaristía y quizás se valoraría más si diera menos frecuentemente.

Pero la experiencia de la misa diaria es la contraria, pues trae una frescura y un reposo del alma que es verdadero alimento para la batalla del diario quehacer, y nos recuerda que ir a Dios y recibirle es algo tan cotidiano como el desayunarse por las mañanas.

En mi experiencia en Londres entre anglicanos, donde la alabanza y la oración eran una auténtica gozada, siempre me faltaba ese algo que sólo da la Eucaristía que me llevaba a escaparme al vecino oratorio de Brompton a recibirla todos los días.

Nada como ir a casa del vecino para apreciar lo propio, y cuando uno ve la falta de centralidad que se da al memorial de la muerte y resurrección del Señor en iglesias que muchas veces ni creen en la presencia real y celebran la Santa Cena una sola vez al mes, cabe una doble reflexión: ¿Tendríamos que volver a los tiempos de una sola misa dominical como cuando Santa Teresa de Jesús? ¿o debemos abundar en la misa diaria redescubierta en los últimos siglos?

Para mí la respuesta es que hacen falta las dos cosas. Hace falta vivir la Eucaristía a diario, y también hace falta hacer de la Misa dominical algo diferente, un alto en el camino.

Pero por mucha Eucaristía que sea, por mucho que pueda operar ex opere operatur, es necesario que el sacramento sea algo más que un trámite, una costumbre o un “vicio” de glotonería espiritual, pues se corre el riesgo de perder fuerza y soslayarlo en la medida en que nos acostumbremos a él.

Y es que al final para que Dios actúe hace falta fe, y mucha apertura personal que le deje actuar, y si nos obsesionamos en lo objetivo del sacramento, acabamos haciendo de la vida algo en función del sacramento y no del sacramento algo en función de la vida.

La clave está precisamente en eso: los sacramentos son para la vida, y sólo tienen sentido cuando se camina, y si todo el caminar se centra en el sacramento por el sacramento, la vida cristiana hace aguas, porque el sacramento está ahí para alimentar.

Por supuesto todos sabemos que la Eucaristía es fuente y cumbre de toda la vida cristiana y de ella nace la Iglesia. Pero en el cielo no hará falta la Eucaristía sacramental, porque ya estaremos en ella, y seguirá habiendo vida cristiana por toda la eternidad.

Qué misterio este de la Eucaristía, llamada también prenda de salvación, que viene a ser un anticipo de los bienes celestes que un día gozaremos en plenitud…y cuanta más prenda mejor, aunque más nos vale no quedarnos prendados y seguir caminando, que peregrinos somos mientras andemos por esta tierra.

José Alberto Barrera