sábado, 30 de mayo de 2009

PENTECOSTES


"Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados…" (Jn 20,21)

¿Qué es Pentecostés?: Pentecostés, cincuenta días después de la fiesta pascual, cincuenta días de espera que se hacía cada vez más intensa a partir, sobre todo, del día de la Ascensión. Ha sido un período de preparación al gran acontecimiento de la venida del Paráclito. El día de Pentecostés, se rememora ese momento en que se inicia la gran singladura de conducir a todos los hombres a la vida eterna, actualizar en cada uno los méritos de la Redención.

En efecto, con su venida, los apóstoles recuperan las fuerzas perdidas, renuevan la ilusión y el entusiasmo, aumentan el valor y el coraje para dar testimonio ante todo el mundo de su fe en Cristo Jesús. Hasta ese momento siguen con las puertas atrancadas por miedo a los judíos. Desde que el Espíritu descendió sobre ellos las puertas quedaron abiertas, cayó la mordaza del miedo y del respeto humano. Ante toda Jerusalén primero, proclamaron que Jesús había muerto por la salvación de todos, y también que había resucitado y había sido glorificado, que sólo en Él estaba la redención del mundo entero.
Fue el primer atrevimiento que pronto suscitaría una persecución que hoy, después de veinte siglos, todavía sigue en pie de guerra. Porque hemos de reconocer que las insidias de los enemigos de Cristo y de su Iglesia no han cesado. Unas veces de forma abierta y frontal, imponiendo el silencio con la violencia. Otras veces el ataque es tangencial, solapado y ladino. La sonrisa maliciosa, la adulación infame, la indiferencia que corroe, la corrupción de la familia, la degradación del sexo, la orquestación a escala internacional de campanas contra el Papa.

Las fuerzas del mal no descansan, los hijos de las tinieblas continúan con denuedo su afán demoledor de cuanto anunció Jesucristo. Lo peor es que hay muchos ingenuos que no lo quieren ver, que no saben descubrir detrás de lo que parece inofensivo, los signos de los tiempos dicen a veces, la ofensiva feroz del que como león rugiente merodea a la busca de quien devorar.

Pero Dios puede más. El Espíritu no deja de latir sobre las aguas del mundo. La fuerza de su viento sigue empujando la barca de Pedro, las velas multicolores de todos los creyentes. De una parte, por la efusión y la potencia del Espíritu Santo, los pecados nos son perdonados en el bautismo y en la penitencia. Por otra parte, el Paráclito nos ilumina, nos consuela, nos transforma, nos lanza como brasas encendidas en el mundo apagado y frío. Por eso, a pesar de todo, la aventura de amar y redimir, como lo hizo Cristo, sigue siendo una realidad palpitante y gozosa, una llamada urgente a todos los hombres, para que prendan el fuego de Dios en el universo entero.

El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de los hombres, ha llegado. Ahora conocemos a fondo a Jesús y nuestra conducta cambia. Ahora no sólo hablamos de Jesús sino que obramos como Jesús. Hemos sido transformados, conocemos la voluntad de Dios y poseemos la fuerza para dar testimonio del Evangelio. Tenemos una misión que cumplir en el mundo y contamos con la fuerza suficiente para llevarla a cabo. El Espíritu Santo es el amor que nos estrecha con el Padre, con Jesucristo y entre nosotros. Ya no caben aislamientos, segregaciones, sino comunión en el amor. No divisiones, sino unidad. San Agustín nos recuerda que «cada uno de nosotros puede saber cuánto posee del Espíritu de Dios, según el amor que siente por la Iglesia». Aún con lodo, nuestro poseer el Espíritu Santo no es tanto una realidad acabada, cuanto una semilla en evolución que alcanzará su plena madurez cuando seamos definitivamente transformados en Cristo.

El Señor dijo a los discípulos: Id y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Con este mandato les daba el poder de regenerar a los hombres en Dios.

Dios había prometido por boca de sus profetas que en los últimos días derramaría su Espíritu sobre sus siervos y siervas, y que éstos profetizarían; por esto descendió el Espíritu Santo sobre el Hijo de Dios, que se había hecho Hijo del hombre, para así, permaneciendo en él, habitar en el género humano, reposar sobre los hombres y residir en la obra plasmada por las manos de Dios, realizando así en el hombre la voluntad del Padre y renovándolo de la antigua condición a la nueva, creada en Cristo.Y Lucas nos narra cómo este Espíritu, después de la ascensión del Señor, descendió sobre los discípulos el día de Pentecostés, con el poder de dar a todos los hombres entrada en la vida y para dar su plenitud a la nueva alianza; por esto, todos a una, los discípulos alababan a Dios en todas las lenguas al reducir el Espíritu a la unidad los pueblos distantes y ofrecer al Padre las primicias de todas las naciones.

Por esto el Señor prometió que nos enviaría aquel Abogado que nos haría capaces de Dios. Pues, del mismo modo que el trigo seco no puede convertirse en una masa compacta y en un solo pan, si antes no es humedecido, así también nosotros, que somos muchos, no podíamos convertirnos en una sola cosa en Cristo Jesús, sin esta agua que baja del cielo. Y, así como la tierra árida no da fruto, si no recibe el agua, así también nosotros, que éramos antes como un leño árido, nunca hubiéramos dado el fruto de vida, sin esta gratuita lluvia de lo alto.

Nuestros cuerpos, en efecto, recibieron por el baño bautismal la unidad destinada a la incorrupción, pero nuestras almas la recibieron por el Espíritu.

El Espíritu de Dios descendió sobre el Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de ciencia y de temor del Señor, y el Señor, a su vez, lo dio a la Iglesia, enviando al Abogado sobre toda la tierra desde el cielo, que fue de donde dijo el Señor que había sido arrojado Satanás como un rayo; por esto necesitamos de este rocío divino, para que demos fruto y no seamos lanzados al fuego; y, ya que tenemos quién nos acusa, tengamos también un Abogado, pues que el Señor encomienda al Espíritu Santo el cuidado del hombre, posesión suya, que había caído en manos de ladrones, del cual se compadeció y vendó sus heridas, entregando después los dos denarios regios para que nosotros, recibiendo por el Espíritu la imagen y la inscripción del Padre y del Hijo, hagamos fructificar el denario que se nos ha confiado, retornándolo al Señor con intereses.

DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Los siete dones del Espíritu Santo pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

Don de sabiduría: Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las cosas y en medio de nuestro trabajo y de nuestras obligaciones.

Don de inteligencia: Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.

Don de consejo: Nos señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás.

Don de fortaleza: Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda encontramos en nuestro caminar hacia Dios.

Don de ciencia: Nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios y en lo creado en la medida en que nos lleve a Él.

Don de piedad: Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre.

Don de temor de Dios: Nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a evitar todo mal que pueda contristar al Espíritu Santo, a temer radicalmente separarnos de Aquel a quien amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir.
Además de los dones están los "frutos" o "carismas" que son incontables.

VEN ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres; ven dador de gracias, ven luz de los corazones.
Consolador magnífico, dulce huésped del alma, su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!, llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles que en Ti confían tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de salvación, dales la felicidad eterna.

VEN, ESPÍRITU CREADOR
Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de los tuyos; llena de gracia celestial los corazones que Tú creaste.
Tú, llamado el Consolador Don del Dios Altísimo, Fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú, con tus siete dones, eres fuerza de la diestra de Dios.
Tú, el prometido por el Padre; tu palabra enriquece nuestros labios.
Enciende tu luz en nuestras mentes, infunde tu amor en nuestros pechos, y a la debilidad de nuestra carne vigorízala con redoblada fuerza.
Al enemigo ahuyéntalo bien lejos, danos la paz cuanto antes; yendo Tú delante como guía sortearemos todos los peligros.
Que por Ti conozcamos al Padre, conozcamos igualmente al Hijo y en Ti, Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.

V. Envía tu espíritu y todo será creado.
R. Y se renovará la faz de la tierra.

Oremos
V. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Grupo Católico de Oración por los Enfermos Sí Señor
Mayo 2009

JACK KEVORKIAN AYUDÓ A SUICIDARSE A UN CENTENAR DE PERSONAS


Preparan una película laudatoria del «doctor muerte»

La cadena de televisión por cable HBO prepara un telefilm centrado en la vida de Jack Kevorkian, el médico que cobró fama en los años 80 y 90. Durante la primera década, se pronunció a favor de la eutanasia y el suicidio asistido en diversos artículos, lo que le valió la retirada de su licencia para ejercer la medicina. Entre 1990 y 1998, pasó a la acción construyendo dos máquinas con las que cometió un centenar de homicidios y que le valió ingresar en prisión. Fue liberado ocho años después por motivos de edad.

(AcI/ReL) La cadena HBO prepara una película para televisión sobre Jack Kevorkian, conocido como el «Doctor Muerte» por su participación en el suicidio asistido a unas cien personas. Según reportes de prensa, el telefilme glorificará las acciones del polémico personaje. Kevorkian fue condenado por homicidio, estuvo ocho años en la cárcel hasta 2007, cuando fue liberado por razones de salud. Según la revista Variety, el actor Al Pacino encarnará a Kevorkian bajo la dirección de Barry Levinson, y la historia se centrará en la construcción de la famosa y macabra «máquina de la muerte».

Kevorkian nació en la ciudad norteamericana de Pontiac (Míchigan), en el seno de una familia armenio-estadounidense. En 1945, se graduó del Pontiac Central High School con honores a la edad de 17 años. En 1952 terminó sus estudios en la Universidad de medicina de Michigan.

En la década de 1980 escribió una serie de artículos acerca de su postura favorable al suicidio asistido. En 1987 se anunció en los diarios de Detroit ofreciéndose como médico para la «orientación a la muerte». Esto le valió que en 1991 el estado de Michigan le revocara su licencia médica, por lo que no podría ejercer su profesión ni atender pacientes. Sin embargo, entre 1990 y 1998 Kevorkian asistió la muerte de cerca de 100 enfermos terminales. Para ello, creó una máquina a la que denominó «Thanatron» (máquina de muerte) que permitía que los pacientes se autoadministraran químicos letales para terminar con sus vidas. Sin embargo, debido al retiro de su licencia y la consecuente imposibilidad de acceder a las sustancias administradas, creó otro dispositivo llamado «Mercitron» (máquina de «misericordia») con el que los pacientes se suicidaban inhalando monóxido de carbono a través de una máscara.
Publicado el 30 Mayo 2009

UN JUEZ PIDIÓ AL CGPJ QUE LE EXIMISE POR MOTIVOS DE CONCIENCIA Y RELIGIÓN


Niegan a los jueces la objeción religiosa de conciencia a las bodas gays.

El Tribunal Supremo ha fallado hoy en contra de la petición realizada al consejo General del Poder Judicial por Pablo de la Rubia Comos, juez de Sagunto (Valencia), de ser eximido de celebrar bodas entre personas del mismo sexo por motivos de conciencia y religión.

(EP/ReL) La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo (TS) rechazó hoy que los jueces se acojan a la objeción de conciencia para no celebrar bodas homosexuales después de que el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 de Sagunto (Valencia), Pablo de la Rubia Comos, pidiese al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que le autorizase a no celebrar estas uniones por motivos de conciencia y religión.

En la sentencia el TS señala el juez está sometido a la ley «en cualquiera de los cometidos que tiene atribuidos y convierte su intervención, precisamente en garantía de los derechos e intereses de todos». Así, apunta que este principio «estaría en cuestión» si se subordinase a consideraciones de conciencia el cumplimiento de las funciones judiciales o, en este caso, registrales.

Además, considera que en el caso del juez de Valencia su función «tiene un carácter técnico, absolutamente desvinculado de toda práctica religiosa». «Uno de los rasgos distintivos de la posición de los jueces es su sumisión única a la legalidad», agrega.

«En caso contrario - relata en la sentencia - se resentiría esencialmente la configuración del Poder Judicial y la función de garantía del ordenamiento jurídico y de los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos que el constituyente le ha confiado».

Por otra parte, el TS sentencia que la jurisprudencia constitucional española «no ofrece base para afirmar la existencia de un derecho a la objeción de conciencia de alcance general». En su opinión, si esto existiese, «equivaldría a que la eficacia de las normas jurídicas dependiera de su conformidad con cada conciencia individual, lo que supondría socavar los fundamentos mismos del Estado democrático de Derecho».
Publicado el 29 Mayo 2009

viernes, 29 de mayo de 2009

TU LUZ


Un sabio maestro, contó a sus discípulos la siguiente historia:

-Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó

Uno de los discípulos preguntó:
-Qué nos enseña, maestro, este relato?”
El Sabio contestó:
-Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer

Juan 8:12: Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida

TRUETT CATHY


¿Qué hace un empresario cuando tiene que permanecer en cama durante meses?

Si se trata de Truett Cathy, sale con una idea de un millón de dólares. El tiempo que la enfermedad lo mantuvo alejado del frente de su negocio lo inspiró para darle vueltas a un nuevo concepto.

A él siempre le había gustado el pollo; de hecho, había sido parte importante del menú de la Dwarf House. Por un tiempo, el restaurante había incluido en el menú pechuga de pollo sin hueso.

¿Qué pasaría, se preguntó, si tomo la pechuga del pollo, la sazono y la frío y la relleno con los condimentos apropiados? La respuesta es el emparedado «Chick-fil-A» y el comienzo de la cadena personal de restaurantes más grande del mundo. Hoy, Truett Cathy es reconocido en la industria de la comida rápida como el inventor del emparedado de pollo.

Chick-fil-A opera más de novecientos restaurantes a través de los Estados Unidos y su sede principal la tiene en la parte sur de Atlanta, en un edificio de doscientos mil pies cuadrados construido en un terreno de setenta y tres acres.

En el año 2000 llegó a ser una compañía multimillonaria. Es una de las operaciones más exitosas en el negocio de los restaurantes, vendiendo millones de emparedados de pollo e innumerables galones de su famosa limonada recién hecha.

El negocio sigue creciendo. Pero nunca habría llegado a ser lo que es si Truett Cathy no hubiese experimentado los reveses que le sobrevinieron, si no hubiese mantenido su perspectiva, y se hubiese dado cuenta que unas pocas experiencias negativas no hacen el fracaso.

Thomas Edison creía que «muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por derrotados».

Si puede cambiar la forma en que ve el fracaso, entonces ganará en fuerzas para mantenerse en la carrera. Busque una nueva definición de fracaso. Tómelo como el precio que tiene que pagar por el progreso. Si puede hacer esto, se pondrá en una mucha mejor posición para triunfar.
Maxwell, John C.

Dios no hizo al hombre para vivir en continua derrota, sino para que se pueda levantar de las caídas y sacar el mayor provecho de ellas para mostrar la imagen de Dios en Él.

Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:27.
Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. Génesis 1:28.

SE PUEDE


Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación, cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua.

El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron:
-“¿Cómo lo hizo? ¡El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos tan pequeñas
!”
En ese instante apareció un anciano y dijo:
-Yo sé cómo lo hizo
.”¿Cómo?" - le preguntaron.
Y el anciano contestó:
-No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer

Reflexión: En este mundo donde se nos limita y dice no le perdones, no lo merece, no puedes hacerlo, ya no lo intentes, debemos recordar que tenemos un Creador que todo lo puede y nos da la certeza de que no importa si es un rencor, se puede perdonar; si es un dolor, se puede sanar; si es un problema, se puede solucionar.

Por eso en este día recordemos que todo es posible… para el que tiene fe.

Filipenses 4:13:Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

LA SANA DIVERSIÓN


La importancia de buscar actividades recreativas que nos permitan seguir creciendo en los valores humanos.

El valor de la sana diversión consiste en saber elegir actividades que nos permitan sustituir nuestras labores cotidianas, por otras que requieren menor esfuerzo, sin descuidar nuestras obligaciones habituales, facilitando el desarrollo físico, intelectual y moral de las personas.

Hay quienes piensan que divertirse consiste en reír todo el tiempo y hacer sólo las cosas que nos gustan y sirven de entretenimiento, sin embargo, una buena diversión va mucho más allá de sentirse bien y cómodo.

La realidad es que todos nos divertimos de alguna manera, pero cabe cuestionarnos si todas nuestras alternativas permiten formar y desarrollar los valores; muchas veces dejamos reposar (a los valores) y actuamos como si la diversión fuera un apartado en nuestra vida.

El problema de fondo radica en la moderación de nuestros gustos y el control de nuestras apetencias, es decir, saber dedicar el tiempo necesario e indispensable a cada actividad recreativa y no caer en cualquier tipo de excesos.

La buena diversión nos permite crecer humanamente y realizar algo positivo, quién vive inmerso en un mundo agitado, se olvida de los demás y es la imaginación, la vista, el gusto o el tacto quienes gobiernan su actuar, convirtiéndose en dependiente de las actividades que le proporcionan placer físico y lo hacen sentirse bien, y a eso, no se le puede llamar diversión.

Aún dentro de las actividades de sano esparcimiento corremos el riesgo de excedernos, como el joven y destacado deportista que prefiere seguir entrenando a cumplir con sus obligaciones escolares y familiares. Recordemos que toda diversión debe facilitarnos vivir los valores de responsabilidad, laboriosidad, trabajo...

Si no tenemos cuidado, es fácil abandonar la convivencia en familia, la responsabilidad en el estudio, o afectar el rendimiento en el trabajo. Por las consecuencias que se presentan, es fácil advertir el momento en que nuestra diversión no cumple con un requisito indispensable: descansar y recobrar ánimos para continuar con nuestras labores habituales.

La diversión no excluye el esfuerzo y el estudio, sería equivocado pensar lo contrario. Se necesita práctica y dedicación para jugar bien al tenis; tener conocimientos sobre las tácticas del ajedrez; conocer las técnicas de la pintura. Toda afición se convierte en una oportunidad para conocer más y desarrollar nuestras capacidades y habilidades.

Son muchas las alternativas que nos proporcionan la facilidad de seguir cultivando los valores: actividades al aire libre, los deportes, juegos de mesa, eventos sociales y culturales, afición por alguna de las bellas artes. A través de ellas desarrollamos nuestras capacidades físicas e intelectuales, y dependiendo de su naturaleza, fomentan la amistad, el liderazgo o la actitud de servicio y solidaridad.

Del mismo modo, todas nuestras aficiones personales pueden ser un buen pretexto para fomentar la convivencia (tocar un instrumento, pintar, leer, armar modelos a escala...), pues siempre encontraremos con quien compartir y aprender más.

Cuando una persona ha comprendido y asimilado el valor de la sana diversión, es capaz de comprender y apreciar los intereses y preferencias de los demás, siempre dispuesto a compartir las diversiones que otros proponen aunque no sean de su total agrado, porque ha descubierto la importancia de la convivencia.
Para aprender a divertirnos como se debe, es necesario evaluar con seriedad cada una de nuestras diversiones:
§ Revisa si tus actividades recreativas te sirven para volver a tus ocupaciones con buen ánimo.
§ Aprende a dejar tu diversión oportunamente para cumplir con tus obligaciones.
§ Comparte tus aficiones con los demás y participa de otras actividades que te propongan, siempre y cuando estén de acuerdo con la vivencia de este valor.
§ Haz el propósito de practicar con seriedad y aprender más acerca de tus pasatiempos.
§ Evita la inactividad, pues fomenta la pereza y te impide desarrollar este valor.

Al cuestionarnos seriamente la manera como vivimos la sana diversión, estamos en condiciones de asimilar que la satisfacción de los sentidos, los excesos y el encerrarnos en nuestras propias actividades, no sólo afecta nuestra integridad física, disminuye nuestra capacidad de convivencia, impide mejorar nuestro rendimiento en el trabajo y nos imposibilita para crecer en calidad humana.

A primera vista este valor parece tan trivial y sin importancia, pero al aprender a vivirlo, descubrimos que aún en la diversión es posible crecer y perfeccionarnos como seres humanos.

RAQUÍTICOS Y PANZONES


Se trata de formar discípulos de Cristo y no simples admiradores o simpatizantes.

¿Qué pensamos, cuando vemos a niños raquíticos y panzones? Que están enfermos. En realidad, ¿qué tienen en la panza? Lombrices. ¿Qué hay que hacer entonces para que puedan vivir sanamente? Empezar por desparasitarlos.

Lo mismo tenemos que hacer con nuestro catolicismo a nivel popular. Parece saludable, pero no es así. Mucho ruido y pocas nueces. Fiestas, cohetes, procesiones, imágenes, sacramentos y al mismo tiempo una mezcla entre lo cristiano y lo pagano, poco conocimiento de los auténticos contenidos de la fe y menos vivencia de los mismos. Un catolicismo enfermizo. ¿Qué hay que hacer, entonces? Curarlo. ¿Por dónde empezar? Por aclarar las cosas y eliminar todo lo que no sirve y lo está perjudicando. Desparasitarlo.

Sin embargo, ¿qué se está haciendo en la práctica? Se están alimentando las lombrices, que impiden al enfermo asimilar debidamente la comida que se le está dando. Muchos van a misa, rezan, se confiesan, comulgan, pero al mismo tiempo acuden al brujo o al espiritista, creen en la reencarnación, piensan que una estatua tiene vida y poder, no distinguen entre Cristo y un santo.

Para esa gente, ¿qué sentido tiene la comunión? En el fondo, se están alimentando las lombrices. ¿Y por qué no se empieza por desparasitarla? Sencillamente por motivos de orden práctico. Es que resulta más cómodo y rinde más alimentar las lombrices que curar al enfermo. Algo realmente increíble.

Falacias
Claro que no faltan las falacias: "¿Por qué le vamos a quitar a nuestros feligreses lo poco que tienen? Algo es algo. Que sigan con sus creencias y sus costumbres, aunque sean poco ortodoxas y de poca o nula utilidad para su bienestar espiritual". Claro que sigan con sus creencias y sus costumbres, puesto que nos garantizan ingresos seguros y popularidad, mientras ellos siguen raquíticos en la fe y panzones.

¿Qué pensaríamos de un médico que dijera lo mismo? "Puesto que con las lombrices en la panza la gente se ve más gorda y saludable, ¿por qué se las voy a quitar? Que sigan con sus lombrices y sigan viniendo a mi consultorio por sus vitaminas. Así nunca me faltará trabajo". Sin duda, pensaríamos mal de aquel médico. Fácilmente nos daríamos cuenta de que no se trata de un buen médico, sino de alguien que se está aprovechando de la enfermedad de la gente para explotarla.

El papel de los profetas

Pues bien, ¿por qué nos portamos de esa misma manera dentro de la Iglesia, consintiendo prácticas "parasitarias", que no ayudan en nada al pueblo católico en su vida de fe? ¿Por qué no nos ponemos en la línea de los verdaderos profetas, de Jesús, los apóstoles y los innumerables evangelizadores, que a lo largo de la historia han construido la Iglesia? ¿Por qué nos portamos como los falsos profetas, que daban a la gente lo que la gente les pedía, sin fijarse si se trataba de algo provechoso, inútil o dañino?

¿Qué es eso de medir el éxito apostólico por la cantidad de gente que logramos atraer, sin importar la razón por la cual se acerca a nosotros y tratando de no molestarla para que siga acercándose a nosotros y nosotros sigamos sacándole jugo? ¿Es ésta la enseñanza que nos viene de las Sagradas Escrituras y nos dejaron nuestros verdaderos padres en la fe?

¿Acaso Jesús, para evitar el peligro de quedarse solo, cambió el discurso "duro" (Jn 6, 60) por un discurso "blando"? ¿No dijo Jesús: "La verdad los hará libres"? (Jn 8, 32) ¿Qué estamos esperando, entonces, para actuar según la enseñanza y el ejemplo que nos vienen de la Biblia y los mejores exponentes de nuestra historia?

Análisis o radiografía

¿Qué hace un médico para poder curar realmente a un enfermo? Antes que nada trata de conocer su estado real de salud. Por eso le pide que se haga unos análisis o radiografía. Solamente así puede hacer un diagnóstico correcto acerca de su situación y establecer un tratamiento o una terapia apropiada.

Me pregunto: ¿Por qué no hacemos lo mismo nosotros a nivel de Iglesia? ¿Acaso no nos damos cuenta de que nuestro cuerpo eclesial está enfermo? ¿Por qué seguimos con el discurso paternalista, vago y demagógico de siempre, dejando sin curar al enfermo y hasta aprovechándonos de su misma enfermedad?

Aquí está el problema. Nos falta rectitud de intención. Decimos una cosa y pensamos en otra. Damos la impresión de querer a la gente porque la estamos apapachando, mientras en realidad no nos interesa su verdadero bienestar espiritual, sino nuestro provecho personal.

Realidad eclesial

No nos atrevemos a realizar un análisis serio de nuestra realidad eclesial. Cuando se habla de análisis de la realidad, pronto nos metemos con la política y la economía. No queremos abordar el aspecto religioso. Nos volvemos en especialistas en asuntos políticos, económicos y sociales, para echarle la culpa a los demás.

Que de una vez aprendamos a examinar nuestro catolicismo popular, es decir nuestras masas católicas, en toda su realidad para ver qué necesitan para ponerse en la línea del discipulado. En realidad, de eso se trata, de formar "discípulos" de Cristo y no simples admiradores o simpatizantes.

Claro que se trata de una tarea enorme, que implicará grandes cambios dentro de la Iglesia, que pondrán en riesgo nuestra seguridad personal. De todos modos, por algo hay que empezar. Por el momento, lo que más nos importa es ponernos en el camino correcto, apostando por la Palabra de Dios y confiando en los destinos de la Iglesia.

Chequeo Por otro lado un chequeo periódico del cuerpo eclesial nunca sale sobrando. ¿No nos aconsejan esto los médicos para el cuidado de la salud? ¿O acaso tenemos miedo a descubrir algún tumor maligno, que se nos haya incrustado en el organismo eclesial? Pues bien, si existe esta posibilidad, ¿qué estamos esperando para atacarlo en la mayor brevedad posible? Cuanto antes, mejor. Antes que sea demasiado tarde y perdamos completamente nuestras masas católicas, por haberlas descuidado demasiado tiempo.

¿Tesoro o joyas de fantasía?

Para muchos la religiosidad popular representa una enorme riqueza para la Iglesia Católica, como si se tratara de algo que gozara de vida propia, un verdadero tabú que no hay que tocar por ninguna razón, sin fijarse en su enorme vulnerabilidad. En la práctica, como se encuentra actualmente, se trata de algo extremadamente débil, que fácilmente sucumbe ante los cuestionamientos o propuestas que le pueden venir de parte de los grupos proselitistas o cualquier tipo de organización o movimiento cultural. De ahí la urgente necesidad de purificación y fortalecimiento, a la luz de la Palabra de Dios.

O corremos el riesgo de quedarnos sin nada, una vez que nuestras masas católicas vayan descubriendo que en el fondo, lo que consideraban como un valioso tesoro, eran puras joyas de fantasía.
Autor: P. Flaviano Amatulli Valente, fmap

SIGUE INTENTANDO


En 1894, un joven de dieciséis años encontró esta nota de su maestro de retórica en Harrow, Inglaterra, junto a su boletín de calificaciones: Una notoria falta de éxito. El joven continuó tratando y llegó a convertirse en uno de los oradores más famoso del siglo veinte. Su nombre fue Winston Churchill.

En 1902, un aspirante a escritor de veintiocho años de edad recibió una carta de rechazo del editor de poesía del The Atlantic Monthly. De regreso con un grupo de poemas que él había enviado, estaba esta graciosa nota: Nuestra revista no tiene espacio para sus vigorosos versos. Él continuó tratando, sin embargo y llegó a ver su obra publicada. El nombre del poeta era Robert Frost.

En 1905, la Universidad de Bern declinó una disertación de doctorado como muy elaborada e irrelevante. El joven estudiante de física, que escribió la disertación siguió esforzándose y llegó a desarrollar alguna de sus ideas como teorías generalmente aceptadas. Su nombre era Albert Einstein.

Cuando el rechazo sacude tu resolución y opaca tus metas, sigue intentando. ¡Si no te das por vencido, un día estarás viviendo tus sueños!

Job 17:9: El justo se mantendrá en su camino, y el de manos limpias más y más se fortalecerá.

DE ERA EN ERA


Venga a nosotros Tu Reino - Mateo 6:10

Venga – Sabemos que el Reino de Dios no es un lugar físico. La palabra griega basileia es sobre reino y gobierno, no sobre lugares ni cortes. El Reino de Dios se revela donde quiera que Sus siervos vivan según Su gobierno. ¿Pero qué significa orar, Venga tu reino? ¿No ha llegado ya cuando observamos la Tora o actuamos según Su carácter?

Aquí el verbo es eletheo. Es un imperativo (un mandato) en el sentido aoristo (eso significa que es un hecho cumplido, algo que sucedió una vez y para siempre en el pasado). Ahora, esto es bastante inusual. Cuando oramos estas palabras, no pensamos en mandar algo que ya ha sucedido. Pensamos que pedimos (no decimos) que Dios debe completar Sus planes en el futuro. Y esto no es lo único extraño en ésta frase.

Aunque la idea de la venida del Reino es muy común en el Nuevo Testamento, está casi completamente ausente del Antiguo Testamento. No existe frase correspondiente a venga tu reino en ninguna parte de las Escrituras hebreas. Y aunque la idea del Reino (Basilea) se encuentra a través del Nuevo Testamento, la venida del Reino solo la encontramos aquí, en este modelo de oración. Y la venida del Reino no aparece en ninguna parte fuera de los evangelios sinópticos. Esto debería decirnos que Jesús dice algo bastante inusual. Sus instrucciones sobre la oración incorporan algo único a Él. ¿Qué querrá decir?

Primero, notamos que la idea bíblica de Días no es como nuestra idea griega. Los días en la Biblia no llegan en secuencia regular. Pensamos en términos de una repetición constante los patrones de días, pero la Biblia trata a los días como eventos, no como sucesiones sin eventualidades.

En la Biblia, los días son la interrupción del kairos (momentos impregnados) de Dios en nuestro cronos (secuencia regular). Así que el día del Señor no es un momento calendarizado. Tampoco lo son los momentos cuando actúa Dios en la historia. Y Su retorno será tan fuera de calendario como cualquier otra cita divina. Dios no parece actuar según nuestro tiempo reloj (cronos).

Eso quiere decir que cuando oramos venga Tu Reino", no pedimos a Dios que arribe en un día especifico de la semana. Sino que reconocemos que el reino de Dios es la fuerza interruptora de la creación. Él irrumpe en nuestras vidas. Dios provoca la existencia de Su Reino de maneras en que no podemos ni calendarizar ni controlar. En este sentido, Dios no es de eternidad en eternidad. Es de era a era. Eso es para decir, es de un evento en que Dios irrumpe en el mundo al siguiente evento de la interrupción de Dios. Dice Lohmeyer, la idea predominante en todas partes no es la de tiempo vacío, meramente volante, sino de tiempo experimentado, o, más exactamente, tiempo históricamente lleno que de hecho se expresa en la 'venida' Los rabinos lo llaman la renovación.

En otras palabras Jesús nos dice que uno de sus pensamientos principales sobre la oración es la apreciación consiente que Dios llena nuestro tiempo con Su llegada. Es la experiencia de Su irrupción dentro de nuestra rutina y el descubrimiento de la renovación.

Encontramos que el Reino ya ha arribado cuando volcamos nuestros pensamientos a Dios quién ya trabaja entre nosotros. En otras palabras, aun cuando no estamos conscientes del Reino de Dios, ya estaba aquí. Simplemente estaba escondido en nuestra preocupación del tiempo marchante. No lo vimos a Él por qué éramos ciegos a Sus interrupciones. Ahora, todo eso debe cambiar.

¿Por qué es ésta frase un mandamiento, y no un deseo? Porque es sobre pedir a Dios que nos revele lo que ya está aquí. que se revele a su arribo. Abre nuestros ojos, Padre, para que seamos capaces de ver que Tú vienes en cada momento embarazado. Establece en nosotros una conciencia permanente de Tu labor y presencia.

Venga Tu Reino.
Dr. Skip Moen

ERROR HUMANO, DESCUIDO Y NIEBLA


Uno era un Boeing 727 de Iberia. El otro era un DC-9 de Aviaco. Ambos estaban cargados de pasajeros, y ambos corrían por la misma pista. Era la pista de despegue en el aeropuerto de Madrid, capital de España.

Pero los dos aviones de pasajeros no corrían en el mismo sentido, sino que cruzaron sus líneas. La colisión que se produjo fue fatal. Del terrible choque resultaron muertas noventa y tres personas, tanto del Boeing como del DC-9. Fue uno de los más graves accidentes ocurridos en Madrid en el siglo veinte. ¿La causa? «Error humano, descuido y niebla cegadora», anunciaron los diarios.

Hay en realidad pocos accidentes de aviación en comparación con los miles de vuelos que se realizan todos los días alrededor del mundo. Pero cada vez que hay un accidente grave, la prensa mundial conmueve la opinión pública. Y casi siempre la causa de estos accidentes que cuestan centenares de vidas humanas se atribuye al descuido, a la imprevisión o a la falta de señales adecuadas. En ese accidente de Madrid, la causa fue una niebla cegadora, que apenas dejaba ver, y una falla en la torre de control que le dio pista a dos grandes aviones al mismo tiempo.

Así como sucede con los accidentes aéreos, podríamos decir que las demás tragedias que perjudican a las personas, afectan los matrimonios y destruyen los hogares se deben también a «error humano, descuido y niebla» que enceguece.

Pongamos por ejemplo un matrimonio que llega al juzgado para ponerle fin a su relación conyugal. ¿Cuáles son las causas que han provocado el divorcio? En demasiados casos, error humano, de él o de ella, al entregarse a un amor prohibido.

Y descuido. Descuido de los votos solemnes que se hicieron al comienzo de su vida matrimonial. Descuido de las eternas leyes de Dios. Descuido del amor, de la comunicación y del compañerismo imprescindibles entre esposo y esposa para mantener la unidad y la felicidad.

Y niebla cegadora. Niebla de falsos conceptos del amor. Niebla de la conciencia, que no le importa hacer el mal. Niebla que enceguece, de una mala moral cuya sola base es el egoísmo.

Para evitar semejantes tragedias, necesitamos un Salvador, un Señor y un Maestro que nos ponga en el carril adecuado, nos mantenga en una línea recta de conducta y nos provea una sólida fuerza moral. Necesitamos a Jesucristo, único Maestro, Señor y Salvador. Por Él, y con Él, podemos evitar la desgracia.
Por: El Hermano Pablo

jueves, 28 de mayo de 2009

ÁNIMO


La próxima vez que sintamos que Dios no puede utilizarnos, tan sólo recordemos que...

§ Noé fue un borracho.
§ Abraham era demasiado viejo.
§ Isaac era un soñador.
§ Jacob era un mentiroso.
§ Lea era fea.
§ José fue abusado.
§ Moisés tenía problemas al hablar.
§ Gedeón tenía miedo.
§ Sansón tenía el cabello largo y era un mujeriego.
§ Rahab era una prostituta.
§ Jeremías y Timoteo eran demasiado jóvenes.
§ David tuvo una relación ilícita y fue un asesino.
§ Elías tuvo pensamientos suicidas.
§ Isaías predicó desnudo.
§ Jonás huyó de Dios.
§ Noemí era una viuda.
§ Job estuvo quebrado.
§ Juan el Bautista comía langostas.
§ Pedro negó a Jesús.
§ Los discípulos se durmieron mientras oraban.
§ Marta se preocupaba sobre todo.
§ A María Magdalena le expulsaron siete demonios… era prostituta.
§ La mujer samaritana se había divorciado más de una vez.
§ Zaqueo era demasiado pequeño.
§ Pablo era demasiado religioso.
§ Timoteo tenía una úlcera...
§ ¡Lázaro estuvo muerto!

Y Dios no ha terminado con nosotros todavía. Somos un vaso que Él puede y quiere usar, si nos hacemos disponibles tal y como cada uno de los personajes arriba estuvieron dispuestos a estarlo.

Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. Juan 15:15

Nota:
¿Dónde te ubicas tú? Júntalos a todos y no te llegas a ubicar ni siquiera en el 2%. Tienes todavía una vida por delante para ubicarte, por supuesto anulando las malas cualidades de cada uno de los santos que te precedieron.
José Miguel Pajares Clausen

¿QUÉ CLASE DE VIDA QUIERE USTED?


El hombre está hecho de tal manera que cuando algo enciende su alma, las imposibilidades desaparecen.
Jean De La Fontaine.

¿Cuál es la diferencia entre una vida de temor y una vida de posibilidades? ¿Entre una vida ordinaria y una vida extraordinaria? Es una diferencia bastante grande.

La mayoría de las personas que conozco quieren ser mejores personas de lo que ahora son, quieren tener más ingresos, anhelan tener un mejor trabajo, disfrutar de su relación con su familia, con su cónyuge, y si todavía no tiene pareja quiere tener una relación. Muchos quieren crecer en su relación con Dios, tener un ministerio en la iglesia, gozar de buena salud, hacer grandes cosas, todos quieren una vida extraordinaria pero no saben como conseguirla.

La Biblia enseña en Mateo 7:7,8 Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido(BLS)

Si usted quiere una vida extraordinaria tiene que seguir los tres pasos:
§ Pedir y se dará. ¿Qué es exactamente lo que quiere? Una de las razones por las cuales solo del 3 al 5% de la población mundial sí obtiene todo lo que quiere es porque saben lo que quieren. Muchos dicen: Quiero tener una mejor relación con mi cónyuge, pero es algo muy general y de seguro nunca lo sabrá cuando tenga una relación excelente con su pareja. Debo preguntarme ¿Qué es una mejor relación con mi pareja? Defina lo que quiere en su vida y obtendrá lo que busca. Dios siempre quiere lo mejor para usted.
§ Buscar y Encontrará. Lo que usted desea o quiere para su vida no llegará si no lo anda buscando. Tampoco llegará si lo busca en otro lado. Usted necesita buscar ayuda, buscar las herramientas que le permitan vivir la vida extraordinaria. Usted no necesita reinventar la rueda porque ya alguien la inventó, lo que usted necesita es un coach o un mentor que le ayude a llegar a esa vida extraordinaria en el menor tiempo posible.
§ Llamar y se abrirá. Como puede ver ya usted está pidiendo a Dios la vida que quiere, esta buscando lo que necesita para llegar a esa vida y en este tercer paso usted debe tomar acción, moverse, generar la vida que quiere, comprometerse y esforzarse por esa bendición. Dios abre las puertas de bronce, usted debe abrir las de maderas. ¿Qué puertas quiere que se le abran? ¿La puerta de las relaciones? ¿La puerta de las finanzas? Usted debe llamar para que se abran.

Es tiempo de vivir la vida que quiere, no viva mas en esclavitud o mediocridad, usted ha sido llamado a una vida de libertad, deshágase de los grilletes que le mantienen atado, y corra con los sueños que Dios dispuso en su corazón, llénese de pasión en este día.

Descubra cuál es su pasión y sígala, es todo lo que necesita para vivir una vida extraordinaria.

La pasión es poderosa. Jesús fue un hombre apasionado, vivió una vida extraordinaria. Moisés y otros grandes hombres que han hecho historia se llegaron a conocer por su pasión. La pasión es su primer paso hacia el logro, ella hace que lo imposible sea posible.

La pasión es la que le lleva a pedir, a buscar, a aprender y es la que le abre las puertas del triunfo. Cuando usted se apasiona por la vida, por lo que hace, todo es tan natural, que lo ordinario se vuelve extraordinario.

Si usted quiere un matrimonio extraordinario, una familia extraordinaria, ingresos extraordinarios manténgase alejado de los que apagan el fuego, de los que le roban pasión. No busque la pasión en otro lado, esta en ti. Como dice el Apóstol Pablo a Timoteo: Por eso te recomiendo que no dejes de usar esa capacidad especial que Dios te dio cuando puse mis manos sobre tu cabeza 2 Timoteo 1:6 (BLS)

Se dice que en India, un rico hacendado llamado Alí Jafet, vendió su hacienda Golconda y se fue a buscar diamantes por todo el mundo. Un tiempo después se encontró arruinado y sin conseguir su propósito. Pero el que le compró la finca Golconda encontró en ella la más grande mina de diamantes de su país.

Muchas personas buscan tesoros fuera de sus propios cursos y limites que Dios le ha dado. Dedican tiempo y dinero a esa búsqueda sin darse cuenta del tesoro que subyace en ellos mismos. Dios le ha dado una hacienda llena de tesoros Sus habilidades personales, sus capacidades humanas y espirituales son tesoros escondidos. También tiene el tesoro de su familia, su iglesia, y amistades. Su vida debe valorarla como se valora el diamante. Avive el fuego en su vida y encontrará la mina de diamantes que tanto desea. La Vida Extraordinaria está en Dios con todo lo que él le ha dado pero debe comenzar a pedirla y a buscarla.

De el paso, toque las puertas necesarias, no deje que nadie le detenga de llegar a la cima, ¡hoy es el mejor día!

En amor y liderazgo.
Pedro Sifontes

NARCISO


Cuenta la leyenda que Narciso era hijo de un río y de una ninfa. Y por lo visto era un niño muy guapo.

Narciso fue creciendo, y pronto fue un joven apuesto. Lo malo es que rechazaba el amor que le ofrecían y permanecía insensible al cariño de los demás. Sólo estaba pendiente de sí mismo. Así fueron pasando los años hasta que un día de mucho calor, después de una cacería, el muchacho se detuvo en una fuente para refrescarse. Al inclinarse para beber, Narciso vio su imagen reflejada en las aguas…, y se enamoró perdidamente de su propia figura.

Y allí se quedó Narciso, días y días, semanas y semanas, indiferente a todo lo que le rodeaba. Y allí, inmóvil como una estatua, absorto en su propia contemplación, se dejó consumir por el hambre y la soledad hasta desvanecerse y caer sin vida sobre la hierba.

Esta vieja leyenda ha dado el nombre de narcisismo a esa ingenua vanidad de quienes ante el espejo alimentan sin cesar la admiración hacia sí mismos. La tragedia de Narciso tiene otras formas mucho más corrientes, más a nivel de calle. Aparece como un idealismo, ingenuo y perezoso a la vez, que inunda los afanes de muchas chicas y chicos jóvenes. Están llenos de proyectos: van a ser grandes genios, egregios artistas, creadores incomparables…; y a continuación confiesan que van mal en sus estudios, que jamás leen un libro, que no saben lo que es madrugar.

Piensan que están llamados a ocupar puestos preeminentes, que están destinados a ser como aquel gran empresario que se hizo a sí mismo en unos pocos años y ahora es inmensamente rico. Imaginan que triunfar en la vida es un camino sencillo, de sueño azul, glorioso, placentero y gratificante. Van por la calle imaginando las miradas de admiración, las miradas de envidia, que sin duda le dirigen los conductores, los peatones, todos.

Un día reciben un halago (quizá de cumplido) por algo que han hecho, y ya se ven como un nuevo Mozart o un nuevo Goya. Y en seguida creen ser un genio mundial, un superhombre. Y se comportan como piensan que corresponde a un genio así, de forma anárquica y distinta, como un hombre al que poco queda que aprender y que vivirá con sólo sacar un poco de partido a su inmenso talento.

Pero la vida no suele ser así. Porque la realidad es terca. Y deben comprender que para hacer cualquier cosa seria en la vida, hay mucho que trabajar, mucho que aprender, mucho que tachar. Que nunca podrán crear si anteponen hoy sus sueños a la realidad. Quizá convenga recordarles aquello de Thomas Edison de que el genio se compone de un 1% ciento de inspiración y un 99% de transpiración, de sudor, de trabajo.

La vanidad lleva a creerse algo distinto a lo que uno realmente es. El vanidoso piensa que hace maravillas y se siente herido si los demás no lo valoran. El hechizo de la vanidad los problematiza y sufren tremendamente. El mejor remedio es un poco de realismo:
§ Para unos, será comprender que los genios suelen ser inteligencias trabajadas por un estudio profundo.
§ Para otros, abrir un poco los ojos y descubrir las cualidades de los demás, que es una excelente forma de aprender.
§ Para los que pasan horas ante el espejo y aún así no están seguros de que les guste lo que reflejan, ser menos puntillosos en cuanto a su aspecto físico.
§ Para todos, rechazar el engañoso halago de la adulación (propia o ajena) y comprender que el objetivo de la vida no puede ser algo tan pasajero como la opinión ajena o el brillo de los aplausos.

Los personajes famosos, esos que saborean las mieles de la gloria, cuando son un poco sensatos y sinceros reconocen que sólo con esas satisfacciones no se puede llenar una vida. Que vale más un poco de cariño que todos los aplausos del mundo. Que, a veces, han logrado todos esos aplausos pero, en esa lucha, han perdido el cariño de los suyos, y están tristes.

Hay que aspirar a ser buena persona y a ser coherente con uno mismo. También se puede desear que los demás lo crean así, y lo valoren. Pero esto último ya es más difícil y, sobre todo, menos importante. Muchas veces hay que contentarsey no es poco, es lo principal con estar satisfecho con uno mismo. El aplauso que importa y que de verdad satisface es el que proviene de nuestro interior, de la conciencia de la obra bien hecha.
Dr. Juan Barek

Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente. Job 35:13.

NADA EN MI VIDA SE PIERDE


§ Encuentro lo que busco en la gente. Si busco a Dios, lo encuentro. Si busco malas cualidades, las encuentro.
§ En cierto sentido, escojo lo que espero, y lo recibo. Una vida sin desafíos sería como ir al colegio sin lecciones que aprender.
§ Los desafíos vienen no para deprimirnos y acabarnos, sino para dominarlos, crecer y desarrollarnos a través de ellos.
§ En el sabio y maravilloso plan del Padre para mí, ninguna carga puede caerme, ninguna emergencia surgir, ninguna tristeza sobrecogerme, antes de que reciba la gracia y fortaleza para enfrentarlas.
§ Una vida rica y plena no es determinada por las circunstancias y relaciones externas. Estas pueden contribuir pero no pueden ser la fuente. Soy feliz o no por lo que pienso y siento.
§ Nunca puedo perder algo que me pertenece, ni poseer lo que no es realmente mío.
§ Nunca huyo de un problema ya que este me perseguirá o estaré en camino hacia otro igualito pero con un rostro o nombre distinto.
§ No nos preocupemos por mañana; hoy es el ayer por el que nos preocupamos.
§ Nunca forcemos la puerta; esperemos que se abra y entonces podremos entrar.
§ Toda persona que ha llegado a mi vida tiene ya sea algo que enseñarme o aprender de mí.

Perdemos tiempo maravilloso llorando lo que nos pasa, en vez de encontrar las joyas en el lodo.

Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. Génesis 49:25.

LOS DÍAS MÁS IMPORTANTES


Hay dos días en cada semana en los que no nos debemos preocupar. Dos días que se deben guardar libre de miedo y ansiedad.

Uno de esos días es ayer. Ayer, con sus equivocaciones y pesares, sus faltas y confusiones, sus dolores, tristezas y deudas pendientes. Ayer ha pasado para siempre, fuera de nuestro control; y ni el dinero del mundo lo podría cambiar ni una cosa que hayamos hecho, ni podemos borrar una palabra. Ayer ya pasó.

El otro día sobre el que no debemos preocuparnos es mañana. Mañana, con sus posibles adversarios, sus problemas, sus promesas grandes y sus pequeños logros. Mañana volverá a salir el sol, ya sea en esplendor o detrás de una máscara de nubes, pero subirá. Hasta que llegue no tenemos parte en mañana, pues aún no ha nacido. Y solo queda un día: HOY. Cualquiera puede pelear la batalla de un solo día.

Cuando nos cargamos con esos horripilantes: Ayer y Mañana, entonces nos derrumbamos. No es la experiencia de hoy que vuelve locos a los hombres, sino la amarga culpa, algo que sucedió ayer, y el miedo de lo que traerá el mañana. Vivamos pues, tan sólo un día a la vez, para ser inmensamente felices. Además, con la felicidad del hoy construiremos la felicidad del mañana.

Este es el día aceptable y el Hoy es el reto más grande que tenemos frente a nosotros. Entonces no lo perdamos.

LA VELA QUE SE APAGA


Se había ido la luz en el vecindario aquella noche, por lo que colocamos velas en algunos lugares estratégicos de la casa para poder movernos con algo de seguridad.

Me senté en el comedor, frente a una vela que, tras mucho uso anterior, parecía llegar al final de su existencia. La llama de la vela luchaba por mantenerse encendida. Al contemplar la endeble llamita, me puse a reflexionar que nuestras vidas, al llegarles su ocaso, son semejantes a aquella llamita.

Mi madre estaba sentada al otro extremo de la mesa, contando algunas anécdotas sobre sus incursiones evangelísticas. Ella me compartía que, de unos años para acá, no permitía que persona alguna se le escapase sin que pudiera compartirle acerca de su amigo, Jesús.

Ella se había vuelto tenaz en lo que tenía que ver con su compromiso de fe. De hecho, en una ocasión, le enseñó a un loro suyo a predicar… de manera que, cada vez que el loro se sentía alegre, gritaba con una claridad impresionante: Arrepiéntete, pecador; Cristo te ama.

La escuchaba reflexionar cómo había perdido tanto tiempo durante su juventud, permitiendo que la vida pasase sin mayor bendición ni para ella ni para los que la rodeaban. Concluyó: “¡No hay tiempo que perder!”.

Mientras ella hablaba, la veía y no podía menos que comparar su testimonio con el de la llamita de la vela. Mi madre, al igual que la llamita, luchaba por mantenerse como bendición. Esta, por haberse consumido la parafina, aquella en medio de sus luchas contra la enfermedad y la debilidad propia de los años. Pero ambas decididas a no rendirse…

Mi madre está convencida que el Señor habrá de valorar su servicio, aunque insignificante para muchos hoy, del otro lado del cielo.

Sin importar cuánto de la vela de tu vida ya se ha consumido, atrevámonos a llevar adelante la honrosa labor de quien comparte la historia más grande jamás contada, la de Aquel que, siendo la luz del mundo, vino a sacarnos de la oscuridad del pecado para que, brillando para El, nos enfrentemos al futuro con la certeza de un trabajo bien hecho.
Anita Irigoyen

¿Sabías que tú eres también una vela? No dejes que se apague. Hay multitudes viviendo en tinieblas esperando que les compartas tu luz. No dejes que tu vela se apague.

La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Mateo 6:22.

OBJETIVIDAD


La Objetividad es el valor de ver el mundo como es, y no como queremos que sea.

Los seres humanos somos una compleja mezcla de sentimientos, raciocinio, experiencia y aprendizaje. Todos estos elementos pueden brindar a una persona una percepción de la realidad que puede estar equivocada.

Cuando una persona no es objetiva, se centra en las circunstancias y no en los problemas. Observa las cosas superficiales, pero no el fondo. Probablemente todos conocemos a alguien que comete un error al no juzgar correctamente la realidad: la persona desilusionada porque había idealizado a su pareja, el muchacho que reprobó el examen porque pensó que sería más fácil de lo que esperaba, el trabajador que no juzga correctamente las circunstancias y pone en peligro a los demás, las personas que discuten porque uno de ellos se aferra a su propia visión.
Ser objetivo es un reto importante, porque exige de nosotros ver los problemas y las situaciones con un enfoque que equilibre adecuadamente emoción y razonamiento. Esto por supuesto es complicado cuando las conclusiones se basan más en los sentimientos. Por ello el valor de la objetividad es tan importante, porque nos permite dar su justo peso a los acontecimientos y obrar de una forma coherente.

Una de las formas más eficientes de vivir el valor de la objetividad es viendo los problemas y las situaciones desde todos los puntos de vista. En este proceso el escuchar la opinión de gente madura y desinteresada nos permite observar las cosas con menos apasionamiento y con mayor objetividad. En ocasiones estamos tan inmersos en los problemas que no logramos ver la solución, por obvia que parezca. En otras ocasiones nos aferramos a nuestro orgullo o a un juicio equivocado por no contar con toda la información necesaria.

La objetividad nos permite tomar decisiones más eficientes, mejora nuestras relaciones humanas, tiene un impacto positivo en la familia. La objetividad nos permite ser más justos con quienes nos rodean y siempre nos abre las puertas.

La lucha por ser objetivos implica el ceder un poco ese Yo que a veces nos pesa tanto. En ocasiones no es orgullo, ni soberbia, sino que simplemente tenemos una tendencia natural a creer que tenemos la razón. Si evaluamos siempre que existe la posibilidad de estar equivocados, nos permite ser más certeros y apreciar todo con mayor objetividad.

Para vivir este valor siempre es conveniente:
§ No permitir que las circunstancias o personas nublen el hecho central que estamos tratando de resolver.
§ Escuchar atentamente, pedir consejo y considerarlo seriamente.
§ No apasionarse. Los sentimientos son fundamentales para el ser humano, pero no son el único factor para evaluar un problema o situación.
§ Centrarse en los hechos, no en las personas. Es fácil perder objetividad cuando decimos es que siempre haces lo mismo, eres igual que tu papá. Es mejor atender a qué ocurrió y que razones y consecuencias se desprenden del hecho, sin calificar a la persona.
§ No precipitarse en los juicios. Quien es objetivo razona, observa, escucha y concluye en base a información. Si no se realiza este proceso los juicios son apresurados, no se vio todo lo que había en juego y tal vez no se sabe todo lo necesario para entender lo que realmente sucede.

Una persona objetiva siempre es apreciada porque genera a su alrededor un sentido real de paz y de justicia. El valor de la Objetividad, además de ahorrarnos muchos dolores de cabeza, puede hacernos mejores personas.

LA VIDA PESA


ECLESALIA.- Superados los cuarenta la vida se ve más alta. Los días están acomodados, cada uno con lo suyo y siempre lo mismo. Metido en lo cotidiano parece que no hay tiempo para pensar, que todo es como debe ser, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Casado y con familia, casa con hipoteca, un par de sueldos… Escasea el tiempo libre, las tardes pasan entre extraescolares y deberes del cole y el trabajo ocupa los días, los meses, los años…

La vida pesa, te deja inmóvil, sin poder mover nada. Aguantar su peso para que nada se desmorone, para llegar a todo y que todo siga en su sitio. Todo está bien, todo bien, algún achuchón de vez en cuando pero, por lo demás bien.

¿Y si te paras a pensar? Mejor no hacerlo, pero ¿si te paras a pensar? Entonces ves que te llevan, te traen, te sostienen los que hacen que otros se arrastren por seguir viviendo. Que los malos tiempos están dejando a muchos parados. Que Europa es una isla sostenida por buena parte del mundo. Que no puedes salir del sistema.

Resulta que mi vida pesa en las espaldas de muchos, de muchas, y no se la puedo quitar, no hay manera de vivir de otra manera.

La vida me pesa cuando siento el peso que cargo por la vida que llevo. Señor, ¿qué puedo hacer?
Gregorio Fernández

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